domingo, 30 de agosto de 2015

"A los catalanes" por Felipe Gonzalez

Hace casi dos décadas que salí de la presidencia del Gobierno de España. No tengo responsabilidades institucionales ni de partido. He recuperado la sencilla condición de ciudadano, aunque en todo momento comprometido con nuestro destino común. Por ese compromiso con España, espacio público que compartimos durante siglos, me dirijo a los ciudadanos de Cataluña para que no se dejen arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia entre los catalanes y entre estos y los demás españoles.
Siempre he sentido gratitud por vuestro apoyo permanente y mayoritario para la tarea de gobierno. Siempre, incluso cuando este apoyo era declinante en el resto de España. Y gracias a esta sintonía he podido representaros con orgullo, como a todos los españoles, en Europa, en América Latina y en el mundo. Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo, como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno.
He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza compartida y no como un motivo de fractura entre nosotros. Para mí, España dejaría de serlo sin Cataluña, y Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada.
La idea de “desconectar” de España, como propone Artur Mas, en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad, tendría unas consecuencias que deben conocer todos:
He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados
— Desconectarían de una parte sustancial de la sociedad catalana, fracturándola dramáticamente. Ya se siente esa fractura en la convivencia, y se empiezan a oír voces de rechazo a los que no tienen “pedigrí” catalán. Esos ciudadanos catalanes se sienten hoy agobiados porque se está limitando su libertad para expresar su repudio a esta aventura, porque le niegan o coartan su identidad —catalana y española— que viven como una riqueza propia y no como una contradicción.
— Desconectarían del resto de España, rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos. En el límite de la locura, empiezan a ofrecer ciudadanía catalana a los aragoneses, valencianos, baleares y franceses del sur. Hemos pasado épocas de represión de las diferencias, de los sentimientos de pertenencia, de la lengua, pero desde hace casi cuatro décadas, con la vuelta de Tarradellas, entramos en una nueva etapa de reconocimiento de la diversidad y de construcción del autogobierno más completo jamás habido en Cataluña.
— Desconectarían de Europa, aislando a Cataluña en una aventura sin propósito ni ventaja para nadie. ¿Imaginan un Consejo Europeo de 150 o 200 miembros en la ya difícil gobernanza de la Unión? Porque ese sería el resultado de la descomposición de la estructura de los 28 Estados nación que conforman la UE. ¿Imaginan al Estado francés cediendo parte de su territorio para satisfacer este nuevo irredentismo? Nadie serio se prestará a ello en Europa y, menos que nadie, España, que tanto luchó por incorporarse y participar en la construcción europea, tal como es, con su diversidad y, por cierto, con el máximo apoyo de Cataluña.
— Desconectarían de la dimensión iberoamericana (que tanto valor y trascendencia tiene para todos) y especialmente de Cataluña porque este vínculo se hace a través de España como Estado nación y de la lengua que compartimos con 500 millones de personas —el castellano—, como saben muy bien los mayores editores en esta lengua, que están en Barcelona.
El desgarro en la convivencia que provoca la aventura de Mas afectará a nuestro futuro
Naturalmente afirman lo contrario: “Solo queremos desconectar de España”. ¿De qué España? ¿La que excluye también Aragón, Valencia y Baleares? Los responsables de la propuesta saben que lo que les estoy diciendo es la verdad, si se cumpliera ese “des-propósito”. En realidad tratan de llevaros, ciudadanos de Cataluña, a la verdadera “vía muerta” de la que habla Mas, en un extraño “acto fallido”.
Vivimos en la sociedad más conectada de la historia. La revolución tecnológica significa “conexión”, “interconexión”, todo lo contrario a “desconexión”. Cada día es mayor la interdependencia entre todos nosotros: españoles de todas las identidades, europeos de la Unión entre 28 Estados nación, latinoamericanos de más de 20 países, por no hablar de nuestros vecinos del sur o del resto del mundo. Pregunten a sus empresas, las que crean riqueza y empleo por esta desconexión.
La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta”. ¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán al aislamiento, a una especie de Albania del siglo XXI? El señor Mas engaña a los independentistas y a los que han creído que el derecho a decidir sobre el espacio público que compartimos como Estado nación se puede fraccionar arbitraria e ilegalmente, o que ese es el camino para negociar con más fuerza. Comete el mismo error que Tsipras en Grecia, pero fuera de la ley y con resultados más graves.
¿Qué pasó cuando se propuso a los griegos una consulta para rechazar la oferta de la Unión Europea y “negociar con más fuerza”? Después de que más del 60% de los griegos lo creyeran, Tsipras aceptó condiciones mucho peores que las que habían rechazado en referéndum, con el argumento, que sabían de antemano, de que no tenían otra salida. ¿Sabían que no había otra salida y engañaron a los ciudadanos?
¿Cómo es posible que se quiera convertir a Cataluña en una especie de Albania del siglo XXI?
Pueden creerme. No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario. Todos arriesgaríamos lo ya conseguido y la posibilidad de avanzar con diálogo y reformas.
Eso es lo que necesitamos: reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales sin romper ni la igualdad básica de la ciudadanía ni la soberanía de todos para decidir nuestro futuro común. No necesitamos más liquidacionistas en nuestra historia que propongan romper la convivencia y las reglas de juego con planteamientos falsamente democráticos.
Si la reforma de la ley electoral catalana no ha podido aprobarse porque no se da la mayoría cualificada prevista en el Estatuto, ¿cómo se puede plantear en serio la liquidación del mismo Estatuto y de la Constitución en que se legitima, si se obtiene un diputado más en esa lista única de rechazo? ¿Cómo el presidente de la Generalitat va en el cuarto puesto, como si necesitara una guardia pretoriana para violentar la ley?
Es lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado. Pero nos cuesta expresarlo así por respeto a la tradición de convivencia de Cataluña. El señor Mas sabe que, desde el momento mismo que incumple su obligación como presidente de la Generalitat y como primer representante del Estado en Cataluña, está violando su promesa de cumplir y hacer cumplir LA LEY. Se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones.
No estoy de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, cerrado al diálogo y a la reforma, ni con los recursos innecesarios ante el Tribunal Constitucional. Pero esta convicción, que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla.
No creo que España se vaya a romper, porque sé que eso no va a ocurrir, sea cual sea el resultado electoral. Creo que el desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. Sé que en el enfrentamiento perderemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas.

