sábado, 31 de marzo de 2007

Valenciano



Valenciano es, líbreme el cielo de ponerlo en duda, el idioma que se reivindica en Levante frente al catalán, aunque haya escasas diferencias, como le ocurre al austriaco, lengua oficial de la República de Austria, con el alemán.

Valenciano, sin embargo, en las instituciones europeas, de un tiempo a esta parte, nos conduce a una mujer de prestigio ascendente. Es Elena, sin la hache de las grafías homéricas o de la extraordinaria novelita de nuestro Julián Ayesta. Elena Valenciano, diputada europea, acaba de ser nombrada secretaria de política internacional del PSOE, en sustitución de Trinidad Jiménez. Elena se ocupará de proyectar desde aquí, desde Bruselas, y, a la vez, desde Madrid, la política de respeto a las libertades que el Gobierno tiene en marcha y el impulso decidido a los valores fundamentales, así como la amistad entre todos los gobiernos, países y partidos democráticos y progresistas.

Antes era ya muy conocida por su compromiso feminista; ahora son continuas y espectaculares sus intervenciones en los foros más diversos, blandiendo una posición política clara y subrayando una convicción radical a favor de los derechos humanos, por los que da la cara en la subcomisión que coordina en el Parlamento europeo. Así, llama a diario la atención sobre lo que en esa materia sucede en cualquier parte, como las propuestas discriminatorias que sufren en Nigeria o en Polonia, las amenazas de genocidioÉ. Una de sus nuevas demandas dará mucho que hablar: una «ley de igualdad» europea. Una ley más allá de una recomendación.

En el pasado reciente Elena visitaba con cierta frecuencia nuestra región, traída por sus próximas asturianas (Mariví Monteserín, Aida Fuentes, Pilar Alonso, Pili ZapicoÉ), pero sus múltiples presencias en medios y lugares lejanos lo van a hacer más difícil. No obstante, por lo que compruebo, su fama y su palabra están llegando ya con inusitada facilidad mediática. Es, en cualquier caso, muy positiva la reflexión, casi un grito sereno, que formula, fruto de una mirada social sobre los problemas del ancho mundo.

martes, 27 de marzo de 2007

Tacones y caleyes



Según mi buen amigo Lolín, que fuera concejal ruralista, Paloma Sainz habría aprendido a andar sin tacones por las caleyes. La frase es impactante cuando sigue, como es el caso, a la noticia de que la inquieta candidata es el primer político español en tener espacio en second life, el colmo de la modernidad informática. La chica es además oportuna pues desde ayer no se venden ya fincas en ese reino virtual. Tenemos, pues, una persona sagaz, vinculada a la vez a lo más genuino de la comunicación rural, las caleyes, y a la comunicación más sofisticada.

Dicen que son pocos los ovetenses que viven fuera del casco urbano. Puede, no obstante, que sean determinantes. Recuerdo un reportaje parecido al de Paloma hace treinta años. Era a un candidato que se llamaba nada menos que Luis Riera, que tristemente acaba de dejarnos. Un experto foráneo de UCD exigía públicamente entonces al que fuera luego entrañable alcalde que todas las tardes llegase a la sede del partido con los zapatos manchados de andar hablando con los paisanos «por los caminos». Si cambiamos «caminos» por caleyes puede que Paloma esté cumpliendo correctamente obligaciones de manual para ponerse quizá en la misma línea del éxito. Con ella, al final, se podrá lograr lo más difícil todavía: andar con tacones por las caleyes. Un Oviedo sin barreras entre la ciudad y su campo. Tacones cercanos...

Delphi y su bahía; tan lejos y tan cerca

Mis compañeros parlamentarios andaluces (Yañez, Pleguezuelos, Mabel Salinas, Meyer…) me llevaron el pasado miércoles a una reunión con alcaldes de la mítica Bahía de Cádiz y trabajadores y familias de la empresa Delphi. El asunto que me cuentan no por conocido deja de ser menos espantoso y terrible. Me recordó, en otra dimensión, lo que sufren en San Claudio. Les dije -y pienso- que ya es hora de plantarse en el asunto de las deslocalizaciones. No es de recibo que una empresa marche bien y pase de la noche a la mañana a tener pérdidas ficticias porque supuestamente va a dar mejores rendimientos en otra parte de la UE. Lo de Delphi es simplemente la gota que colma el vaso de la tomadura de pelo organizada. En el Parlamento Europeo no lo deberíamos permitir. ¡Hemos debatido tantas veces las ayudas públicas que, a la vuelta de la esquina, incumplen sus fines! Estos amigos gaditanos, por si no hubiera suficientes argumentos, vienen avalados por una magnífica gestión y una forma de luchar y publicitar sus problemas que ha calado hondo en la opinión pública española.

