viernes, 31 de mayo de 2019

NADIE PUEDE ASEGURAR QUIÉN SERÁ ALCALDE EL 15



RUBALCABA INFINITESIMAL O NUEVA LECTURA DE ESPAÑA

Mucho se ha perorado sobre Rubalcaba.

Sin amenazas terroristas etarras todo ha variado. No obstante, vinculados al purismo antifranquista y a otros buenismos hemos quedado sobrepasados por ansias con las que no siempre conecta la vieja política. Así hice colocar en “Casa de Campomanes” estos versos de Ángel González:

Habrá palabras nuevas para la nueva historia//y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

El municipalismo sigue dependiente de forma inconstitucional del mecanicismo regional, estatal o comunitario. El protagonismo de los partidos del art. 6 de la Constitución es, sin embargo, injusto dejando fuera a uno, sin duda marginal pero de tradición arraigada, IU/PCE. La Corporación debería integrar y la figura del Alcalde debe tener carácter y moralidad ejemplares. Hay quien se sorprende, o eso me dice, de que haya apoyado al actual Alcalde, pero aborrezco la corrupción de tantos años y casos, y Wenceslao es persona honesta, en absoluto dispuesta a necrosar impunidad. 

Todos deberían reconocerlo antes de iniciar trabajo consistorial.

Tengo legitimidad para afirmarlo y exigirlo. Debo otros reconocimientos que sorprenderán. Cómo no estimar, sectarismo aparte, que Ignacio Cuesta llega tras un magnífico decanato de mis colegas de profesión, que Ana Taboada quiere a nuestra ciudad, que el llamado Rivi, pese a su gravísimo yerro sobre los Premios Princesa, deja concejalía con admirable dignidad, que Ablanedo, a la que personalmente no conozco, ha demostrado, y la he felicitado, superación del mecanicismo, y que Cristina Coto ha sufrido con entereza acosos intolerables. Y, no puedo menos de ensalzar papeles muy anteriores, cuya influencia llegó a mí, tal Luis María Fernández Canteli, tan olvidado por los suyos, o Villamil, un concejal del que tomé prestada la idea del Parque de Invierno, o Folgueras, del que pude apreciar encomiable interés por los pueblos del Concejo, o, aún, la entrañable lealtad institucional de alcaldes que me precedieron Suárez, Serrano y Riera.

 ¡Cuánto debo a funcionarios que no pensaban como yo, salvo en el tema capital e intransigente de la corrupción, tal don Luis Arce Monzón. Mi gestión jamás hubiera sido la misma sin mis compañeros…Y ahí estuvo la diferencia, el concurso de los que fueron, sobre el papel, solo sobre el papel, oposición, Ania, Zarracina, Grossi, Amandi, Fuego, Ismael, G.Arias, Cueto Felgueroso, Bango, Llaneza…Panorama inimaginable hoy. ¿Estarán dispuestos los partidos el 15 por una ciudad de todos/todas?

Empezaba perorando sobre Rubalcaba. Con Alfredo tuve experiencia inolvidable. Fue con ocasión, en Bruselas, de un delirante acuerdo entre una miembro entonces de mi grupo y Jaime Mayor para que la Eurocámara sostuviera, en evitación de lacerantes prescripciones, competencia de la jurisdicción del Tribunal Internacional por genocidio en detrimento de la Audiencia Nacional. Se invitó para semejante aberración a Fungairiño, famoso fiscal, que, a mis preguntas, sostuvo todo lo contrario de lo que los proponentes buscaban. Se arriesgaban absoluciones, penas rebajadas y libertades provisionales con sucedidos en extremo garantistas, como hogaño el caso Puigdemont, silenciando la experta  Audiencia Nacional. Se rompía también el principio del juez natural. Contra mi posición se recurrió a un asesor del entonces Ministro de Defensa, lo que superé, gracias a Álvaro Cuesta, con un contacto con Pérez Rubalcaba que puso a PP y PSOE en su sitio, sin interrumpir el loable final etarra ni darle una escapatoria en Tribunal ad hoc.

Inapreciable, y quizá intrascendente, fue aquella mi intervención, pero una vez más aprecié el recio análisis de un Rubalcaba que, por desgracia, falta y al que hubiera contado lo que puede pasar en Oviedo. Nada que ver con el terrorismo, por supuesto, pero demasiado con corrupciones  e impunidades, que arruinan nuestra hermosa ciudad.  