sábado, 29 de agosto de 2015

"La fronda catalana",art de Luis Sánchez Merlo en La Vanguardia

En las Jornadas de Historia de Navia

Masip: "Es imposible vender leche por debajo del coste de producción"

El exeurodiputado asturiano defiende en Navia medidas de protección para el campo tras el fin de las cuotas lácteas

29.08.2015 | 04:47
Ignacio García Palacios, alcalde de Navia, Antonio Masip, y Servando Fernández, cronista oficial de Navia. 
"Es imposible e insoportable vender leche por debajo de coste. Procede el apoyo masivo al campo, en el que nos jugamos población y equilibrio ambiental". Antonio Masip, exeurodiputado, sostuvo ayer un firme alegato en defensa del campo asturiano durante su intervención en las XII Jornadas de Historia de Navia, donde le tocó analizar el papel de los asturianos en la política europea. El campo, como tema candente, centró su alocución, durante la cual pidió la destitución del comisario europeo Phil Hogan por su posición de "don Tancredo" ante el fin de las cuotas lácteas este año. 
"En Europa predominan, y lo padecemos, quienes se fían en exceso de la mano invisible del mercado como única solución de todos los entuertos. Y eso no es así, y menos con la producción láctea. El libre comercio más imperfecto es el oligopolio distribuidor de las grandes superficies", manifestó el exeurodiputado, que dejó patente la necesidad de "defender la agroganadería de una libertad de comercio y frontera que pueden arruinarla, una ruina detrás de la cual puede ir la de regiones como la nuestra", advirtió Masip.
Preguntado por el drama de la emigración forzada desde los países de África y de Oriente Medio hacia el continente europeo, Masip alabó el gesto de Angela Merkel de visitar un centro de refugiados en Alemania esta semana. "Es una señal de esperanza que Alemania se implique en este problema, es una cuestión de todos los países", apuntó. También subrayó la importante labor de todos los eurodiputados asturianos, que trabajaron en Europa por el futuro de la región.
La sesión comenzó con la intervención de José Manuel Prieto, historiador, que se refirió a José Posada Herrera, nacido en Llanes y uno de los artífices del control electoral durante el siglo XIX. "Es una figura muy poco conocida. Tuvo una gran importancia porque él perfeccionó el sistema del fraude electoral de la época. Lo conocían como 'el gran elector'", subrayó Prieto.
También participó en la sesión de ayer Jaime Alberti, que centró su ponencia en la etapa en que Indalecio Prieto tuvo que hacerse con el control del Ministerio de la Marina, en pleno confrontamiento civil. "Fue un político que puso orden en la marina de la República, y eso se notó", afirmó.
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viernes, 28 de agosto de 2015