Ya es hora, digo de nuevo, de plantarnos en el Parlamento Europeo y donde proceda. Hasta mí han llegado con viejos y queridos conocidos (los alcaldes de Puerto Real -Barroso- y de Puerto de Santa María -Fernando Gago) y otros más recientes (Pilar Sánchez Muñoz, alcaldesa de Jerez, José María Román, Alcalde de Chiclana…).Con todos ellos también la pepera Teófila Martínez. Tienen, por tanto, una unidad nada frecuente en la España de hoy. En alguna parte, sin embargo, he leído que hay quien atribuye la crisis a que el gobierno español no se ha puesto de rodillas ante el americano en Irak. Me parece un razonamiento esotérico de los que surgen en el absurdo dialéctico que tantas veces vivimos. Por el contrario, la solución de las deslocalizaciones, que ocupa gran parte del debate de la campaña presidencial francesa, es de transparencia y rotundidad. Cada uno hemos de jugar sinceramente en nuestro sitio y cumplir con nuestras obligaciones. Los parlamentarios europeos también, seamos o no andaluces, que Luis Yáñez y los demás no han de estar ni sentirse solos. Y los de Delphi, tampoco.

lunes, 19 de marzo de 2007

Bramido

Millás y la pléyade de maravillosos columnistas madrileños homenajean de vez en cuándo a María Moliner y su imprescindible aportación clarificadora. A mí me prestan más Manuel Seco y sus dos colaboradores que me ponen en contacto, como el colombiano Cuervo y Caro, con la inserción de la palabra en la Literatura. Así la práctica más en boga de la hora presente es el bramido. Brama casi media España- sobre todo Madrid- como queriendo helar corazones. No se conseguirá pero no deja de ser notable el ánimo de hacer naufragar incluso la bonanza económica con tal de achicar espacios.

Para el secoandrésyramos de mi cabecera, el bramido es la angustia de un toro de Díaz Cañabate. Pienso, pues, en los toros lorquianos, cambiando constantemente de tendido, “mugiendo como dos siglos, hartos de pisar la tierra”. Anteayer, en Pamplona, indiferentes a la realidad. Por favor, que no vengan sobre Asturias, que aquí ya hubo bastante pasado, somos pocos y nos conocemos todos. A bramar a otra parte. Ojalá pronto, calladitos- desbramados no lo permite el diccionario- de un ramalazo de verismo para lo que Seco cita “Juegos de la edad tardía”:”con tanto detalle y tal verismo que acabaron resignados a la certeza”.

viernes, 16 de marzo de 2007

Derechos de la mujer



A Clarita Campoamor, republicana moderada madrileña, cuya memoria vuela por encima de polémicas alicortas

Este año el premio en metálico para la ganadora del campeonato de Wimbledon en categoría femenina será, por fin, igual al de la categoría masculina, gracias, en parte, a las denuncias realizadas desde el Parlamento Europeo por mi compañera la mallorquina Teresa Riera, en un debate del que ya me hice eco en esta columna sabatina.

En esas altas cifras no es un problema económico sino conceptual que afecta a la aplicación de "los principios de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres así como a la integración de las perspectivas de género y promoción de la igualdad", directiva, semejante a la ley española de la que ha sido ponente, con gran éxito, la avilesina Mariví Monteserín.

Desgraciadamente, existen todavía discriminaciones lacerantes contra las mujeres: laborales, políticas, en fin, humanas. El partido socialista europeo ha lanzado una campaña para corregir la desigualdad salarial de un 15% que existe entre hombres y mujeres en Europa. En un informe votado esta semana en el Parlamento sobre los derechos de la mujer se pide una "tolerancia cero" contra los matrimonios forzosos, la poligamia y el burqa.

La española Elena Valenciano ha subrayado en este debate la necesidad de incorporar los derechos de la mujer a los acuerdos comerciales de la Unión Europea con terceros países (pensemos en los grados de sometimiento de la mujer en nuestros vecinos del norte de África y los beneficios, para las mujeres y para toda la sociedad, que un cambio de valores podría implicar). El informe señala también que la difusión, a través de los medios de comunicación, de ejemplos positivos del papel de las mujeres en la sociedad "contribuiría en gran medida a luchar contra estereotipos negativos".