LA FOTO A LA ENTRADA DEL EVEREST,EL FIN DEL MUNDO


La historia detrás de la famosa foto del fatídico atasco en el Everest

El alpinista nepalí Nirmal Purja cuenta cómo captó la imagen de la aglomeración en el techo del mundo e intentó organizar ese caos

“Sí, yo hice la foto”. Nirmal Purja (Myagdi, Nepal; 1984) estaba ahí el pasado 22 de mayo. Cerca de la cima del Everest. El alpinista nepalí había coronado la cumbre del mundo (8.848 metros) y se encontraba en pleno descenso cuando se vio atropellado por la marabunta. Más de 200 personas intentaban el ascenso en un atasco humano jamás visto en el techo del planeta. Purja no podía avanzar. La aglomeración amenazaba con convertirse en una trampa mortal. Entonces se quitó los guantes y tomó una fotografía espectacular, tremendamente significativa de aquello en que se ha convertido el Everest: un destino para turistas que las compañías comerciales ofrecen a precio de oro sin importar la preparación física o técnica de los clientes. Hasta 10 personas murieron en el intento.
“Me encontré totalmente atascado en ese tráfico de gente ahí arriba”, cuenta Nirmal Purja a EL PAÍS. “Yo estaba bajando. De repente, me quedé parado, sin poder moverme. Había más de 200 personas intentando subir. Miré alrededor y tomé la fotografía. Me quité los guantes. Tenía las manos heladas y los dedos entumecidos, pero quería hacer la foto como prueba de lo que pasaba. Claro que estaba preocupado cuando vi esa gigantesca cola. El viento era de unos 35 km/h. Si hubiera sido cinco kilómetros más, habría habido más muertos ese día”.
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En un escenario en que hasta los mejores luchan por sobrevivir, el pelotón de montañeros acabó siendo una ratonera. A 8.000 metros, no hay espacio para un carril de ida y otro de vuelta. “Me encontré allí como si fuera un policía de tráfico. Estuve tratando de dirigir ese atasco humano durante hora y media. Todo el mundo quería subir y todo el mundo quería bajar. Lo que hice fue pararme y controlar el tráfico. Iba mandando gente arriba y abajo continuamente”, prosigue Purja su relato.





Curiosamente, la foto de denuncia del alpinista nepalí —que lamenta que algunos medios hayan usado sin citarle— ilustra una realidad de la que él mismo participa. Purja está inmerso en Project Possible 14/7, su reto de escalar los 14 ochomiles en siete meses cuando el anterior registro es de siete años y 10 meses, propiedad del coreano Kim Chang-ho (que murió en 2018 por una avalancha), un mes menos que el polaco Jerzy Kukuczka, que enlazó las cimas entre 1979 y 1987 sin pensar jamás que estaba en una competición. Ahora hay un alpinismo que mira hacia los récords. “Estoy intentando lo imposible”, explica Nirmal Purja, “romper la marca de los 14 ochomiles y romper otros récords como el del ascenso más rápido al Everest. Quiero probar lo que puede conseguir el ser humano, su potencial”. Y para ello, toda ayuda es poca: cuerdas fijas, oxígeno embotellado, sherpas, helicópteros para los desplazamientos... Todo para conseguir una marca o, en el caso de esos turistas hacinados en el Everest, el simple sello de haber puesto los pies en la cima del mundo.
En su carrera, Purja ha subido desde abril seis cumbres en tiempo récord: Annapurna, Dhaulagiri, Kanchenjunga, Makalu, Everest y Lhotse (tiene el registro más veloz de encadenar estas dos últimas cimas en 10 horas, en 2017). En junio lo intentará en el Nanga Parbat, Gasherbrum I y II, Broad Peak y K2, y para otoño le quedarán Manaslu, Cho Oyu y Shisha Pangma. Un maratón.
“Creo que la montaña es para todos. Si la gente quiere subir el Everest, tiene derecho. Hay muchas rutas diferentes por las que se puede subir. Simplemente, hay que saber gestionar bien esa cantidad de gente”, afirma Purja, un alpinista con alma de militar. Fue soldado de la Marina Real Británica, condecorado el año pasado como miembro de la Orden del Imperio por la reina Isabel II. “Yo estuve con los gurkhas [pueblo combatiente nepalí] y fui a la guerra. Provengo de las fuerzas británicas. Ahí te crees que eres invencible, te crees el más grande. Y cuando estás en la montaña, te hace poner las cosas en perspectiva. Te das cuenta de que no eres nadie”. O uno más en el atasco del Everest. Eso sí, autor de una foto histórica.

