“El pedal es el alma del piano y por momentos el pedal lo es todo”. Rubistein, Anton.
”(…) surge el piano (….) Elegante, sobrio, y a velocidad
mozartiana (…) nos devuelve el ánimo combativo, la afirmación de la vida, la
sonrisa.” De Azúa, Félix.
Yolanda Vidal deja Concejalía bajando tacones de los pedales del piano. Yolandina la llamaban cariñosamente en Santa María de la Barca de Navia, donde su virtuosismo no desmereció a posteriores Michel Camilo y Joaquín Achúcarro. Fue el Festival HORACIO ICASTO, que uno a Juan Coloma, su entusiasta promotor, Justo García, Presidente de AMIGOS DEL CONCIERTO, Pixán, imprescindible astur, y a las piruetas de Malikian.
Temo que la ausencia de Yolanda no pedalee en favor de un Oviedo más cultural, abierto, solidario...
Con misión casi imposible de reflotar LA RECONQUISTA/HOASA y el covadonguista Hotel PELAYO, sustituí a Dimas Suárez, héroe contra esclerosis. Grato recuerdo también a José Manuel Álvarez, gerente, recién fallecido, clarividente en mil adversidades.
Emociona un tetrapléjico madrileño ayudando en “Filomena, a su pesar”, si se feminizase título de Gonzalo Torrente Ballester, por cierto, vecino del barrio de Gil Blas de Santullano, iniciado escritor en EL CARBAYÓN.
Ensalzo esfuerzos normalizadores de afectados por crueldades físicas aleatorias; Yolanda, sublime, con, o sin, tacones y concejalía.