viernes, 29 de diciembre de 2017

Barnier,el brexit y...

¿QUO VADIS EUROPA AVEC BARNIER?

La legendaria pregunta romana a Jesucristo se popularizó por una superproducción de los cincuenta. Estaba protagonizada por Deborah Kerr, elegancia exquisita, con la que compartí un jurado de los premios Principe de Asturias. La reciente versión de la frase la aplican muchos comentaristas, incluso opuestos, al errático destino europeo. El último escollo parece salvarse neutralizando la estupidez británica del brexit, negociación encomendada al gaullista Michel Barnier. Era De Gaulle escéptico total de la voluntad comunitaria del Reino Unido. Ian Mcwan, novelista de moda, refleja aquella histórica desafección, que no era sólo epidérmica, tal sucede con inmensos sectores de Austria, Polonia, Hungría...proclives a la extrema derecha, por no mentar Cataluña.

Siempre sostuve que era acierto ese encargo a un campeón del europeismo. Creo haberle conocido algo con lo que se llamó Informe Masip Hidalgo sobre Auditorías que fracasó luego por la presión precisamente británica, pese a la fuerte y honesta implicación favorable del Comisario Barnier.

El oligopolio de las auditoras, las llamadas Big Four, empleó amenazas intolerables pero imagino que cuando el brexit se consume la Comisión y el Parlamento volverán a la carga pues es intolerable lo ocurrido, por ejemplo, con el sector financiero español. La repetición constante de la misma auditora es pernicioso, incluso en aspectos menores como la simple apertura de sobres en las últimos Óscar.

Me alegra que Barnier conduzca por buena senda la negociación Brexit/UE, al menos hasta el momento, que deduzco de Carnicero Urabayen, analista solvente. Mis antiguos colegas de Eurocámara exigen lógicamente garantías y huyen del triunfalismo. Ojo a Gibraltar para cuya solución me fiaba más de García Margallo que de Dastis.

Ha tiempo propuse a los buenos mantenedores asturianos del Movimiento Europeo (Abad, Tolivar, Teófilo Rodríguez, Javier Ballina, Paz Andrés, Dany Guerra, Corte, Glz Vega, Patricia Herrero, Visitación, Óscar, Vanesa, Magdaleno, Jonás...) la invitación a Barnier. Y es que resulta incomprensible y hasta triste que televisión española le llame Michael Barnier.

Michael es un afamado actor, Michael Douglas, hijo del gran Kirk ; por mi parte soy clásico y me quedé en trato y afecto hacia Deborah Kerr y Michel Barnier.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Presentación en el Club de La Nueva España del libro sobre acabo Sotelo y Europa

Calvo-Sotelo le parecía que la política era algo muy serio, por eso no sonreía"

"El marqués de la Ría de Ribadeo era un personaje interesante y desconocido que trabajó por el proyecto europeísta", indicó el profesor de la Universidad de Valladolid