sábado, 25 de mayo de 2019

FABULOSO ARTÍCULO DE FÉLIX DE AZÚA

En una carta a Paul Engelmann, un inesperado Wittgenstein calderoniano le decía que nuestra vida es un sueño, sí, pero que en algunos momentos decisivos nos despertamos y podemos llegar a saber que estamos dormidos. Es una vuelta de tuerca al sueño de Segismundo. El despertar no llega con la muerte sino que acontece en vida, pero sólo en momentos supremos y a pocas personas. Por lo que sigue en la carta, yo creo que Wittgenstein se refería a sí mismo y a otros pensadores de igual calibre intelectual, como Schopenhauer, capaces de recibir en forma de luz instantánea la visión de nuestra existencia en tanto que delirio onírico. Un estado similar a la muerte, pero con imágenes que no podemos variar porque varían ellas solas. Así que, a diferencia del dolor, que es lo ajustado a los vivos, vivimos la muerte ajena (jamás la propia) como un suceso cargado de sentido a pesar de su trivialidad.
Por eso muchos hablamos ahora de Rubalcaba como en un sueño: fue un hombre inteligente y con estudios superiores, uno de aquellos socialistas íntegros que tenían una idea firme de cuál era la sociedad por la que luchaban. De ahí su destacado empeño para acabar con los asesinos vascos. Nunca habría consentido a Otegi. El siguiente sueño de los socialistas vivos, en cambio, han sido dirigentes sin usanza laboral, sin estudios, sin entereza moral, sin una idea de sociedad. Jefes solipsistas, frívolos e incapaces de despertar para constatar que están dormidos. Yo veo la desaparición de Rubalcaba con la penosa emoción que me produce el derrumbe de la aguja de Notre Dame. Desaparece algo irrepetible. La próxima aguja no será de madera, ni la construirá Viollet. Será el resultado de una lucha entre codicias y empresas. Será, posiblemente, virtual

viernes, 24 de mayo de 2019

PEPE SASTRE O MAGDALENA 12


PEPE SASTRE O MAGDALENA-12

Una de las calles más clásicas de Oviedo es Magdalena, antigua y moderna a un tiempo”. Ruiz Tilve, Carmen, LOS GATOS DEL FORNO.


Como tenía que ser, Eloína y yo asistimos a la entronización de Pepe López Sastre en la Academia de Medicina. Lo conocí en el Servicio del inolvidable Emilio Rodríguez-Vigil, al que pusimos calle, desde Julián Clavería al Hospital General, cuyo dinamismo zonal espero se recupere y para el que hay ya, contra enquistada desidia, plan estratégico patrocinado por el alcalde. Más luego, también estuve con Pepe en Castrillo de los Polvazares, origen de los suyos, aunque, tras el acto académico, sé que su natalicio fue en Magdalena-12, en cuyo bajo, Albiñana, adquirí sombreros.

¿Maragato? Otro galeno ilustre al que venero, Tolivar Faes, ensalza los profesionales que “cimentaron prestigio en florecientes comercios de Magdalena, unos cuantos hombres emprendedores, venidos de León”. Bien Sastre por blasonar de solar. Magdalena/Cimadevilla, calle Comercio para Clarín novelista, por la que transitaba el genio a las Consistoriales,  Universidad, Casino y Librería Martínez. El espacio son sabores comerciales, financieros y literarios, consustanciales a la musculatura ciudadana. De ahí eran los Adolfos, como llamaba nuestro mejor escritor a Buylla y Posada; Indalecio Prieto; la juventud de Pérez de Ayala; la escritura por Dolores Medio de “Nosotros los Rivero”…La joyería Pedro Álvarez, Facundo López(Blanco y Negro), la Banca Herrero y otros pasaron de Magdalena al eje Uría-Fruela, surgido del Carbayón derribado, la Estación y El Ensanche. Enfrente de Sastre, Rafael Zamora, Marqués de Valero de Urría, fabuloso personaje del pasado siglo, matrimonió con hija de Álvaro Mesía, antagonista de “La Regenta”. Al lado de Pepe, en el Bar ALLER, se fraguó Tribuna Ciudadana. Entre el paso de Clarín y el de Pepe nació un periodista de primera, Carlos Luis Álvarez, Cándido por devoción a Voltaire. Y estuvieron la librería Aguillaume, la Capilla, el colegio de las primeras letras de Pepe, Vista Alegre o primera Real Audiencia, las Boticas de fórmulas magistrales, Casa Cesáreo, el establecimiento de Luis María Herrero, el de Llavona, creador del Caodespol, profesor de Física y Química que en los dominicos llamábamos “Cara Jaula”, la paragüería Iriarte, La Fuente…Carmen Ruiz menciona PAUSIER, precisamente en el 12, que enviaba los trajes a Irún para tintar lutos.