Mi copropiedad de la madrileña Plaza de España



Mucho se está debatiendo sobre un edificio emblemático de Madrid,El Plaza,que un magnate chino, Jianlin Wang, quiere derribar.

Bien recuerdo que,en los primeros cincuenta,un querido familiar,empeñado en orientar mi vida hacia los negocios, quiso animarme prematuramente con unas pocas acciones de la inmobiliaria de"los edificios Plaza y Torre de Madrid" que en aquellas calendas eran construcciones llamativas.Como quiera que me picó el gusanillo tentador,sin saber todavía qué era un proindiviso, ni de hasta donde alcanzaba el concepto de mi propiedad, hubo quien me dividió, en cuenta mental rápida,el capital por precio y metros supuestos para concluir no sé si en serio o guasa:"¡eres dueño de un par de tejas!".

Semejante absurdo ejercicio  se posó en la imaginación pues cada vez que entraba en Madrid por la Calle Princesa hacia Gran Vía, miraba hacia donde estarían "mis altísimos par de ladrillos".Incluso,habiendo pernoctado en los apartamentos de la Torrecita y otra vez en el Hotel Plaza, se me pasó por el magïn que era un copropietario en su condominio.En particular,una de esas noches, me la pasé junto al expediente del edificio ovetense del Deán Payarinos que debía presentar a la mañana siguiente en una dependencia administrativa ministerial de la misma plaza.Buscaba de aquella financiar la rehabilitación en Conservatorio de Música, salvado in extremis de la piqueta incivil. Yo ya ocupaba por entonces cargo público,no había concurrido a las emisiones de aumento de capital por lo que las dos tejas virtuales no serían tales, pero no quita que sigan escondidas en mi memoria como el sueño que recuerdas en el despertar.Lamentaría mucho,en cualquier caso,que el tal Wang las tirase abajo,ya no por mí,sino porque esos edificios me siguen gustando mucho, ex alcalde que seré siempre de otra ciudad maravillosa,por no decir exconsejero de Cultura, de la región europea más digna de blasonar de tal.

Europarlamento...crisis láctea

Comunicaciòn a las Jornadas de Historia.Navia,28 de Agosto 2015




Sr.Alcalde,mi querido amigo y Presidente de los Alcaldes asturianos

Querido Javier Ballina,coordinador asturiano del Movimiento Europeo.
Cronista oficial,Profesor Anes...queridas amigas y amigos.

"La selva avanza sobre la ciudad, pero a diferencia del relato de Cunqueiro no viene a asediarla, ni a vengarse. Yo creo que viene a pedir ayuda." Escribió recientemente Jaime Izquierdo,"El camino de Faneland".

Hoy es San Agustín,celebración que abriga fascinadamente mi memoria desde la niñez en las proximidades de Avilés, de la que es fiesta mayor.

La vocación europeista astur es bien antigua:se remonta a los orígenes europeos y asturianos.Así Alfonso II intercambió embajadores con Carlomagno, y aún con la Corte de su padre.

(Como tenemos aquí un cronista oficial,Servando Fernández,,,allí se llamaba Eginhar. o Eginardo)

Cuando,pasados los siglos,el europeismo español cobra carta de naturaleza con el ingreso en la Comunidad Económica Europea,hay una anécdota significativa:los negociadores brindan el resultado con "Asturias,patria querida".