24.12.2017 | 03:01
De izquierda a derecha, Jorge Lafuente del Cano y Antonio Masip Hidalgo. 
Leopoldo Calvo-Sotelo (Madrid, 1926-2008), marqués de la Ría de Ribadeo y presidente del Gobierno entre 1981 y 1982, estaba convencido de que España entraría en la Unión Europea (entonces Comunidad Económica Europea) durante su mandato. Usaba como argumento los plazos del calendario de negociaciones que había seguido Inglaterra y pensaba que España iría por la misma senda. No fue posible, y el ingreso, solicitado en 1977, fue rubricado años después por el primer Gobierno de Felipe González, con el asturiano Fernando Morán, su cuñado, al frente del Ministerio de Exteriores. Lo explicó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el ovetense Jorge Lafuente del Cano, profesor de la Universidad de Valladolid, autor del libro "Leopoldo Calvo-Sotelo y Europa. Historia de una convicción política y económica", que ahonda en la dimensión europea del mandatario a partir del estudio de documentos del exhaustivo archivo del político, al que Lafuente pudo acceder con el beneplácito de la viuda y los hijos de Calvo-Sotelo. El ingeniero de caminos, que antes de llegar al servicio público ya hablaba idiomas y conocía los países del Viejo Continente, "luchó de verdad por la entrada de España en el club europeo", recalcó el investigador. "Es un personaje interesante y desconocido en nuestra historia, que hubiera sido un político perfecto para el siglo XIX, cuando el marketing, que no le gustaba nada, no era tan importante", agregó. 
En 1978 Adolfo Suárez nombró a Calvo-Sotelo ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, un departamento nuevo, sin cartera, que funcionó hasta 1981, cuando él mismo lo disolvió. En el grupo inicial de la llamada "Trinidad" (en referencia al palacio de la Trinidad, sede del Ministerio) había jóvenes funcionarios de la Administración y destacados militantes socialistas, como Pedro Solbes y Carlos Westendorp. Otro de los puntales del grupo fue Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Princesa de Asturias. 
"A Calvo-Sotelo le parecía que la política era algo muy serio, por eso no sonreía casi nunca. A pesar de que no tenía carisma, fue prototipo de hombre de la Transición, un profesional que se dedicó a la política tras haber sido empresario; no un profesional de la política como muchos de los actuales", indicó Lafuente. Una de sus luchas fue conseguir que Suárez visitase con más frecuencia Bruselas, algo que el primer presidente de la democracia, al que sí le gustaba desplazarse a América, hizo sólo una vez. El investigador, que encontró un "material desbordante" en el archivo, perfectamente ordenado, aseguró que el expresidente, que vivió el 23-F y firmó la entrada de España en la OTAN, jamás consideró que la Transición tuviese que ser perfecta. "Pensaba que había sido positiva y mejorable, con el consenso como pilar fundamental".
"Calvo-Sotelo tuvo una especial dedicación a Europa y al europeísmo", recalcó Antonio Masip, eurodiputado del Grupos Socialista entre 2004 y 2014. Masip lamentó el escaso reconocimiento que recibió Calvo-Sotelo entre la izquierda. "Los valores europeos se labraron con mucho esfuerzo en España y es de justicia afirmar que el político de la UCD fue uno de los que más trabajaron", añadió. El libro de Lafuente es, a su modo de ver, "una valiosa referencia para las próximas generaciones que estudien la historia de España, con aportaciones que arrojan luz sobre la personalidad de Calvo-Sotelo".

viernes, 22 de diciembre de 2017

Edicion completa, sin censura, de Nosotros los Rivero de Dolores Medio

LOS GRANDES OJOS DE DOLORES MEDIO

Cómo insiste la realidad sobre mis ojos
Fernández,Basilio,"Careo en la soledad"

César González Ruano, tan buen columnista como pícaro irredento, se quejaba, ante Gonzalo Torrente Ballester y Marino Gómez Santos, dos escritores iniciados en Oviedo, que no lograba ver los ojos de Dolores Medio por culpa de sus grandes gafas oscuras.

Lo cierto es que "Nosotros los Rivero" es una grandísima novela, orgullo de nuestra ciudad, que necesitaba reedición, más con la integridad que impidió la censura. Ese doble objetivo, reedición e integridad, lo ha conseguido Libros de la Letra Azul, con introducción de Angeles Caso, ilustraciones de Rebeca Menéndez y la complicidad presentadora de Conchita Quirós, digna heredera de don Alfredo, que tanto creyó en Dolores, el Vicerrector Borge, la archivera Evelia Vega, el filólogo Díaz Faes y Cosme Marina.

Emilio Alarcos, Avello, Juan Benito, Martínez Cachero...tuvieron el acierto de
acuñar "la bien novelada" que inicia La Regenta, Tigre Juan, El Maestrante...sigue "Nosotros los Rivero", ¡por fin completa!. La línea continuó en García Pavón, J.M.Jove, García Miñor, Sara Suarez Solís...,a cuya nómina bien uncidas "Juegos de Billar", de José Avello, y "Apabullante silencio extranjero" de Fernando Fonseca. A no olvidar tampoco "La vida exagerada de Martín Romaña"/Bryce Echenique, Lesage, A.Camus(Teatro), Perec y Gracia Noriega. Marilde García amplía horizonte en "Oviedo, género literario" y Cachero profundiza en diversas publicaciones.