La calle, donde también vivió J.G.Aparicio, gran teniente de Alcalde conmigo, bordeaba, antes de la guerra, El Campillín. El vate Carrocera, muy popular en tiempos, cantó, en ripios castizos, comerciantes de Magdalena que, salvo la entrañable familia Cosent, no llegué a tratar: Casa Morán, El Cisne, Izquierdo, La Reguladora, el relojero Benigno, Barbería Marcelo, Tuto (pastelero), Calvo, Aurelio García, Isaías, el platero don Ramón, Sastrería Laureano, PARIS/LONDON, Bazar Saturnino… ¡Magníficos libros e investigaciones de Carlos del Cano y, a otro nivel, Francisco Erice!
Sastre no solo tiene méritos por salir al mundo aquí, que también, sino reconocimientos científicos, avalados por la Academia y las recepciones del exrector López Arranz y el Presidente Julio Bobes.

En definitiva, discurso (“Importancia del aporte de oligoelementos en la nutrición del lactante”) que me ha interesado mucho; incluso escribiría sobrecogido, pues, siendo sietemesín, no puedo olvidar la gran labor de Pepe por la neonatología.
Además de la reafirmación Magdalena-12, ¡qué barbaridad que traduzcan de Proust galleta en vez de su memorística magdalena!, oigo del Dr. López Sastre la trascendencia del hierro dosificado para bebés. La calle Fierro, significante de hierro, es paralela a Magdalena, sin la juntura infinita de  imaginativa geometría convencional; en la excelsa persona de Sastre, hierro y magdalena unidos, o escuchados, es oral mixtura. 

Tal dice nuestro íntimo Rafa Modroño:”Pepe es más que bueno, ¡lo siguiente”

viernes, 17 de mayo de 2019

MAYORGA MAÑANA EN LA REAL DE LA LENGUA, ANTES EN AVILÉS Y EL NIEMEYER


MAYORGAMENTE AZULES EN EL NIEMEYER

"L'art c'est l'azur”, Hugo, Victor

El Niemeyer es construcción bellísima en ría para mí edénica. Como Oscar Niemeyer no estuvo en Avilés, ¿de quién es la elección del maravilloso espacio para sus piezas? De niño llegaba yo hasta allí combinando tranvía, caminata y lancha; más luego, ganada cierta añeja autonomía, en bici con bocata, tubo de leche condensada, toalla, muda de traje de baño seco, caña en única pieza de bambú sin carrete, metro y pico de línea nylon enroscado, anzuelo pinchado al extremo inferior del palo y una peseta para cebo de merucos. El vanguardista diseño del brasileiro invade la nostalgia del lugar. Días azules de Machado y de Peyroux. Pesqué decenas de panchos y, desde barca a remo, saltaba para nadar, empujado por la corriente y las aletas, ¡azules!, a San Balandrán  y al llamado impropio por Woody Allen Faro de Avilés hasta soñar hogaño traspasando las INTENSAMENTE AZULES gafas de buceo de Juan Mayorga, caladas genialmente por César Sarachu.
El azul, proveniente de la afgana Hindu Kush, entró en Asturias/Noega para un romano cultivado del Chao San Martín. Era azul matisse, muy anterior al que hizo exclamar al fovista, ¡El Paraíso existe! Consustancial a Rubén Darío y a la gradual evolución de Picasso. A mi lado, Eloína recordaba Vittorio Gassman e Irene, La Mujer Tuerta en la porticada santanderina, “perché Irene plora per un occhio solo?, perché?”. De la misma se me apareció Darío Fo, incursión pirandelliana, común a grandes dramaturgos.

