lunes, 29 de enero de 2007

El Abate Pierre ha muerto

Henri Groues, más conocido como el abate Pierre, de la orden capuchina, fundador del movimiento "Emaús" que lucha por la dignidad del alojamiento, ha muerto. El nombre de su fundación viene del pueblo palestino en el que, según San Lucas, se habría aparecido Jesús resucitado, con la consiguiente esperanza recobrada para sus discípulos.

El gran Emilio Alarcos, que deberían leer más y mejor los que se empecinan en bombardear mi blog con mensajes seudo-lingüistas, empleaba la expresión de la moderna criminología de non bis in idem para no volver a repetir el tema de una intervención pública, escrita u oral. Esta columna ya ha tratado del abate Pierre, con motivo de su visita al Parlamento Europeo, donde tuve ocasión de conocerlo, pero la impresión de la noticia de su fallecimiento y la unanimidad de las condolencias en el seno del pueblo francés me obliga a excepcionar aquí a quien fue un ser excepcional. El abate era el estandarte de miles de personas sin hogar. En otro plano, el problema de la vivienda para la gente joven sigue siendo terrible pese a la incesante oferta constructora. En muchos casos también la gestión de planes urbanísticos sigue sin prever el realojo para afectados, como ocurrió en varios puntos de Oviedo, entre ellos la calle Catedrático Serrano, donde mi amiga Dolores Losas condujo una exitosa lucha vecinal.

La tarde que departimos con el Padre Pierre, a preguntas de Miguel Ángel Martínez, hoy vicepresidente de la Eurocámara, se definió críticamente sobre algunos aspectos de la cúpula de la Iglesia española, demasiado atada desde su más reciente pasado a lo que se llama “constantinismo”.

El abate se va pero su indomable ejemplo con 94 años y en silla de ruedas, es hoy asumido por todos los políticos franceses con una ley que reconocerá el derecho a la vivienda que llevará su nombre.

Hotel Principado

Manuel Cosmen, propietario del Hotel Principado, ha editado un libro necesario sobre la pequeña historia del gran hotel que durante muchos años fue la referencia ovetense, como ocurrió con el Café Peñalba o, sigue siendo, el Teatro Campoamor.

El texto es de una extraordinaria amenidad, debida a Carlos Rodríguez, uno de los mejores periodistas asturianos. La impresión, cuidada como todas las suyas, es de Gofer, que estrena nuevos y modernos locales.

El libro aporta, pese a sus reducidas dimensiones, multitud de anécdotas que reflejan la vida ovetense. El Principado recibe a los visitantes de la ciudad y celebra efemérides que hoy, con multitud de hoteles en la nómina ovetense nadie podría acaparar en exclusiva, ni tan siquiera la confortabilidad y el impacto cultural indudable del Hotel de la Reconquista. El Principado es una época y como hotel es irrepetible. Está adscrito ahora a una gran cadena nacional pero su propietario ha tenido el gusto y la lealtad de no borrar las huellas de su brillante pasado reciente.

viernes, 26 de enero de 2007

Alonso, senador asturiano


La lectura de LA NUEVA ESPAÑA me reconforta cuando trae noticias tan positivas como las investigaciones sobre el co2 del Instituto del Carbón o la mierense presentación de Soft Computing. En otras ocasiones parece que viviéramos en una región con un PP todavía más desmadrado que el propio partido nacional. Es así cuando, en la mayor impunidad e incoherencia, se califica de «Senador vasco» al asturiano José Antonio Alonso por haber utilizado una táctica procesal ya consolidada por el propio PP en legislaturas anteriores.
Con los tiempos que corren, el PP no debería frivolizar ni confundir con la cuestión vasca, tristemente de nuevo en plena actualidad. Esto no es la presentación de un ciclo de zarzuela y opereta, con el Alcalde vestido del personaje de indiano, bravucón y machista. Seriedad y consideración infunde a toda persona de buena fe la trayectoria de mi compañero Alonso. José Antonio es un político íntegro, forjado en lo más granado del sindicalismo metalúrgico. Hijo de un obrero armero, gremio cuya notoriedad social no escapó al relato urbano pormenorizado de Clarín, él mismo fue aprendiz en la Fábrica de la Vega para trabajar luego en aquella clásica Industrial Asturiana. Ahí se forjó nuestro senador con un compromiso cristiano, del que nunca hace gala pero que yo me sé para mí desde que bien le conozco. Ese diario quehacer, y el no menos admirable de Cristina, su mujer, en Ventanielles, en el sindicato, en la política municipal y nacional, tendría que merecer cuando menos respeto del que el PP no parece capaz de tenerse a sí mismo, pues no acusaría a otros de las cosas que practicó.

