viernes, 10 de julio de 2020

OVIEDO, NUNCA UVIÉU

Carlos Modroño Pérez, digno hijo de mis grandes amigos Begoña y Rafael, cuenta un  obsesivo pensamiento que me interesa sobremanera: antes de los Oviedos romano y cristiano, hubo otro pagano en que tribus indoeuropeas habrían venerado la gran cantidad de fuentes que surgían en este bendito lugar que, ya antes de Máximo y Fromestano, se llamaba OVETO/Oviedo.
Carlos sin saberlo enlaza con la etimología del topónimo, pues OVE es agua y resulta incomprensible que haya tanto embadurnador intentando denominarnos de otra manera; incluso ahora semejante gamberrada cuenta intermitentemente con triste y tramposo apoyo de algún doble agente oficial u oficioso. A sensu contrario acierta popular repostero romanizando comercialmente el primitivo e insustituible OVE en OVETUS.
Como llevo años dando vueltas a la testa y a datos, fontanas, que surgen, debo rectificar  antiguos posicionamientos como Alcalde a otorgar prueba fundacional al falsario documento benedictino del  781 por el que OVIEDO, el de Máximo y Fromestano, habría nacido veinte años antes, es decir en el 761. Es fecha con la que rompieron muchos, entre ellos, Vicente José González, recién fallecido, que tuvo oposición excesiva y cuyo libro no pude distribuir, pese al encargo concursal que el Ayuntamiento, a iniciativa de Rodrigo Grossi, hizo a GOFER. Logré, no obstante, salvarlo de la destrucción que quiso el propio promotor. También disintió del siglo VIII don José María Patac de las Traviesas S.J.
Mi padre publicitó en su tiempo el XII Centenario de la Ciudad. Sé bien cómo fue, ¡lo dejaré escrito antes de irme!, y debo reconocer que de haber sido yo mismo me habría apuntado oportunistamente a la celebración. Cabe, en cualquier caso, la autocrítica al texto que encargué a Joaquín Manzanares, que firmamos el 21/9/85 en San Vicente los Alcaldes de OVIEDO del Mundo. El documento originario que con tanta ingenuidad reprodujo el paleógrafo Floriano Cumbreño sobre esos 781/761 es mero trucaje de los frailes benitos para justificar propiedades.
En fin, todo está pendiente de prueba y explicaciones mayores  pero estoy con la intuición de Modroño Pérez, hay un Oviedo pagano, muy anterior al que solemos referir, con aguas, fuentes y manantiales, que merecieron la sacralización del topónimo. Rodríguez Adrados, la mayor autoridad en lingüística indoeuropea,  que tiene familia en la ciudad,  advierte de la falta de indubitados vestigios prelatinos para  descifrar antecesores.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantísimo.N

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo.C

Anónimo dijo...

Muy bien, Antonio. Me ha gustado y se nota la buena documentación. Como se llamarían los nacidos en Uvie.P