Tenemos todavía mucho camino por recorrer. Una eurodiputada danesa, Britta Thomsen, me comentaba hace poco que, pese al desarrollo social en los países nórdicos, tenían que copiar muchas cosas de la nueva ley española de igualdad.

lunes, 12 de marzo de 2007

Cambio climático

Me ha impresionado el multipremiado documental de Al Gore «Una verdad incómoda». El ex vicepresidente norteamericano se centra en pruebas científicas para exponer que el calentamiento de la Tierra está alcanzando niveles corrosivos sin precedentes. Mientras no nos impliquemos todos, las temperaturas seguirán aumentando. Algunas zonas están sufriendo antes y con mayor virulencia. En nuestra España, las sequías son cada vez más frecuentes, los inviernos más suaves y los veranos más calurosos. Cualquiera lo aprecia.

El cambio climático es un problema planetario que difícilmente se podrá resolver desde la escala nacional. La Unión Europea, uno de los mayores causantes del problema, ha tratado en su cumbre de primavera de esta semana cómo impulsar una política energética comunitaria que garantice la seguridad del suministro y que luche, simultáneamente, contra el cambio climático. El principal objetivo es la reducción de un 20% de los niveles de emisión de CO2 que había en 1990. Debería lograrse en 2020. La Presidencia alemana también ha tratado de asegurar que para ese año mágico el 20% (los eurodiputados hemos pedido que sea un 25%) de la energía europea sea de origen renovable.

A Asturias le toca de cerca el asunto. Una estrategia de reducción del dióxido de carbono implica un serio control de emisiones sobre lo que tanta legislación se viene sacando de Kioto para acá. Muchas industrias están afectadas y la preocupación desarrollista se resiente. Sin embargo, los avances científicos del uso del carbón, tan identificado con nuestras entrañas y con nuestra razón de ser como región, son muy esperanzadores al existir ya técnicas de limpieza, filtrado de gases y reducción de emisiones de las térmicas que convierten las centrales de carbón en tan limpias como las de gas. El gran reto se centra ahora en la captura y almacenaje de CO2 con resultados científicos todavía inciertos.

Queda, en el lado moral y maduro de la sociedad, la lucha contra el cambio climático como tarea y contribución personal diaria: conducir menos, reciclar mejor, utilizar razonablemente la calefacción y el aire acondicionado, usar coches eléctricos, como ya defendía León Garzón hace varios lustros. También el tranvía, sueño de mi amigo Clavero, que programan ahora políticos con perspectiva. En definitiva, gastar menos energía. Del documental de Gore se saca una conclusión: el calentamiento global es generalmente paulatino, pero podrían producirse cambios drásticos del clima. La mentalización ciudadana es imprescindible.

martes, 6 de marzo de 2007

Jovellanos y las Pelayas

Manuel Alvarez Valdés, jovellanista militante, entre opiniones muy correctas sobre la insensatez del mobiliario de Porlier y de la Gesta, la improcedencia de peatonalizar la avenida de Galicia y la demasía de un montón de estatuas, se pronuncia también contra la pretensión de las Pelayas de retirar levemente el monumento al polígrafo gijonés.

Desconozco el expediente que estarán tramitando el ayuntamiento y el órgano correspondiente de la Consejería de Cultura, pero, a primera vista, discrepando de mi buen amigo, me parece muy razonable la pretensión de nuestras monjas de clausura. En 1992 y 1993, en una serie de artículos aparecidos en este periódico, luego publicados en un folleto municipal, sostuve que los ovetenses no éramos iconoclastas sino iconomovilistas y que uno de los conjuntos escultóricos que habíamos cambiado de sitio era precisamente ese de Jovellanos.

No importaría mucho que se hiciese de nuevo ahora si es para mejorar. Hay que tener en cuenta que la primitiva urbanización de la que fue plazuela de Jovellanos se hizo con fondos del propio convento --José Ramón Tolívar Faes dixit -- y que el fin que se propone --luz para unas celdas-- es muy loable. No en vano la luz que entró en otra celda de esa misma fachada y manzana iluminó la Ilustración española. Lo que parece irreparable es la recuperación de las "tendenciosas e hiperbólicas alabanzas" --J.R. Tolivar, de nuevo-- que tuvo la primera inscripción "en letras de bronce dorado a fuego" que se creían escritas por el mismo Jovellanos.