lunes, 22 de enero de 2007

Culo de Taza

Hace tiempo, en El Mundo , Raúl del Pozo hizo una severa crítica al vicealcalde de Oviedo por llamar "Comisión de coñomía" a la de Economía, presidida por Asunción Lasa, mujer y buena concejal. Fue en la Concordia, el cafetón de la mítica tertulia bilbaína, donde oficiaban unos fulanos llamados Blas de Otero, Ibarrola, Laso-, la primera vez que entreví una figurita, que cambiaba en el fondo del vaso. Su exotismo equívoco no neutralizaba su carácter horterilla. Decían que era made in china , que sería simplemente Formosa. Después, se popularizaron bastante. Ahora, el todavía vicealcalde ovetense recomienda que el presidente del Principado preste su imagen para culos de taza. No parece que un acto en defensa de una marca, entrañable en efecto, y de unos trabajadores sea el mejor lugar, como ha denunciado Pilar Alonso, para estas bromas de mal gusto y demagogia. Su mentor de otro tiempo, al que llamaban Leonardo da Vinci, lo habría calificado de ocurrencia. La largueza de lengua en las consistoriales no para. Se encauzará por las buenas formas con una mujer fina y preparada al frente del propio ayuntamiento. Habrá, entonces, y por fin, respeto para todos.

viernes, 19 de enero de 2007

Miguel Ángel Martínez

El ecuador de la legislatura se ha abierto en el Parlamento europeo con la elección de nuevos cargos, entre los que destacan Hans-Gert Poettering, sustituyendo a Borrell, producto del pacto entre los dos partidos mayoritarios. La alternancia en la Mesa se extiende a las vicepresidencias, para las que se ha elegido a Miguel Ángel Martínez. Miguel Ángel tiene en su mejor haber una destacada lucha antifranquista, en el interior y en el exilio, y su labor como diputado nacional desde 1979 a 1996. La inicial común de nuestro apellido ha querido que nos sentemos, ya en la Eurocámara, muy próximos en multitud de ocasiones, con lo que he podido comprobar que mi compañero es una buena síntesis del socialismo clásico -no en vano conoció y mantuvo debates con Indalecio Prieto- y la modernidad humanista. Con su barba y su perfil quijotescos, este manchego ha sido estandarte de la defensa de los derechos humanos sosteniendo que Europa no puede mantenerse aislada de las penurias de los más pobres y que la ayuda al desarrollo es la garantía de un mundo más estable y más justo donde los flujos migratorios sean regulares y de doble sentido. También ha sido un adalid contra la aparente amnesia del período de cuarenta años de una dictadura militar basada en la derrota y aniquilación de las instituciones democráticas que ha permitido que, ahora, muchos se vean capacitados para abonar el campo con publicaciones de voluntad reaccionaria y escaso valor científico (aprovecho para recomendar el último libro de Ángel Viñas: «La soledad de la República» que utiliza por primera vez archivos franceses, británicos y soviéticos, recientemente desclasificados). Sólo te pido, querido Miguel Ángel, una cosa desde Asturias: ¡no cambies, salvo en una cosa: repudia de una vez y sin tapujos la dictadura cubana, precisamente en coherencia con tu vida política ejemplar!

Nota: El mes pasado adelantábamos en esta columna el nombramiento del embajador Emilio Menéndez del Valle, oriundo de Tineo, para Bolivia. Sin embargo, por razones familiares nuestro amigo no ha podido aceptar. Sigue, pues, con su compromiso europeo y su trabajo en la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo.

lunes, 15 de enero de 2007

Suiza

Siempre me ha llamado la atención la situación política de Suiza, único enclave no comunitario en la Europa de los Veintisiete si exceptuamos los microestados Andorra, Mónaco, Liechestein, San Marino y Ciudad del Vaticano. El país es famoso por su federalismo, el uso corriente del referéndum, la belleza de sus paisajes, la precisión y calidad de sus relojes, sus chocolates, sus navajas multiusos y la convivencia y apacibilidad de ciudadanos de diferente lengua, cultura o religión. No es de extrañar que Borges se fuera a morir a una ciudad tan aburrida como Ginebra, harto de las pasiones políticas que desgarraban a su Argentina. La cuna de la Cruz Roja es sede de numerosas organizaciones internacionales, pero, conforme a su política de neutralidad, no participa en todas ellas. Ingresó en la ONU en fecha tan reciente como 2002 y rechazó por referéndum su incorporación a la Unión Europea en los noventa. Suiza no se encuentra, sin embargo, tan aislada de la Unión Europea. Pertenece al espacio sin fronteras que establece el conocido tratado de Schengen, coordina sus infraestructuras con las de la Unión y está poniendo los medios, según destacó su presidenta, Michelle Calmy-Rey, para quitarse de encima el sambenito de paraíso fiscal que propiciaba el secreto bancario a rajatabla con la opacidad de ingentes sumas de dinero obtenido ilegalmente (desde el oro de los nazis a las fortunas de dictadores y reyezuelos pasando por las transacciones de traficantes de armas y de drogas). Hay quien insiste en que la incorporación es ahora factible, postura que comparte la propia presidenta suiza. En el Parlamento y en el Consejo de la UE sería el único hipotético candidato al ingreso que no tendría obstáculo alguno ni generaría oposición ni susceptibilidades. Al fin y al cabo no sería aumentar las fronteras europeas...

