martes, 13 de noviembre de 2012

Intervención en la sesión académica de homenaje al general Riego en la cumbre de EUROLAT



CÁDIZ, CASA DE IBEROAMÉRICA, 10 DE NOVIEMBRE 2012


Sres. Copresidentes de Eurolat,

Queridos amigos y amigas

Cómo me presta- palabra que tanto empleamos en mi Asturias-, cómo me presta, repito, que se haga este homenaje a Rafael del Riego, uniéndolo al de la Constitución de 1812 y a los Parlamentos americanos.

Y es que Riego, al que la Historia no puede olvidar, era asturiano, de Tuña, Tineo, como ya se ha dicho. Y Pepe Esteban, en su magnífico relato "El Himno de Riego", del que Tribuna Ciudadana, una ejemplar asociación cultural asturiana, hizo una edición especial, nos coloca al héroe liberal antes de su muerte acordándose de su tierra asturiana, de sus montañas, de sus valles, de su agua...y concluye que precisamente por venir de una tierra indómita se subleva, sintiéndolo como un deber de asturiano, contra la dictadura y en favor de la Libertad, como tantos asturianos han hecho luego siguiendo su ejemplo.

Sí, querido Pepe Esteban,estoy de acuerdo con el hondo significado de tu anécdota de Adolfo Suárez, al que yo, mi partidismo político y campo ideológico, muestro igualmente respeto. Siendo joven abogado, la familia de un sacerdote español,desaparecido en Chile, me había encomendado actuaciones. Increible, pero cierto, Suárez llamó para que le viéramos en MONCLOA a tratar aquel asunto de un compatriota desaparecido que jamás apareció. En Moncloa, con el entonces Presidente del Gobierno, estuve con la hermana de aquella víctima de Pinochet, acompañados también de Ruiz Jiménez. Me descubro,en efecto,ante la actitud de Suárez de aquella tarde y su espíritu reformador

Riego contrajo matrimonio con Teresa, pariente suya, de Cangas de Narcea, entonces Cangas de Tineo. Yo les confiese que también, Eloina, mi mujer, es de Cangas, tierra admirable a la que el amor nos llevó.

Gracias, Luis Yáñez, por haberme implicado en este acto, gracias Willy Meyer, por tu siempre trato abierto y colaborador, solidario siempre con las mejores causas de la Humanidad.

Me uno a los motivos de la prestigiosa distinción centroamericana, que nuestra querida copresidenta, diputada hondureña, acaba de anunciarnos para Meyer. Felicidades, Willy.

Gracias Ignacio Salafranca, copresidente de Eurolat, por las palabras que has pronunciado, aunque este agradecimiento lo reciba luego, porque  he de reiterárselo en otro momento, dado el ineludible viaje de nuestro querido colega, extensivo al magnífico discurso pronunciado ayer ante S.A.R..

Gracias, Gloria Oqueli, también copresidente, porque tus palabras, pues bien lo sabes, me llegan profundamente. Y tu sincera exigencia de que de la parte europea evitemos ambigüedades para proclamar de forma clara que las Malvinas son argentinas, latinoamericnas. Asumo el reto, en lo que a mí como diputado europeo me corresponde y cuánto más siendo también consecuente con mi pretensión, ya expresada en el Parlamento, de que Gibraltar es español y quiero que así lo veaís todos. Y aún, decíamos ayer, hemos de estar con la lucha de nuestros amigos chipriotas por su integridad territorial contra la ocupación turca del Norte de su isla, que conozco su sufrimiento en directo por haberla visitado. La integridad territorial, la invasión extranjera, son problemas que, como muy bien dijiste en el Oratorio de San Felipe Neri, no cabe soslayar bajo concepto alguno.