Quizá Alvarez Valdés y otros insignes jovellanistas pudieran contribuir a esa reconstrucción epigráfica para mejor conocer la patobiografía del autohomenajeado. Entre tanto sería bueno dejar a las Pelayas, cuya abadesa es una mujer prudente donde las haya, que administren en paz sus intereses y su antiguo patrimonio. A Jovellanos ya se le movió más veces sin quebranto de su nombradía.

La Nueva España habla de mi vuelta al trabajo

El regreso de Antonio Masip

El europarlamentario socialista recibe el alta médica y se incorpora a la vida laboral tras sufrir un derrame cerebral

Oviedo, Nacho M. DEL CAMPO

Antonio Masip ha vuelto a Oviedo y al Parlamento europeo. Sus lugares de regreso son vasos comunicantes. Tras haber afrontado el final de un largo período de rehabilitación en una prestigiosa clínica de Barcelona, el ex alcalde y europarlamentario socialista asegura que, en estos cinco meses (el 8 de octubre sufrió un grave derrame cerebral), ha tenido dos grandes satisfacciones, «volver a aprender a andar y regresar a Oviedo, con los míos». Sentirse en casa le ha dado fuerzas para reincorporarse a su actividad profesional y la semana pasada ya se trasladó varios días a trabajar en su despacho de Bruselas. La conversación, en el parque de San Francisco, se ve interrumpida en varias ocasiones por las muchas personas que se acercan a saludar al político ovetense y a felicitarlo por su recuperación. Su estampa, abrigada con un gabán oscuro y un sombrero de tipo fedora, no pasa fácilmente desapercibida pese a lo discreto del lugar, en un banco de la trasera d El Escorialín: «Qué sorna la de los ovetenses, llamar así a esta casetuca sólo porque tardó tiempo en construirse», destaca, con sonrisa de medio lado. Y avanza, despacio, apoyado en las muletas. El mejor síntoma de su recuperación es que no ha perdido sus costumbres. Es capaz de mantener dos conversaciones a la vez, recuerda los nombres -y detalla una leve biografía- de todos a los que saluda o le saludan, regala abrazos amigables y trufa sus frases de «¿eh?», manteniendo alerta a su interlocutor. Lo ha pasado mal, «muy mal», pero hace semanas que dice que decidió «no llorar más». «Durante un tiempo me emocionaba con cualquier cosa, con unas palabras o al ver a un amigo, pero he decidido que para rehabilitarme por completo debo superar la emoción». Ni siquiera el homenaje que sus compañeros del Parlamento europeo le tributaron la semana pasada, a su regreso a la Eurocámara, le humedeció los ojos. «Estaban todos, socialistas, verdes, de IU y del PP. Fueron muy cariñosos conmigo, pero aguanté la emoción», se enorgullece. Masip ya había sufrido otro derrame en junio de 2002, en aquel caso fue cerebeloso, no cerebral, y las secuelas, mucho más leves. Éste le ha dejado insensible toda la parte izquierda y le ha obligado a aprender a andar de nuevo. Se mueve en silla de ruedas, aunque es capaz de caminar, con ayuda de muletas, algunos metros. «Compenso con la vista la falta de sensibilidad, sobre todo al andar. Tardaré al menos un año en recuperarme del todo. Me cuesta, pero estoy muy dispuesto a salir adelante. La gente que se retrotrae y no se sobrepone se queda para atrás», afirma. Él no se ha quedado atrás en ningún momento. Asegura que cuando estaba en la uvi del Hospital Central de Asturias («donde me trataron de maravilla», subraya) escribió una novela mentalmente. «Me falta pasarla al papel, pero la tengo clarísima. Escribía un capítulo en la cabeza y luego lo repasaba. Así con el primero, el segundo, el tercero... tengo hasta ocho pensados». Cree que la falta de rigor en las comidas, motivada por su intensa actividad como europarlamentario (en los últimos meses había viajado a Colombia y Palestina, entre otros destinos), y, sobre todo, el estrés le provocaron el derrame. «Tengo que tomarme la vida con más tranquilidad, pero no por ello voy a dejar de cumplir con mis obligaciones». La demostración de que esta frase no está vacía de contenido es que Masip se sentará hoy mismo en un estrado del Palacio de Justicia de Oviedo para representar a una de las clientes de su despacho de abogados. Ha ido dejando esa actividad en favor de la de parlamentario, pero seguirá con los casos que había empezado. Hace unas semanas remató el capítulo que le habían pedido para un libro con el que se conmemoran los 50 años de la UE y en el que lamenta la pérdida de ayudas europeas de Asturias, contesta «a todos los e-mails que puedo» y mantiene su columna semanal de opinión en LA NUEVA ESPAÑA. No quiere ni hablar de dejar su actividad en Bruselas. «Estoy orgulloso de representar a Asturias, creo que para la región es importante y estoy dispuesto a seguir. ¿Para el futuro? Lo que quiero es ponerme bueno completamente y, cuando lo esté, mis compañeros, los electores y mi familia decidirán por mí», afirma. Cuando se vio obligado a circular por una ciudad en una silla de ruedas recordó la insistencia de una de sus concejalas cuando era alcalde, Begoña Fernández, que le insistió para empezar a eliminar las barreras arquitectónicas de la ciudad. «Nos vamos sensibilizando con estas cosas, pero hay que vivirlo como un minusválido para darse cuenta». En Barcelona, visitó una exposición en Montjuic y luego no encontró un taxi que quisiese subir hasta allí a buscarlo. «Parece mentira, en la gran ciudad paralímpica, pero prometí a mis compañeros de rehabilitación en Barcelona que lo contaría». Regresará a Bruselas en dos semanas para tomar posesión de su cargo en la comisión jurídica. «Es duro ir al Parlamento, pero la gente que se retrotrae se queda atrás, y yo no lo haré», repite.