El titular azul era habitual, letras de molde deportivas, en el oviedismo forofo de los tres periódicos locales de la adolescencia. Mayorga/Sarachu  vino a rescatarme el todo azul del existencialismo futbolero. Borges, mentado en la obra, contagiaba la contradicción significante del color azul, cuya derivada en azulino obsesionaba al argentino universal:”Si pongo azulino es palabra decorativa”
Emoción íntima el guiño al entreno baloncestístico de Raquel, hija del autor, con Julia, mi nieta, bajo la vigía de los Mayorga y Cristina y Marco, mis hijos.
Ya ni la lámina de agua es azul ni vaporosamente espumosa contra la ensoñación de las espantapájaros “carreras fuera borda” en fiestas agustinianas de los cincuenta y la extraña, por novedad absoluta, aparición de esquiadores acuáticos, siempre franceses, y sus delicias acrobáticas que seguíamos desde gradas ad hoc del muelle o casetas de apuestas que emulaban las competiciones hípicas de La Exposición. La carretera al borde riesgoso del agua. Pericoloso sporgersi en los ventanales cizalla de los expresos europeos. Era aún el tiempo paralelo del eslogan LA ATENAS DE ASTURIAS, que me evocaba Manolo Alcántara, decano, le dicen ahora,  de los columnistas, debutante entonces en juegos florales del coqueto Teatro Palacio Valdés; por su cuenta María Zambrano, entre José Ángel Valente y una Corte gatuna, conservaba también, en el exilio ginebrino, la inextinguible remembranza de Avilés, su primera conferencia, invitada de José Francés y animada a viajar por Ortega y Gasset. Mayorga no conoció aquel ambiente mágico y decadente preensidesa, anterior y simultáneo a la acería que le derrotó. Las gafas edulcoran la ría que tantas veces, sin daltonismo homérico, era gris o negra y hasta roja tal un par de referencias del, en ocasiones, hilarante monólogo.

INTENSAMENTE AZULES es creativa escritura Mayorga, que sustituirá mañana, domingo 19, en la Real de la Lengua a nuestro Carlos Bousoño, por cierto, además de gran poeta, gran nadador. Las de buceo no sirven para ver, que también, retratan a los que las ven.
En la blanca arquitectura Niemeyer cobra todo su sentido la carpintería del azul de Juan Mayorga, excelsa espiral del Arte. Poco antes, ahí mismo, el mejor Sorolla, al que faltaron en vida gafas para trasponer Asturias en luz y verde.

Mayorga/Niemeyer, o viceversa, ¡lo no va más!

miércoles, 15 de mayo de 2019

VOLVÍ AL JUZGADO TRAS LAS AMENAZAS Y PINTADAS DE PARIENTES DEL GRAN LUIS ESTRADA

Susana Pérez-Alonso denuncia acoso por parte de unos vecinos desde 2013

La hija de la escritora fue insultada y amenazada en la calle: "Si recurrís, ateneos a las consecuencias"