Pepe Esteban recrea magníficamente los sentimientos de Riego, Presidente que fue de nuestras Cortes en el periodo liberal. Pepe resalta lo que, sin duda, eran los pensamientos del General. Solo fueron tres años de vida pública, como le ocurrió a Jesucristo !Pero qué tres años! Debemos conocerlos, conocer nuestra Historia inmediata, realzarla, revivirla, hacerle justicia. Esa historia de lucha por la libertad y la Constitución, que tanto olvidan, o confunden, hoy muchos, y también los secesionistas que ponen su particular visión del propio ombligo y no el bien de la nación y el progreso de sus pueblos, que animaba la acción generosa de Riego. Como muy bien nos ha dicho Pepe, que es el maestro, no se trataba del más inteligente probablemente y reconoce que con algunos de sus impulsos pudo cometer errores pero era un revolucionario entregado a la libertad.

Tengo para mí lo que decía el socialista Indalecio Prieto, nacido en Oviedo, mi ciudad, de "soy socialista a fuer de liberal".

Y esa espontánea lucha por la libertad, me llevó, cuando tenía dieciocho años a conocer y buscar a Salvador de Madariaga, el liberal español al que tanto deben las instituciones de la Unión Europea. Paseando en su jardín, en Saint Andrews, Oxford, Madariaga me hablaba de Riego, alzado contra Fernando VII, y, en un inciso, tomándome del brazo, me insistía,"Y Franco es todavía peor Rey que Fernando VII"

Pero ¡cuánto simbolismo el de estos actos gaditanos de Eurolat! Ayer, el Príncipe de Asturias, cuyo sexto abuelo es ese Rey felón, como ha dicho Meyer, presidía tan digna y legítimamente nuestro homenaje a la Constitución. Y en Cádiz hay desde hace un siglo una placa en homenaje a los diputados asturianos que firmaron en el Oratorio la Constitución. ¿Cómo no emocionarme en un acto así, pensando, que allí estábamos, María Muñiz y yo, dos eurodiputados asturianos del siglo XXI, y también Enrique Iglesias, que es astururuguayo, nacido en Arancedo, en el Concejo asturiano de El Franco. Enrique es el gran catalizador de las cumbres iberoamericanas que se vienen sucediendo con su trabajo y presencia, en su día impulsadas por Luis Yáñez.

¡Y Riego qué importante es para América y para el fin del colonialismo! Cómo influye todo en la lucha de ultramar por la independencia de las que serían felices Repúblicas americanas, vuestras Repúblicas, diputados y amigos latinoamericanos. Porque gran trascendencia que Riego, proclame la Constitución en Las Cabezas de San Juan, pero no menor que lo haga con una tropa que se niega a viajar a América a reprimir las luchas americanas.

Reconociendo su lucha doscientos años después seguimos reconociendo la nuestra, la vuestra, por la Libertad.

Libertad imprescindible para los pueblos, aquí y allá.

Y puesto que hoy hemos sido confianzudos, os cuento que participé antes en otro homenaje a Riego. Fue en su Tuña natal un 7 de Noviembre, aniversario de su ejecución por Fernando VII, de 1977.

Era yo, por entonces, abogado, joven abogado, del último Presidente de la República española en el exilio, Don José Maldonado. Don José y su mujer, la encantadora Doña Rosalía, que Eloina y yo, no podemos olvidar, me mandataron, una primera vez en París, y otra en México, para la recuperación de su patrimonio, confiscado por el Ejército al comienzo de la guerra civil. Es sabido que Maldonado y su gobierno ponen fin a las instituciones republicanas, una vez que el pueblo español cuenta con unas Cortes, elegidas en votaciones democráticas, transparentes.

Pero Maldonado opta por seguir viviendo hasta su muerte en el extranjero. Había sí una España que se homologaba a las democracias pero no había aún Constitución, que se estaba elaborando. No obstante convenzo a Don José, y a Doña Rosalía, de la oportunidad de su regreso a Asturias. Miembros de su Gobierno como Tarradellas ya había pronunciado el famoso "Citadans de Catalunya,¡Ja soc aquí!" y Leizaola, el lehendakari vasco, de forma más discreta, también estaba ya en Gernika. Maldonado duda, el Presidente de su gobierno, Fernando Varela, optaba por no volver pues quiere morir en Francia, sin regresar jamás. El convencimiento llega cuando unimos el regreso a Asturias con un homenaje multitudinario a Riego, en el Concejo de Riego y de Maldonado, donde había sido Alcalde y como tal había hecho, allí, en Tuña, otro homenaje al advenimiento de la II República, cuyas instituciones, con tanta dignidad, Maldonado representaría, como Munícipe desde 1931, como Diputado en Febrero de 1936 y como Presidente que terminaría sucediendo a su correligionario Manuel Azaña, y de forma más inmediata a Luis Jiménez de Asúa, del que tanto sabeis los juristas argentinos e hispanoamericanos.