Desde entonces somos varios los asturianos eurodiputados sucesivos.

En la primera tanda, Fernando Morán,José Ramón Herrero Merediz,Luis Vega Escandón...Y más luego Pedro Argüelles, Salva Garriga, Ludivina G. Arias,Laura Gonzalez,Alonso Puerta,María Muñiz,María Izquierdo y yo mismo,siendo ahora Jonás Fernández,Ángela Vallina,Tania Gonzalez y Estefanía Torres.

(Sosa Wagner y Fernando Suárez,no asturianos de nacimiento,tienen,sin embargo,fuertes lazos con la región,su política y su Universidad).

Si esa presencia asturiana no es menor,la problemática, importantísima,sean o no conscientes nuestros conciudadanos.

La minería y energía,el campo,el naval y portuario,el "efecto financiero" en la transición de ayudas comunitarias, las comunicaciones, el medio ambiente...,han tenido nuestros particulares acentos.

Y como estamos en Navia,una de las capitales de la cornisa, que sigue haciendo ejemplarmente Historia, Sr.Alcalde,manifiesto,preocupación por el sector lácteo.

Se veía venir que el fin,este 2015,del sistema de cuotas podía conducir al abismo.

La cuota tenia defectos,y uno no menor,la asignación,en aquella eufórica jornada asturianista del ingreso,de cifra inferior a la demanda interna.

Ante ese precipicio sin valla de seguridad,MR.Hogan,el comisario irlandés,que debería ser destituido, adoptó ante la que se vino encima la conocida posición de Don Tancredo.

En Europa predominan,y lo padecemos,quienes se fían en exceso de "la mano invisible del mercado" como única solución de entuertos.

Y no es así.

Y menos con la producción láctea.

El libre comercio más imperfecto es el oligopolio distribuidor de las grandes superficies.

Desde el fin de la Guerra Mundial es preciso defender la agroganadería de una libertad de comercio y fronteras que pueden arruinarla y,detrás, regiones como la nuestra.

Contra lo que ha escrito Raimundo Abando,mi querido pariente, los precios de intervención siguen existiendo,lo que ocurre es que están superados para subsistencia y explotación.

La U.E..ha de subirlos de forma inmediata.

Lo han dicho el Presidente Hollande y otros responsables sociopolíticos. Es imposible,e insoportable,vender por debajo de coste.

Procede el apoyo masivo al campo, en el que nos jugamos población y equilibrio ambiental.

Las medidas que se anuncian no van de momento a la raíz endémica del problema.

Léanse la muy oportuna nota oficial que ha hecho hoy la Consejera asturiana.

Asturias se caracteriza por sus pastos, ya mucho antes de la industria,que también,a partir del siglo XIX, nos distingue.Lo desarrolla muy bien Eduardo Lagar en La Nueva España de esta misma mañana

Y esos ganaderos,esos asturianos que somos,estamos amenazados,en la llamada globalización,por la sustitución desmesurada de forrajes naturales por soja,transgénicos y demás.

Las ganaderías en otras latitudes no precisan para grandes producciones de lo que hasta ahora es nuestra riqueza:el verde.

 A la situación de desamparo por las cuotas,se une la crisis de demanda china y el veto ruso, que sucede al conflicto de Ukrania.

En esas condiciones,la lucha europea parece desigual pero clara.

Y para mí es una lección de la Historia que me atrevo simplemente a compartir con todos ustedes en estas encomiables Jornadas De Historia de Navia.

Muchas gracias.