15.05.2019 | 00:46
Susana Pérez-Alonso junto al abogado Antonio Masip. 
La escritora Susana Pérez-Alonso denunció el año pasado a un vecino por derribar el tiro de la chimenea, donde colocó un televisor. Con ello había conseguido que, desde ocho años atrás, no se pudiese utilizar este elemento en dieciséis pisos del edificio de la calle Uría donde vive, en Oviedo. El juez no estimó la demanda, pero el asunto está muy lejos de concluir. Pérez-Alonso está dispuesta a recurrir, pero esta perspectiva no le ha parecido muy bien a sus vecinos. El pasado viernes, la hija de la escritora, la abogada Jimena Pérez-Alonso, caminaba tranquilamente por la calle Doctor Casal de Oviedo cuando se vio asaltada -o al menos eso es lo que se refleja en la denuncia- por la vecina, Ana Isabel S., que la cubrió de insultos y la amenazó: "Como se os ocurra recurrir, ateneos a las consecuencias". Para la letrada, la frase podría entenderse incluso como una clara obstrucción a la Justicia.
Ayer estaba convocado el juicio rápido por este asunto. La escritora recabó los servicios del exeurodiputado y veterano abogado Antonio Masip, que no volvía por los Juzgados desde hace bastantes años. A la vista no acudieron los denunciados, Ana Isabel S. y Vicente G. I., pero tanto Susana Pérez-Alonso como su hija relataron la situación de acoso que vienen sufriendo desde al menos el año 2013. El juez decidirá ahora si absuelve a los denunciados o si abre diligencias por un delito de acoso. "No teníamos más remedio que llevar el asunto a la vía penal", explicaron las dos mujeres. Masip, por su parte, que también ha sido víctima de acoso vecinal, indicó: "No se puede tolerar que haya vecinos tan enconados".
El enfrentamiento con Vicente G. I., que fue secretario de un ayuntamiento leonés, viene de largo. "He hablado con todas las corporaciones municipales desde 2010 hasta ahora y no he encontrado ninguna respuesta, así que llevo ocho años sin chimenea", aseguró Pérez-Alonso. El expediente municipal se paralizó y se volvió a abrir en varias ocasiones. Y la chimenea sigue inutilizada.

sábado, 11 de mayo de 2019

PEDRO SILVA PRESENTA NOVELA EN EL CAMPOAMOR

Pedro de Silva: "La novela se ha hecho muy pacata, en todas sus dimensiones"

El escritor presenta en el Campoamor "La moral del comedor de pipas", saludada por García Pérez como "paradigma de la posmodernidad"

11.05.2019 | 01:27
Francisco García Pérez, el editor Álvaro Díaz Huici, Pedro de Silva y Roberto Sánchez Ramos, ayer, en el Campoamor. 
Pedro de Silva se encontró un día, de forma casual, con una familia que estaba comiendo pipas. "Transmitían un sentimiento de paz, no se metían con nadie, estaban a lo suyo, procesando el gusto de la sal con esa paciencia. Se amaban simplemente por estar juntos. Todos mascaban, no hablaban entre ellos, no tenían nada que decirse. Era gente que no se estaba metiendo en la vida de los demás", relata. Ese fue el origen de "La moral del comedor de pipas" (Trea), su nueva novela, que Pedro de Silva presentó ayer en el Salón de Té del teatro Campoamor, flanqueado por el crítico Francisco García Pérez y por el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", y con el editor, Álvaro Díaz Huici, y el ilustrador del volumen, Álvaro Noguera.
A partir de esa estampa, de la comprensión de que esa familia comedora de pipas era depositaria de una moral opuesta, casi se diría que contraria, a la dominante, anidó en Pedro de Silva una idea que acabaría germinando en esta novela "disparatada en apariencia, en el fondo a lo mejor también" y decididamente "gamberra", como coincidieron en definirla De Silva y García Pérez.
Durante la presentación, empapada de la ironía que nutre la novela, De Silva desgranó la trama y los personajes que deambulan por sus páginas, revelando lo justo para despertar el apetito del lector, pero sin desvelar cuestiones nucleares como qué son los "momos" contra los que combaten el protagonista de la historia, Luca, y sus compañeros, pese a que García Pérez, incisivo y pícaro como buen crítico, animó insistentemente al público a que apurase al autor para que explicase la naturaleza de esos personajes. Nadie entró al trapo.
Más allá de tratar de poner en un brete a su amigo, García Pérez ofreció un desmitificador retrato del crítico para poner de relieve la importancia que aprecia en el libro de Pedro de Silva, de la que exclamó, nada más leerla: "¡Por fin tengo una novela posmoderna en las manos!".
Para apuntalar su impresión, García Pérez trazó diez rasgos definitorios de la narración posmoderna. A saber: alto grado de alusión, antidiscurso y aparente falta de profundidad, diálogo con la cultura de masas, cambio brusco de registro y trama, antirrealismo, debilitamiento del narrador omnisciente, heterotopía, el uso de un sujeto débil como eje, el hedonismo, y un tono de comedia, farsa o parodia. A juicio de García Pérez, "La moral del comedor de pipas" es depositaria de todos esos rasgos, lo que sitúa esta novela como una "paradigma de la posmodernidad".
"No hay más verdad que la novela posmoderna, y con 'La moral del comedor de pipas' Pedro de Silva se ha convertido en su profeta", afirmó García Pérez, que ofreció a los presentes una serie de titulares con los que afinar una crónica del encuentro del Campoamor: "Pedro de Silva ha olido como nadie hasta ahora el cambio de paradigma que estamos viviendo", y también "La novela más joven del año ha llegado de la mano de un escritor veterano", algo que, precisó, ya ocurrió con Cervantes y "El Quijote".
Pero, como García Pérez sabía, el titular le corresponde al propio De Silva, que antes que profeta de la novela posmoderna se ve en el papel de "protomártir". Lo dejó durante un amable debate con el público, en el que defendió la componente sangrienta y la sexualidad presentes en su libro: "La novela se ha hecho pacata, muy pacata, en todas las dimensiones", afirmó el autor, que alertó a los presentes contra esas "novelas de moralina, no de moral", que ocupan las estanterías destinadas a los clásicos.
Se trata, en eso también coincidieron todos, de una novela arriesgada, para su autor y para los lectores. Pero García Pérez prometió a los últimos una recompensa, si se sumergen en esa lectura: "En la novela de Pedro, si escarbas, siempre encuentras la perla".