Como ha escrito Carmen Ruiz Tilve, máxima especialista en Dolores Medio, "Nosotros los Rivero" se escribe en el número 23 de Magdalena. Por cierto, casa natal de Indalecio Prieto. 

Curiosamente el censor, ¡Valentín García Yebra!, que tacha y recorta, reconoció calidad literaria.

Ví a Dolores sin gafas ahumadas, a cuya casa llevé a mis hijos para que la recordaran. Sus ojos siguen abiertos pues, como el poema surrealista de Ángel González: los ha dejado muy grandes en la Fundación Dolores Medio, que presidieron Víctor Alperi y Pilar Rubiera, y hoy Cosme Marina. Los tres leales a Lena/Ranita, que, Angeles Caso mediante, se ha plasmado en esta gran recuperación. Por mi parte nunca supe, hasta la presentación universitaria, fue Marta Rivero en la primitiva escritura de ojerosa ficciorealidad.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Artículo deJonas en lne

Justo en estos momentos, mientras usted se toma el café de primera mañana o lee el periódico a media tarde, los catalanes están votando quizá en la cita electoral más importante desde el referéndum constitucional de 1978. La carrera independentista hacia ninguna parte ha logrado congregar a casi la mitad de los ciudadanos de Cataluña y ahora se dilucida si acaban de arrojarse por el precipito de la historia o deciden abrir un nuevo tiempo cerrado en la recuperación de la convivencia. Una concordia que primero deben acordar entre ellos mismos, para pasar después a restañar las relaciones con el resto de España, en el marco europeo del "estado de derecho". 
De algún modo, estas elecciones han tomado un carácter plebiscitario, de ese que gusta a los amantes de la democracia directa, pero que ejemplifica claramente las limitaciones de esos modelos: las disputas nucleares de cualquier sociedad no se dilucidan con mayorías exiguas de uno u otro signo, sino con pactos; lo que exige una democracia representativa con pulso. 
En fin, esta semana visité Barcelona para mantener varias reuniones de trabajo entorno a varios proyectos legislativos que me traigo entre manos en el comité de asuntos económicos y monetarios del Parlamento. Aproveche mi estancia también para asistir a un par de actos del PSC, y arropar y apoyar la candidatura de Miguel Iceta a la presidencia de la Generalitat. El lunes participé en un seminario sobre el futuro de Europa y su implicación en los problemas de Cataluña, y el martes estuve en el acto de cierre de campaña en Cornellá, el corazón del núcleo rojo del área metropolitana de Barcelona. (Escribo estas líneas en el tren de vuelta a Madrid en el "día de reflexión", para viajar después a Asturias). 
Pues bien, el martes noche, tras el fin de la campaña y al concluir una cena con amigos y compañeros del PSC, varias personas que habían escuchado nuestras conversaciones políticas desde una mesa cercana se acercaron a nosotros con ánimos encendidos. Nos increparon directamente y nos invitaron a dilucidar nuestras diferencias en el exterior del local, ante la mirada atónita de los que allí estábamos charlando tranquilamente. En todo caso, lo peor estaría por venir. Ante el follón, con varias personas ya de pie intentando evitar cualquier inconveniente mayor, un camarero se acercó para ayudar a suavizar la situación, mientras uno de sus compañeros le preguntaba desde el otro lado de la barra qué ocurría. Su respuesta fue: "lo de siempre, un lío de banderas". Lo de siempre. 
Finalmente, las personas que nos increparon por disentir en nuestras opiniones, que habían estado escuchando a hurtadillas, se fueron y cuando recobramos cierta tranquilidad volví a pensar en "lo de siempre". Ni era la primera vez, ni suponía un suceso poco frecuente. Ciertamente, la convivencia está muy tocada en la sociedad catalana, aquella que una vez fue faro y guía para el resto de España y que ahora se ha retrotraído sobre lo peor de nuestra historia, de la historia conjunta de nuestro país. 