Enviado desde mi iPad

"La Europa que no quiero"del concejal Diego Valiño en Asturias24

Desde siempre me he considerado europeísta. Creo en la Europa de los pueblos, aquella que apuesta y promueve el estado del bienestar, que es solidaria con los más desfavorecidos y que ama la diversidad cultural. Sin embargo, los europeos llevamos años sufriendo una ola conservadora que amenaza seriamente el proyecto iniciado tras la II Guerra Mundial. Lejos de crear una verdadera unión política, cada país miembro está llevando a cabo sus propias decisiones sin que exista una hoja de ruta común.
Las imágenes que nos llegan de la frontera entre Grecia y Macedonia son dantescas, al igual que las historias que ya conocemos de aquellos subsaharianos que quieren entrar en España por Ceuta y Melilla. Podemos seguir mirando para otro lado, pero deberíamos tener muy presente que esas personas huyen del hambre, de la miseria, de la guerra y de la falta de oportunidades para sacar su vida adelante. ¿Hasta cuándo vamos a estar sin tomar medidas?
El problema de la UE está también en la falta de solidaridad entre los propios europeos (Grecia es el ejemplo más claro. Creo que efectivamente la unión de los estados ha servido para poner fin a las guerras en nuestro territorio. Por fin los europeos nos podemos sentar en diferentes instituciones a hablar y a debatir sobre lo que pensamos de la vida. Por supuesto que hay cosas que criticar: ¿para qué sirve el Parlamento Europeo? ¿Qué fue de la Constitución Europea? ¿Por qué quienes pinchan y cortan el bacalao son los países más fuertes? ¿Por qué estos no tienen una visión europea y dejan de mirar solamente por sus intereses nacionales? Si siguen sin involucrarse todos los países por igual, al final la UE pasará a ser un sueño no cumplido, y yo al menos eso no lo quiero. Ojalá esta circunstancia cambie según vayan llegando gobiernos más comprometidos con lo social y lo colectivo, pero hasta que eso no se produzca seguiremos viendo esas  lamentables imágenes que a todos nos horrorizan. 

miércoles, 26 de agosto de 2015

PERSEIDAS/DELFINES/EO


DE PERSEIDAS Y DELFINES AL PRÓXIMO ECLIPSE LUNAR

"Con la esperanza de un prodigio improbable",Pedro de Silva

¡Qué hermosa última de La Nueva España en Agosto/18: "Orbayu estelar sobre los Picos"!

García Pavón,de la nómina de la "bien novelada",se sorprendía que en Oviedo (Lloviedo,para el poeta Fernando Beltrán) no "lloviese sino orbayase".Lo mismo tenía que ser con las "lágrimas de San Lorenzo".Pude cazarlas en la desembocadura del Eo, que compite como pórtico de excelencia con el Naranjo de Bulnes y afines picotas sureñas, esta vez la entrada oeste al Paraíso.

Mi hija llegaba del Norte de Alemania donde sus compañeros de la Universidad de Bremen la aleccionaron de la inminente revuelta estelar.Los turistas y astrofísicos que subieron al refugio de Áliva se encontraron con espectaculares "fuegos artificiales"que eran simplemente naturales, desprendidos de un cometa prodigioso de orbital zigzag errático.Aida y yo vimos lo que las absorbentes,y en cierto modo cegadoras,luminarias de Ribadeo,enfrente nuestra, nos permitían.

Pero prestó mucho, tanto como la posterior llegada de delfines.Estos llevaban años desaparecidos,invocados por mí íntimamente,muy poco antes, al glosar a Dionisio Gamallo y Claudín Perez Prieto,que todas las temporadas los esperaban al borde de la ría. JL García Martin,personalidad exquisita,al toparse con estos delfines eotos recordaba que los padres de Antonio Machado,cuyo heterónimo, Mairena,era tapiego de Casariego,iniciaron su amor divisando delfines en el Guadalquivir.

Otra imagen sobresaliente, pues no hay dos sin tres, cuyo prodigio, en el que repararon antes, entre audaces metáforas y fantasías,Casona y Conrad,era solo torpeza humana:el Kelly,un barco inglés,quedó varado,transversal al curso fluvial,como sucedió en el Támesis con el que se iniciaba "El corazón de las tinieblas",pieza maestra del relato.Aquí también el gran varado era de pabellón británico,entre arenas y mareas de un tesón incontrolado.