miércoles, 10 de enero de 2007

Ania, el ruso

Mucho he sentido no asistir a la despedida de Juan Rodríguez Ania, luchador destacado de la clandestinidad democrática. Él mismo aceptaba que le llamaran «el ruso»; incluso cuando vivía su gran amigo Nicolás eran «los rusos», pues a buena gala tenían su pasado de «niños de la guerra». Nadie que asume su pasado con nobleza es mala gente y en los casos de Juan y Nicolás se trata de bonísimas personas que habían tenido que sufrir una injusta guerra que les llevó lejos de su tierra. Luego, con el regreso, de nuevo el trato injusto y discriminatorio.

Le recuerdo debatiendo honorablemente sus posiciones políticas en el Club Cultural de la ovetense calle de Palacio Valdés. Discrepamos siempre pero esa nobleza -y la de otros varios, entre ellos José María Laso y Pepe Álvarez, Pepe, el del bar- era entrañable y cautivadora. Todos los 7 de noviembre le felicitaba la fiesta nacional rusa. Al principio él dudaba de si yo lo hacía con humor, pero pronto se convenció de mi respeto a la sinceridad de sus convicciones y una vez que estuvo fuera en esa fecha al llegar a casa preguntó por mi llamada. Para Juan, y para muchos incluso no comunistas, tuvo que ser muy duro constatar las trapisondas de los dirigentes del Kremlin. Recuerdo que Nicolás había conocido, como ingeniero de una fábrica en la que trabajaba, al que sería primer ministro Kossiguine. Hace unas semanas se esparcían en la fosa común las cenizas de Ambou, apasionado como Ania por la vieja Rusia. Me dolió que no compareciese dirigente alguno de IU. El recuerdo y el reconocimiento de las personas que se han dejado la piel no deberían afectarse vengativamente por las diferencias de credo político y aún menos por los matices dentro del mismo espectro ideológico y partidario. Me alegró, pues, que eso no ocurriera con Juan, como bien me informa el miembro de la Ejecutiva de la AMSO que acompañó a la familia Rodríguez Ania y a sus amigos y compañeros.
En fin, desde lejos no puedo menos que recordar para mí aquellos debates sostenidos y lo mucho que aprendí en ellos.
Gracias, Juan.

lunes, 8 de enero de 2007

El despertar asturiano

Mi experiencia profesional y humana de unos cuantos años junto al equipo directivo de Porcelanosa (familias Soriano y Colonques, J. V. Roca) me ha ilustrado de forma impagable en cómo unos empresarios castellonenses se han abierto al ancho mundo. Además de sus éxitos fabriles y comerciales, el espíritu emprendedor que germina en la comunidad valenciana es un contraste con nuestros pagos, donde, sin embargo, hay indudable inquietud viajera y el recuerdo permanente de una migración que forma parte del acervo, sacrificado y brillante, de nuestra Asturias querida. Por eso, ha sido motivo de esperanza que la Fundación Príncipe de Asturias y Cajastur hayan organizado un encuentro de «jóvenes asturianos que triunfan en América, Asia y Europa». Me ha resultado, además, grato ver en la foto a dos vecinos bruselenses, Diego Canga e Iván Martín, que me avalan la calidad del evento. Una participante, Lourdes Villar, ha hecho declaraciones que deberían preocupar: «Asturias no mira al exterior suficientemente, se desarrolla muchísimo, pero de forma un tanto provinciana. La gente tiene muy buena formación universitaria, pero sin información sobre la mejor manera de usarla». En cuanto a esa preparación, no obstante, me gustaría confirmar si nuestros universitarios, como creo, saben menos inglés que, por ejemplo, el término medio de los portugueses o de los lituanos, y si sus conocimientos de informática, como también supongo, son menores -otro ejemplo lacerante- a los de irlandeses o escandinavos.

Los jóvenes reunidos en la ovetense Villa Magdalena destacan, por otra parte, el nuevo papel, el esfuerzo y la facilidad idiomática que atribuyen a la India, ya líder y atracción emergente en la economía mundial, opinión que también he escuchado a mi compañero de escaño Menéndez del Valle, a los empresarios Francisco Rodríguez y José Cosmen y al ministro Clos.
Espero que estos contactos entre asturianos de tanta calidad, abiertos a compartir su experiencia, tengan continuidad. En cualquier caso, es todo un aliciente constatar cómo tan nutrido grupo de paisanos nuestros supera la endogamia de la que se queja: «Aquí se sigue diciendo que lo mejor es la comida asturiana, la cultura asturiana, el paisaje asturiano. No hay suficiente interés en saber lo que hay fuera».

Quizá estemos en 2007 ante el surgimiento de una maravillosa y dinámica idea de Asturias que estos jóvenes patrocinan. Desde Bruselas les seguiremos.