Pues bien, hoy se dilucida en las urnas catalanas que "lo de siempre" pasé a ser de nuevo "lo de antes". Y si lee, querido lector esta columna a final del día, con el recuento ya hecho, espero que podamos celebrar el inicio de un nuevo comienzo.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Llevar mantequilla a Francia


Fue, en su tiempo, muy usada la expresión de llevar hierro a Bilbao, como ilustrativa de lo inútil y hasta imposible o absurdo. El aforismo llegó a vivir más en el lenguaje popular que la producción de las exhaustas minas vizcaínas.

Desde muy niño mis padres, en exigente imposición que siempre agradeceré, me hicieron pasar los veranos en internados franceses y algunos intercambios, todavía infrecuentes en la pacata y empobrecida sociedad española, muy anterior al Erasmus de Manolo Marín. Uno de los alicientes colaterales de aquellos estíos era topar con la mantequilla salada y el yogur que eran aún desconocidos en mi dieta familiar e, incluso, con inmensas cantidades de la mantequilla misma que se utilizaba también para las frituras. La mantequilla como tal ya se industrializaba en estos lares por la querida familia Arias, que utilizaba "Flor de Asturias" como una de sus marcas y uno de cuyos éxitos fue instalarse en Oviedo a pie de ferrocarril. Había también suministradores aldeanos que distribuían en la ciudad deliciosas mantecas entre hojas/fueyes de berza y un rudimentario dibujo, o simple señal, en el lomo de la deliciosa pieza amarilla.

Francia estaba mucho más adelantada para mis adolescentes entendederas. 

Años después, al iniciarme en la carrera universitaria llamada Ciencias Económicas, manejé la mala traducción de un gran autor, James Henderson, y luego, ya en la denominada aún más pomposamente "Teoría Económica-2", los mecanografiados apuntes del hueso Profesor Castañeda. En ambos instrumentos, la mantequilla era ejemplo alternativo a la margarina por los ingresos crecientes de los consumidores.

Hogaño aquel maniqueo ejemplo no resistiría el papel de un gráfico académico o universitario. En cualquier caso, nada se decía del potencial excedentario francés que padecimos en la Cornisa Cantábrica durante mi personal participación en el primer gobierno autonómico. Alguna región había dado mal, por estúpida ocultación, las producciones precedentes a la comunidad europea y, no sólo por esa vejatoria cifra máxima sino por la espiral de un concurso de yerros y limitaciones se mal cerró el capítulo de la negociación láctea, con balance notoriamente desequilibrado.

Por la pura casualidad de mi presencia viajera en París el embajador Raventós, tan ensalzado por Tarradellas contra lo que pronosticaba de siniestro en Pujol, me invitó en 1985 a asistir al posicionamiento de todos los grupos parlamentarios galos sobre el futuro ingreso español en el club europeo. Los comunistas, liderados por George Marchais, y los populares, por Chirac y Couve de Murville, salvo Valéry Giscard d'Estaing y Raymond Barre, autor de otro de los manuales que dábamos en Deusto, se oponían, recalcitrantes, a nuestro país por los datos agrícolas y ganaderos competitivos que temían.

Con esos antecedentes me resulta sorprendente y muy grata la buena nueva de que la mantequilla astur tenga cuota de mercado francés y me hace sentir orgulloso de los que en nuestra tierra, con tantas dificultades, son capaces de semejante proeza de producción,  trazabilidad y ulterior distribución. Concurren un cúmulo de circunstancias sin duda, pero la visión empresarial astur, que no suele ser frecuente premio en la Gran Economía, ha resultado encomiable.

martes, 12 de diciembre de 2017

Sánchez Merlo en lne sobre el prófugo Puigdemont


El perjuicio para España de la manifestación en Bélgica por la independencia de Cataluña