Hace años, Ángel González, Susana,su mujer,los Benito("Bendito",dice Alfredo Bryce Echenique) Juan y Loli,y Máximo Aza vinieron a buscarnos a Eloina y a mí a Salinas con la pretensión de ver semejante lluvia de estrellas en Pinos Altos,San Cristóbal u otra altura circundante.Tercas nubes nos desbarataron el firmamento,mientras el whisky "nos subía a los tobillos"que decía el poeta.

Ahora se anuncia para el 28 de Setiembre un eclipse total de Luna.

Evaporados para la vista de la maravilla,aquellos amigos, idos y/o lejanos, bien guarnecidos en la memoria,espero contemplar el tránsito momentáneo a duermevela lunar desde el sitio donde las perseidas,los delfines y el buque anclado sin ancla, me acaban de ser propicios.En ese mismo lugar,tiempo ha,ví también a Marte,engrandecido de su pequeñez visual,disputar el predominio de la noche al satélite blanco plata.

El Eo,de Gamallo,de los Pėrez Prieto,de Cándido Riesgo,seguirá maridando ría y perseidas,cuando vuelva a tocar.La presencia de cetáceos,como este verano,ya es coincidencia mayor.Habrá mezcolanza con otros prodigios,probables o improbables, que la metereología no es nunca segura en estos pagos cuando comienzan "el otoño y otras luces", que titulaba el llorado Ángel.El poeta, en su Áspero Mundo,nunca disfrutó,sin embargo,"lágrimas de San Lorenzo",al menos tras aquel intento fallido de Salinas, que no sé si en su Alburquerque,donde un día,¡y no era sueño!,"la nieve ardía"

martes, 25 de agosto de 2015

Fue impresionante

Un barco inglés, varado en la ría del Eo

25.08.2015 | 05:06
Un barco inglés, varado en la ría del Eo 
Un barco con bandera de Reino Unido encalló ayer sobre las tres de la tarde en la ría del Eo, en el canal de navegación de Ribadeo (Lugo). La embarcación, en la foto, estaba cargada con pasta de papel. Las máquinas no respondieron con la fuerza esperada en el momento de hacer un giro para salir, justo cuando estaba bajando la marea, informa A. M. S.
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domingo, 23 de agosto de 2015

Precioso artículo de la visita de García Martín

  
Comiendo con unos amigos en el jardín de su casa, frente a Ribadeo reflejado en las aguas mansas de la ría, un fresco y soleado día de verano, se me ocurrió hacer recuento de mis posesiones. E inmediatamente me vino a la memoria el ingenioso poema de uno de mis mejores examigos, Miguel d’Ors. Se titula “Pequeño estamento” y enumera lo que les deja a sus hijos: un río dormido entre zarzas con mirlos, el azul de las orquídeas, los rinocerontes, “que son como carros de combate”, los flamencos, “claves de sol de la corriente”, las avispas, “esos tigres condensados”, y también los farallones de Maine, la Vía Láctea, los aleluyas de oro de los Uffizi, los goles de Pelé y no sé cuántas cosas más. Termina diciendo: “Todo para vosotros, hijos míos. / Suerte de haber tenido un padre rico”.
            Yo no tengo hijos a los que dejarles nada. Pero igualmente, en el sopor feliz de la siesta, mientras el zumbido de las abejas y el penetrante olor de una higuera me trae recuerdos de infancia y de Virgilio, juego a hacer también mi pequeño testamento, a enumerar las cosas que poseo, aunque en titularidad compartida, y que no lamentaré demasiado dejar, siempre que sea a su debido tiempo.