lunes, 5 de marzo de 2007

Repercusión mediática de la exposición de la Comarca Vaqueira en Bruselas



A continuación, podéis encontrar algunas noticias de prensa sobre la exposición de la Comarca Vaqueira en el Parlamento europeo:

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1563&pIdSeccion;=41&pIdNoticia=497553

http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20070228/occidente/psoe-defendera-bruselas-autovia_20070228.html

http://www.lavozdeasturias.com/noticias/noticia.asp?pkid=326441

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1557&pIdSeccion;=41&pIdNoticia=495532

http://www.elbierzodigital.com/bierzo/index.php?noti=37051

La Comarca Vaqueira, de nuevo

Ya hice alusión en esta columna a la iniciativa de los alcaldes de la Comarca Vaqueira de abrir una exposición etnográfica en las dependencias del Parlamento europeo. Por fin esta semana ha sido una magnífica realidad con un eco que, confieso, me ha sorprendido y maravillado. La corresponsal del Occidente de este periódico, E. Peláez, cifró en 6.500 el cálculo de visitantes, que, a no dudar, lo fueron de calidad, capaces de sentir, en efecto, que se propone «un viaje a lo auténtico». Forzando una parada ante los paneles de Cudillero, Luarca, Allande, Tineo, Salas... logrando una inquietud por las peculiaridades de esta parte de Asturias, es decir, del «paraíso natural», que tan torpe y provocadoramente quiso arrebatarnos el PP de Murcia, los concejos vaqueiros demostraban, aquí en Bruselas, su vocación europea y su voluntad de compartir mesa y mantel con los conciudadanos del Norte. Un grupo de visitantes de la región valona de Lieja, tan plagada de asturianos, por otra parte, animado por la exposición, preguntaba cómo hacer ese viaje iniciático a la autenticidad. Ahí está el próximo reto de estos admirables alcaldes y sus equipos, preparar paquetes turísticos y forzar las tarifas del vuelo de Air Nostrum entre Ranón y Zavantem. En medio del frenesí vaqueiro, mientras los asistentes hacían cola para degustar el chosco de Tineo -y, permíteme Marcelino, gran alcalde, también del fronterizo y fraterno municipio de Cangas-, hubo una oportuna explicación a los diputados del Grupo Verde Europeo de la necesidad imprescindible de la autovía La Espina-Ponferrada. También mantuvieron un intercambio de información con eurodiputados españoles y portugueses sobre los compromisos de esa comunicación, nacidos a raíz del debate del llamado efecto estadístico discriminado, que sin esa compensación estaríamos ante una intolerable marginación asturiana y aún española. Esa autovía, de la que oí a alguien que «no debe en retrasos y obstáculos abracadabrantes ser otra Unquera-Llanes», ha de salir adelante con el mismo calendario de las perspectivas económico-financieras de 2007-2013, para el mejor acceso social y económico. Los alcaldes lo explicaron brillantemente en Bruselas.