sábado, 25 de octubre de 2014

El derecho de secesión en Europa

El profesor 
Pese a la actualidad del tema y la calidad editorial tardé en hacerme El 
El iusinternacionalista Medina Ortega ha publicado un libro "rigoroso", como decía el famoso sabio de su segundo apellido, de plena actualidad: "El derecho de secesión en la Unión Europea". Fundación Alfonso Martín Escudero. Editorial Marcial Pons.ejemplar, pero "nunca es tarde si la dicha es buena".
Manolo fue compañero mío en el Parlamento Europeo, durante mi primer mandato y él ya llevaba en Bruselas/Estrasburgo desde la incorporación española. Lo tengo por auténtico maestro que me enseñó la trastienda para moverme entre bambalinas y también el rigor exigible a las más nimias intervenciones cuando se pide la palabra en una Comisión tan significativa y trascendente como la Juri, o Jurídica, a la que ambos pertenecíamos. Por un curioso efecto reglamentarista el titular era yo y él ocupaba plaza de suplente, cuando en la práctica solo era para mi un aprendizaje atento a sus muchos saberes de fondo y procedimentales. Por entonces, tuvo para conmigo la generosidad de presentar uno de mis libros en Las Palmas.
Su libro de ahora es completamente necesario en la literatura comunitaria pues aborda de lleno una preocupación que tanto afecta no sólo a la UE y a España sino también a otras regiones europeas con tentaciones secesionistas, tal sea la momentáneamente abortada de Escocia, la Padamia italiana, parte de Hungría, Flandes... Cuestiones todas en las que Manolo aprecia "un alto grado de voluntarismo y amateurismo" cuando "no se toman en cuenta los requisitos estrictos de orden constitucional que impone la pertenencia a un Estado de Derecho y la necesidad de conformarse a las disposiciones de la Unión".

Como ha sido asumido por la soberanía popular, expresada en Cortes, y, reiteradamente, por la propia Comisión de la UE: "la secesión de una parte de un Estado miembro supone la pérdida de la entidad separatista de los derechos inherentes a la pertenencia al territorio de la Unión y, entre ellos, la pérdida por sus habitantes de la condición de ciudadanos de la Unión Europea". Es una conclusión que no por obvia anima a leer al exdiputado porque su razonamiento es brillante, enriquecedor y definitivo.

sábado, 18 de octubre de 2014

Trubia está ahí

A principios de los sesenta, los jóvenes recién contratados por el Banco Herrero solían preferir como iniciación la Oficina de Trubia. Aquel director, sin tener carácter expansivo ni pedagógico especial era un probo empleado capaz de transmitir su sapiencia de forma práctica. La primera lección era que junto al tintero para la obligada rúbrica se colocase visiblemente la posibilidad de mojar el dedo y estampar la huella: “No esperes que te lo pidan. Los analfabetos son muchos más de los que imaginas y tienen su sensibilidad. Jamás, de otra manera, podrías recoger los recibos de tantas pensiones”.
Esa era Trubia.
Su progreso cierto pero inarmónico. Hogaño las cosas son, sin duda, muy distintas. La Fábrica sigue con su enorme superficie y ahora, dicen, con carga de trabajo, como no podía ser menos en un mundo belicoso,asegurada hasta,al menos, 2026, pero las contradicciones palmarias y bien apreciables, al ladito mismo de la gran ciudad. La más lacerante es ese burdo engaño a 55 despedidos, que conllevó el vergonzoso cierre de la Vega ovetense y de los que se quiere olvidar el Ministerio de Defensa y su subcontratada, la americana General Dynamics.
Acompaño a estos amigos en su concentración periódica y me sigue sin entrar en la cabeza que la Corporación Municipal y la empresa hayan abierto las instalaciones armeras para danzar sobre sus ruinas.
Si me acerco una vez al mes a saludar a estos amigos, víctimas de la sinrazón, no es por mera solidaridad, que también, sino porque no concibo nuestra ciudad y nuestro Concejo amputados de su historia industrial.