            En primer lugar, mi biblioteca. Los libros que se amontonan por todos los rincones del piso de la calle Murillo son solo una mínima parte de ella, y la más insignificante. Mi biblioteca, estuvo un día míticamente reunida en Alejandría, y hoy se encuentra dispersa por el mundo.
            La última sede que acabo de descubrir está en Palermo, en la Via Cavour. Caminaba yo abrumado por el sofocante agosto palermitano cuando tropecé imprevistamente con el colorido y el frescor de aquel mágico jardín. Paseé entre los mil y un apetecibles frutales; sonreí agradecido al encontrarme con un grueso tomo que llevaba años esperándome, Il processo di Verre; me senté en una mesa de la cafetería y comencé a releer aquellas palabras que traduje en clase de latín hace más de cuarenta años y que no he olvidado todavía: “Venio nunc ad istius, quem ad modum ipse appellat studium, ut amici eius, morbum et insaniam, ut Siculi, latrocinium” (Llego ahora a lo que ese llama pasión; sus amigos; enfermedad y locura; los sicilianos, latrocinio). Vuelvo a leer la historia de los príncipes de Siria, hijos del rey Antíoco, que visitaron deslumbrados Roma. Uno de ellos, que se llamaba como el padre, antes de regresar a su país quiso conocer Sicilia. Desembarcó en Siracusa, la más grande y hermosa de las ciudades de la isla, y el gobernador Verres, que había oído que llevaba consigo alhajas extraordinarias, creyó que le había tocado una herencia. Vuelvo a indignarme con la astucia de Verres para despojarle de todo al inocente príncipe y muy especialmente de “un candelabro de pedrería de purísimo brillo” que habían traído de su país como ofrenda a Júpiter Óptimo Máximo y que guardaba para entregarlo más tarde por encontrar el templo del dios inacabado.
            Tengo amigos exquisitos que hablan de la desaparición de las librerías verdaderas, dicen que ya solo quedan las que forman parte de una cadena y son como grandes almacenes, todas iguales. A mí, menos exigente que ellos, no me importa que esta Feltrinelli de Palermo sea como uno de mis lugares predilectos de Roma, la librería del Largo Argentina, con sus ventanas que dan a lo que queda del lugar en que fue asesinado Julio César, unas ruinas siempre llenas de gatos. O como la que se encuentra en la Piazza dei Martiri, en Nápoles, otro de esos rincones para mí siempre propicios a la felicidad.
            Cuántas veces no le habrá leído a Antonio Muñoz Molina lamentarse de la desaparición de las librerías neoyorquinas, devoradas por grandes cadenas como Barnes & Noble. Pues entre mis posesiones más preciadas se encuentra precisamente una sus sucursales, la de Union Square, que ocupa un entero edificio de principios del siglo pasado y en cuya cafetería -con los ventanales sobre los árboles de la gran plaza, su mercadillo y su inmenso mástil- he leído, soñado, escrito más de un poema.
            No, no soy yo de esos cultos lectores que coleccionan incunables y fatigan librerías anticuarias en busca de una rara primera edición. A menudo no sé lo que busco hasta que no lo he encontrado. Mi librería favorita de Lisboa -algo que hace que me miren por encima del hombro mis amigos bibliófilos- es la FNAC de los Armazens do Chiado. Siempre me alojo en un hotel cercano y siempre es esa mi primera visita y siempre encuentro más libros apasionantes de los que puedo llevar, de los que podría leer. No me angustia eso, como a otros. Nunca he comprendido el reiterado lamento de algunos por no poder leerlo todo. Me parece tan absurdo como el de quienes, al llegar a un mercado, se angustian por no poder comerlo todo. Yo escojo algún bocado particularmente apetecible, subo al café del piso superior y allí me siento a saborearlo con un expreso y al lado de una de las ventanas que dan sobre el castillo de San Jorge, la catedral y el azul del río, tan propicio a las ensoñaciones aventureras.
            Una vez leí que el antiguo emperador de Persia y el actual rey de Marruecos tenían docenas de palacios, dispersos por el país, y siempre listos para recibirles en el momento en que les apeteciera, incluso con mil y un manjares preparados por si les apetecía comer algo.
            No me dan envidia. Yo no soy emperador, ni siquiera rey, y sin embargo tengo docenas de palacios, listos para recibirme en cualquier momento, no solo en mi país, sino en cualquier lugar del mundo.
            En Lisboa mi favorito, ya me he referido a él muchas veces, es el Avenida Palace, al lado mismo de la estación del Rossio, con ventanales que dan a la Avenida da Liberdade; en Londres, el Russell Hotel, un aparatoso edificio victoriano lleno de recuerdos de Virginia Wolf y del grupo de Bloomsbury y en el que una vez Sherlock Holmes (¿o fue Conan Doyle?) quedó citado con una misteriosa mujer que finalmente resultó ser un hombre disfrazado para asombro de Watson, no de Holmes, que lo sospechaba desde el principio.
            Creo en la propiedad compartida, ya lo dije, y por eso no envidio a mis amigos que tienen casas con jardín, en Letojanni o en Figueras, en las que pasar apaciblemente los días de verano. Y a los que a veces tienen la amabilidad de invitarme, como hoy mi admirado amigo Antonio Masip, con el que trato de hablar de literatura, no de política, aunque no puedo evitar alguna alusión al tema del momento: “Un país que forma parte de otro contra la voluntad expresa de la mayoría de sus habitantes se convierte automáticamente en una colonia, digan lo que digan las leyes”.
            Hay dos cosas, o mejor tres, que odio especialmente: los prejuicios, las vacaciones y no hacer nada. Para mí pasarlo bien y no hacer nada son conceptos incompatibles. 
            “Todo lo que puede hacerse rápidamente no me interesa”, ha escrito Joan-Carles Mèlich. A mí, en cambio, todo lo que no puede hacerse rápidamente me aburre. Mi lema es el de Paul Morand: “Rápido y bien”. He conseguido cumplir ya el cincuenta por ciento de ese lema; la otra mitad -no diré cuál es- me está costando algo más.
            He tardado en superar mi horror al verano. Ahora es para mí una época tan maravillosa como cualquier otra del año. Lo que odiaba no era el verano, sino las vacaciones, esos días en que uno debería descansar, aunque no estuviera cansado, dejar su ciudad, tomar el sol, llenarse de arena, beber cerveza, dormir la siesta, rascarse la barriga. Una costumbre bárbara, procedente de un tiempo (antes del aire acondicionado) en que en muchas ciudades durante el verano no era posible la vida civilizada. 
            Afortunadamente vivo en Oviedo, donde la vida inteligente (como en el resto de Asturias y en otros privilegiados lugares del planeta) es posible durante todo el año.
            No sigo haciendo recuento de mis posesiones, no acabaría nunca. Colecciono ciudades, grandes y pequeñas. Este verano he añadido a mi colección, Palermo, que tanto me ha recordado a una de las joyas preferidas, Nápoles, y Figueras. 