12.12.2017 | 03:54
Daño a la reputación
Con independencia de lo que voceen las distintas fuentes sobre el número de manifestantes en pro de la independencia de Cataluña ("Le Soir": 10.000; "La Libre Belgique": 45,000), quienes tienen ya formado criterio sobre los motivos, desarrollo y efectos derivados del intento de golpe de Estado no van a cambiar su opinión: se trata para ellos de un hecho irrelevante. 
Pero no es irrelevante para quienes asisten boquiabiertos al espectáculo que está dando un político destituido y huido a Bélgica, que sigue culebreando allí, con el concurso protector de políticos y abogados flamencos, porque las opiniones públicas reciben mensajes, cuando menos confusos, que básicamente consisten en que España es un país donde se tortura, hay presos políticos, se gobierna con modos autoritarios y la justicia es arbitraria y subordinada al designio del Gobierno. En resumen, España es un país en el que no existe la separación de poderes.
Por encima del desacuerdo en las cifras de manifestantes, en lo que sí concuerda la prensa belga es en que buena parte de ellos eran independentistas flamencos, con banderas separatistas catalanas, que les había entregado el partido secesionista flamenco Vlaams Belang (heredero del ilegalizado Vlaams Blok), una formación xenófoba y de extrema derecha, que es la máxima valedora del independentismo catalán y vasco en Bélgica. 
Esta constatación puede ayudar a precisar los números, pero no dice nada sobre el daño inferido al "honor" del Estado español, un Estado en el que la reputación es un bien jurídico protegido por el Código Penal, que castiga como ataques a la dignidad las injurias y las calumnias. Un amigo con sabiduría y kilometraje cree que, como con las muelas, quizás lo mejor sea mejor esperar a bajar la inflamación antes de hacer intervenciones que pudieran extenderla. Pero el malestar interno se hace viral, como se dice ahora. 
En estos últimos cuarenta años, el pueblo español ha hecho un formidable esfuerzo, ha abrazado la democracia hasta hacerla ejemplar, ha puesto en marcha las autonomías, vencido al terrorismo y desmontado el golpismo, creado riqueza para los ciudadanos, universalizado la sanidad y la educación, mejorado la calidad de vida y las condiciones de los españoles, desarrollado las mejores infraestructuras del mundo occidental; y más. 
Y un aventurero, que, con otros compañeros de viaje, ha fracasado en su ensoñación de proclamar la república catalana y la independencia de España se pasea ahora por la capital de Europa y se entretiene, con el apoyo cómplice de algunos flamencos, en demonizar el sistema democrático español, calificar al Gobierno de franquista, desprestigiar a jueces y fiscales y, en definitiva, en tratar de dañar la imagen de España, despotricando contra la credibilidad de nuestras instituciones, con la intención evidente de causar un perjuicio a la reputación de nuestro país. 
Gargarizan sus mensajes, a propósito de la retirada de la euro-orden, con invenciones tales como que España tiene miedo de que se sepa la verdad y está aterrada ante la posibilidad de que ellos la desenmascaren. Luego lo negarán y, en su aparente contrición para evitar la prisión, se retractarán, pero es posible que esta repetida ya no les valga. No hay nada como esperar a que acaben las muecas y los bullicios electorales para validar la certidumbre de las hipótesis. 
Y es que el juez instructor del Supremo que dirige, como consecuencia de una resolución de la Sala II del TS, el procedimiento contra los aforados, decía ya, al considerar que los hechos investigados podían constituir un delito de rebelión, que sus presuntos autores constituyen una "empresa criminal conjunta", por cuanto se trata de un alzamiento violento y público para declarar la independencia de una parte del territorio nacional, planeado y ejecutado en diferentes fases y momentos, por una pluralidad sincronizada de personas. 
El instructor tuvo después que replantear su modus operandi, al tener que extender el procedimiento a los investigados por la Audiencia Nacional, acumulando a las actuaciones iniciadas las tramitadas por la Audiencia. Esta acumulación le enfrentó con dos nuevos problemas: resolver sobre las peticiones de libertad de los encarcelados y evitar los posibles efectos no deseados de la euro-orden en la que se solicitaba la detención del expresidente de la Generalitat. 
El magistrado ha resuelto ambas cuestiones, manteniendo en prisión sólo a aquellos de los imputados en quienes considera que la posibilidad de reincidencia en su actividad delictiva pudiera ser particularmente lesiva para el bien protegido y anulando la euro-orden de detención. 
Uno de los mayores riesgos de cualquier organización, no digamos de un Estado, es el daño a su reputación, que es su activo principal, pues constituye su fondo de comercio, que se construye a lo largo de años de buen trabajo y que puede dañarse en escasos minutos. 
Los motivos más habituales para la destrucción de una reputación son los defectos aflorados, los intentos de engaño o la corrupción probada, y la globalización no ha hecho sino agravarlos, pues, entre otras cosas, el uso masivo de la tecnología ha ampliado su impacto negativo de forma geométrica, haciendo a las organizaciones aún más vulnerables. 
El abogado de Oriol Junqueras, al impugnar la situación en que se encuentra su cliente y reclamar su libertad, ha lamentado "el daño a la reputación". Sensible materia esta para todos los que han empeñado muchos esfuerzos en construirla. 
Sería injusto incluir en un solo paquete a los anfitriones del quinteto catalán acantonado en Flandes. Los francófonos belgas se han asomado a las redes sociales para mostrar su hartazgo, sin ocultar el disgusto por la instrumentalización que los diecinueve abogados defensores de los fugados podrían estar haciendo para favorecer a los que aún no han comparecido ante la justicia española. No entienden que los ricos hayan ido a Bruselas a manifestarse para ser más ricos, a costa de humillar, sin conseguirlo, a un país miembro de la Unión Europea que sigue contando con el apoyo unánime de sus socios y aliados. 
Al populismo separatista se le empiezan a ver las costuras, pero el daño que ya ha inferido a la reputación de España ha sido considerable. Desde aquella tarde de octubre, en que se desató, con eficacia y con mentiras, la máquina del descrédito: 900 heridos, 90 por ciento de los catalanes a favor de la independencia y una serie de vídeos con imágenes repetidas de la actuación policial, bien diseminados por las televisiones, para hacer visible la pretendida represión; hasta el, por ahora, penúltimo episodio de la manifestación en Bruselas, en un día laboral en Bélgica y festivo en Cataluña. 
Remontando cuesta arriba, al proceso judicial, que ha entrado en agujas, le queda un espinoso camino por recorrer, pero habrá un final. La cuestión será ver hasta dónde llega el nivel de la inflamación causada por un adversario sin complejos morales.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Articulo de Carnicero Urabayen sobre situacion Brexit.Tendo muy buen concepto de Barnier, negociador europeo, desde su actuación en la fallida directiva sobre el oligopolio de las auditoras