viernes, 10 de mayo de 2019

ÚLTIMO EN LA LISTA


"Antes de salir de España me figuraba que los conservadores de estas tierras eran gente respetable, equivocadas según mi punto de vista pero dignos de consideración; europeos, intelectuales y liberales relativamente. Confieso que me había equivocadoAlas Argüelles, Leopoldo, OBRA PERIODÍSTICA.

“(…) un entorno cultural tan frágil como el de nuestro país”. López Otín,C. LA VIDA EN CUATRO LETRAS


Es honor cerrar lista en la ciudad de mis nostalgias de cinco generaciones. Hice propuestas sucesivas semejantes a Ángel González, Sara Suárez Solís y Fernando Valle/Avelino Cadavieco. Los cuatro, ovetenses de primera. No podía negarme ahora al Alcalde, ¡honesto a carta cabal!, virtud política imprescindible, y tampoco a mi propio entusiasmo juvenil. Ángel, gran luchador, cuyo progenitor, Pedro González Cano, fue concejal republicano de Oviedo; ¡los hijos de Sara: sus novelas! constituyen pilares de LA BIEN NOVELADA, divisa proclive a la caricia de nuestro escudo; Fernando y Avelino siguen en el espíritu de LA VEGA, mal clausurada, y en LATORES, núcleos progresistas.

Ramón Jáuregui, alcalde/gestor provisional de 1978, ha procedido igual que aquí en su San Sebastián, Luis Yáñez, que nomina cierre europeo, y otros amigos me han enseñado mucho en las lides bruselenses de las que sigo bebiendo saberes y templanzas. El panorama es confuso, incluso diría más, tal la humorística constancia de los gemelos DUPONT en TINTIN Y MILOU: ¡muy confuso!, en particular por secesionismos enloquecidos no erradicados. El gran comunista José María Laso me reprochaba con sumo afecto que yo no sería nunca, y no le faltaba razón, marxista, pero me han influido, sin embargo, un cierto kantismo (Kant…ese sí premarxista) y el Sermón de la Montaña, vinculados a que la Vida es Deber. Camus antes que Sartre. Heme, pues, dispuesto, con sincera humildad, a aportar granito antes del borgeano olvido que seremos. Aunque confío en los genes democráticos patrios, y en especial, la tradición asturiana, temo saltos atrás (“desandan camino”, A. Guerra en el Club de Prensa dixit) que exigen pizca de deber y ponderación incansables a los que sabemos de coletazos, xenofobias, antifeminismo, demagogia, anticultura, latrocinio a las arcas públicas. El shakesperiano ¡las cosas que hemos visto! Enemigo de la violencia boxística, tomo, no obstante, jerga pegadiza: ¡nada de bajar la guardia!

Aquí se ha robado en proporción tamaña, o más, a Pujol en Cataluña; no cabe ingenuamente necrosar impunidad.