            En Figueras tengo casa y biblioteca. La casa es el palacete art noveau de doña Socorro, construido en 1912 por Ángel Arbex, un discípulo de Gaudí; la biblioteca es la del mejor bibliófilo asturiano, José Luis Pérez de Castro. Los Masip me invitarían encantados a su chalet junto a la ermita de la Atalaya, pero yo no soy capaz de dormir en casas de amigos, salvo que no haya más remedio; prefiero el chalet de doña Socorro, hoy hotel Peñalba, que incorporo a la lista de mis residencias favoritas.
            Supe que debía añadir Figueras a mi colección cuando, al pasear en barca por la ría del Eo, vinieron a saludarme los delfines. La última vez que los vi fue navegando por el Atlántico, cerca de otra Figueras, la portuguesa y unamuniana Figueira da Foz.


            Cuenta Antonio Machado que cierto día unos delfines se adentraron por el Guadalquivir y llegaron hasta Sevilla. Se armó un gran revuelo y de todas partes acudió gente a contemplar el insólito espectáculo. Entre ella, un joven tímido y una joven morena que allí, cerca de la Torre del Oro, se vieron por primera vez, se miraron largamente, se gustaron. Dos de sus hijos, a los que dieron los nombres de Manuel y Antonio, fueron poetas.
            Añado a mi interminable testamento, tan repleto de maravillas, aquellos delfines de Figueira, que como los de Sevilla también propiciaron un encuentro, y estos de Figueras que han abandonado su ruta habitual para venir a saludarme y anunciarme algún prodigio. 
            “Todo para vosotros, hijos míos”, me digo con Miguel d’Ors. “Suerte de haber tenido un padre rico”. Pero no tengo hijos a los que dejarles nada, lo dejaré todo a disposición de quien, como yo, no se canse nunca de la cotidiana maravilla del mundo.
                


             

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