Don José llega en un memorable recibimiento a la Estación de Oviedo donde es recibido por una gran manifestación de jóvenes que enarbolan banderas tricolores. Esa manifestación hace que viajeros que iban en el tren creen que se acababa de proclamar la República y hay quien se sale del vagón por el otro lado de la vía.

En el andén está para cumplimentarle una representación de diputados recién elegidos de UCD y del PSOE y de la Ejecutiva  del PCE, del MC y de otros partidos de izquierda; también las centrales sindicales.

De allí a Tuña donde es el orador central, con intervenciones también de Luis Gómez Llorente, Vicepresidente del Congreso, que acaba de fallecer, y mía. Y Don José se queda en Oviedo, en un piso que compraría para él un republicano refugiado de niño en Francia, al que había socorrido durante la ocupación nazi. Nuevamente tuve el honor de ser abogado de esa operación de solidaridad.

Ya yo mismo Alcalde, el Ayuntamiento de Oviedo puso por unanimidad una calle a Don José, que él mismo inauguró.

Muere primero Doña Rosalía, atendida por mi mujer, y luego Don José.

El día de su fallecimiento me telefoneó la Casa Real (el General Fernández Campo) para decirme que, dado que no estaba en Asturias el Presidente del Principado, al que hubiera correspondido y Don José carecía de descendientes directos, el Jefe del Estado me pedía que trasladara a su familia más cercana los sentimientos de respeto y condolencia del Rey, lo que hice, con la emoción que os podeis imaginar, inmediatamente. Emoción aún mayor, enseguida, pues, junto a los republicanos históricos llevé a hombros el féretro bajo la bandera de la República con la que se enterró en el cementerio ovetense.

Debía de ser esa su última morada pero, tras dejar yo la Alcaldía, mi sucesor tuvo el mal gusto, sin duda no tanto suyo como de alguno de sus colaboradores cercanos, de expulsar sus restos de la tumba, en un acto deleznable que recuerda el mal trato que Fernando VII tuvo también con el cuerpo de Riego en 1823. Acto lamentable que generó el estupor de historiadores como Nicolás S. Albornoz y/o Marichal.

Amigos, qué bueno que os hayais acordado de Riego; yo, como vosotros, uno su memoria también a la de su paisano Maldonado, a la Constitución y a las nacientes Repúblicas que son las vuestras, hermanos del otro lado del Atlántico, la mar océana a la que dan esos ventanales y que Riego no quiso surcar con su tropa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una intervención fantástica. Enhorabuena Antonio.

Javier

Anónimo dijo...

Brillante

C.Ll

Anónimo dijo...

Querido Antonio

Gracias por tu constante apoyo

Mis sentimientos son exactamente los mismos por Malvinas y Gibraltar que por la parte norte de Chipre

Saludos cordiales

I Kasoulidis

Anónimo dijo...

Querido Antonio, te felicito por tu discurso, es una delicia su lectura, las referencias a Inda Prieto, Salvador de Madariaga ,al que es verdad tanto deben las instituciones de la UE., Riego proclamando la Constitución en Marzo de 1812 ;Es cierto, recuerdo en Noviembre de 1977 el homenaje de Tuña, donde tuviste una participación destacada. Sobre Maldonado me trae recuerdos de su entierro en el Salvador, en aquel acto yo pensaba que injusta es la política y que frágil la memoria de unos y el desconocimiento de nuestra propia historia de otros, teniendo en cuenta, la reducida asistencia para dar el último adiós a Maldonado y lo que simbolizaba su entierro

Un abrazo.

P

Anónimo dijo...

Estimado Antonio:

Muchas gracias por la estupenda intervención sobre el
general Riego durante la reunión de Eurolat.

Un abrazo

Enrique Iglesias