Conocí Europa dentro de las instituciones, y la preocupación es grandísima, mayor que la confusión aludida. ¡Menuda la liada, v.g., por Dolors Montserrat/Toni Comin para cargarse de consuno la Agencia del Medicamento! Grave peligro sobrevuela: El fascismo, como entre las guerras mundiales, afila garras en campo embarrado… ¡Ni neutralidad ni inacción! Lo vieron Keynes y otros.
Amistad confianzuda con Jonás aparte, tan preparado y próximo, Asturias y sus partidos, sin ningunear la labor pasada de Laura González o Salvador Garriga, no deberían marginar nuestra frágil región olvidando colocar europarlamentarios/as.

En definitiva para mis adentros y lesiones corpóreas: ¡listo!, cierre o no lista.


HA MUERTO RUBALCABA

Son muchos los recuerdos que me sobrevienen.
En especial la tarde noche que acogió la idea que le presentamos Enrique Pañeda y yo de convertir el Cuartel de Milán en Facultad de Humanidades.Alfredo era entonces Jefe de Gabinete del Secretario de Estado de Universidades Juan Rojo.

jueves, 9 de mayo de 2019

viernes, 3 de mayo de 2019

NOTRE DAME


NOTRE DAME, HERIDA PERO EN PIE
“Paris outragée (ultrajada); pero, al fin, PARIS” De Gaulle, Charles 26/9/44
Como soy afrancesado, en el borde irredento, conocí pronto Notre Dame. Mi hermano y yo, tendríamos trece y catorce añinos, en nuestro primer París, que vivíamos en casa laica, quisimos cumplir el precepto dominical. Supusimos oferta en tres templos icónicos sobre mapa: el Sacre Coeur, la Madelaine y Notre Dame. Optamos por esta, pues una estaba en la considerable escalinata a Montmatre y otra, en nuestro magín reduccionista, había sido protestante. A la hora escogida solo había misa en la cripta bajo el Altar Mayor, aunque luego se llamó Crypte a otro mágico espacio, abierto pasado un lustro. Vimos al celebrante con casulla y sin feligreses; nos separaba un gran portalón chirriante que Jaime y yo no éramos a abrir al completo. Dudamos si oír misa por una rendija en el escrupuloso dilema de si valdría, pero el cura, resuelto, dejó el inicio para facilitarnos acceso; a cambio, ayudaríamos agitando una campanilla no al Santus sino solo en la Elevación.
Paris, ciudad que conozco mejor que Madrid o Barcelona, y puedo querer tanto como transmito a mis nietos, está unida en mí a esa Notre Dame isleña del primer, o segundo, día parisino, con los bouquinistes al otro cauce del Sena y, puente por medio, el barrio Saint Germain, (Flore, Les deux magots, Lipp y/o mixtura bohemia de Breton/ Hemingway/ Marguerite Duras). Y… ¡el Rostand! que en mis entonces no sabía de Kadaré ni de Gracq.  Bernard Henri Lévy, que deambulaba más por el Raphael y Étoile,  llamó Sartre a todo el siglo. Además de la Gran Literatura, la Arquitectura y el Paseo, se me superponen, aún en red, los entierros de Pompidou, De Gaulle, Mitterand, varios Te Deum… ¡Y a tiro de piedra, St. Jacques, inicio del Camino jacobeo!
Cuando negocié con los monjes de Solesme, concierto gregoriano para la neoyorkina ONU, los venerables clérigos  mentaron, orgullo y nostalgia, la excepcional ocasión que habían salido de su Abadía medieval: las exequias establecidas por el Jefe de Estado y…en ¡Notre Dame! Quise, ávido, detalles, pero la inmediata cena en el refectorio solo permitía la voz de un relator. En cualquier caso, mis diversos París se nominan también Jesús y Casandra Ortega, Maine y Manolo Díaz, mis hermanos Mari Carmen y Santiago, Ruedo Ibérico, Concha y Alberto Fernández, los Palomo, Lita y Orlando Pelayo, Rosalía y José Maldonado…
Me ha conmovido el incendio pero dolería rehabilitación impropia. Hay que compatibilizar la recuperación, que anuncian Macron y los ricachos, con el culto y actuaciones imprescindibles, pero, desde la ajenidad extranjera y la osadía de carecer de información no periodística, me pregunto: ¿No serían mejor secuelas menores en reconstrucción no agresiva, evitando se desfigure más la joya y se usen de modelo los postizos del XIX, aunque yo los haya admirado siendo monaguillo/campanillero?