viernes, 22 de noviembre de 2019

CASTILLO DE ANLEO


EL COMTE DE RIBEDIEUX EN SU ANLEO

Hace unos meses me cupo el honor de pronunciar la laudatio en el homenaje al empresario Francisco Rodríguez como OVETENSE DEL AÑO. Para mi auxilio, en aquella velada, recurrí a otro admirado amigo, Emilio Alarcos, sabio donde los haya, que bromeaba enfatizando pronunciación gabacha para llamar a Paco, Monsieur Rení Picót d´Anleoo.

Ignoraba de mi parte, el magnífico pergamino que la láctea naviega acaba de colocar a la entrada de su emblemático Castillo, con tanto mimo, reconstruido. Y es que, según parece y leo, la primitiva torre del siglo XIV se debió al ¡Comte de Ribedieux!, cuyo solar le correspondió en privilegio de Enrique II, Trastamara, por su colaboración decisiva en la campiña de Montiel contra su medio hermano Pedro I.

Como quiera que me coloco varias semanas por año frente a ese Ribadeo, RIBEDIEUX, debo saludar que esa subida a los deificados cielos de la villa lucense venga a coadyuvar a una vieja polémica que mantuve en vida con Leopoldo Calvo Sotelo porque la Casa Real le otorgase marquesado con improcedente denominación, Ría de Ribadeo. No hay más que Ría del Eo, nada de absurda e imposible RÍA DE RIBADEO. Así lo escribí en LA NUEVA ESPAÑA, en mi libro DESDE OVIEDO A SALINAS POR EL EO y aún en el homenaje del Ayuntamiento ribadense al bueno de Leopoldo, su ilustre hijo. En el Palacio de Anleo queda, pues, bien documentado, que el subfijo, coronado por ennoblecido, no corresponde ni a ría ni a río sino a invocación divina. Menos pagano, en cualquier caso, DEO que DIEUX.  

De acuerdo en que Calvo Sotelo esté MÁS ALLÁ de los cielos, tal escribí, pero la Ría, al menos la mitad física es asturiana sino la totalidad como era hasta mediado el siglo XX y recordó Pérez de Castro hasta que mayúscula cacicada y salomónico deslinde imaginario pasó a jurisdicción compartida entre Castropol y Ribadeo.

Desde el XIV de Anleo han corrido casi siete siglos, Ribadeo fue RIBEDIEUX en aquellos entonces pero ahora, por favor, la RÍA… ¡DEL EO!…

Anleo, unidas históricamente las rías del Navia y del Eo en ENTRAMBASAGUAS, termina en eo y en catalán amb, fonética anl, es preposición castellana “con”, por tanto ¡con el EO!

¡Pardiez!, ¡parbleu!, ¡pardix! o ¡pardieux!, habrá zanjado en la leyenda  Bertrand Duguesclin a su señor, Monsieur, Trastamara.

De Trastamara/Ribedieux a  Monsieur Reny Picot.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con el permiso de los naturales de Vega de Ribedieux. Aa

Anónimo dijo...

La evolución de las etimologías es la Historia misma, con mayúscula. D