Sonrisas y ojeras. Alivio y cansancio en las caras de Juncker May. Pasaron probablemente la noche sin dormir para poder anunciar a las 7 de la mañana que ya hay un primer acuerdo sobre la separación británica de la UE. Ahora toca hablar de futuro. La posibilidad de que este insólito divorcio acabe a tortas es ahora remota. Los fantasmas de un brexit duro se dispersan. A este paso, el Reino Unido se quedará tan cerca de Europa que quizá no termine de salir. Improbable, pero no imposible.
El acuerdo firmado de esta primera fase afecta a tres cuestiones clave: el dinero que el Reino Unido deberá pagar en el momento de irse (que responde a sus compromisos adquiridos hasta la salida), los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y de los británicos que viven en Europa y una solución para la frontera de Irlanda del Norte. Quedan detalles pendientes de cerrar, pero el entendimiento entre ambas partes es suficiente para pasar a la segunda fase.
La película sobre estas negociaciones tiene un guion cada vez más europeo. El diseño secuencial (primero resolver las cuestiones de la separación para pasar a hablar de la futura relación comercial y de seguridad) fue una exigencia europea. Theresa May, que un día amenazó con salir por las bravas, va cruzando ahora sus propias líneas rojas en la mejor tradición del pragmatismo británico, secuestrado en aquel insólito referéndum y recuperado día a día conforme la fecha de salida en marzo del 2019 se aproxima.

El compromiso de pagar la factura

Si un día el Gobierno británico negó que tuviera que pagar una cantidad para salir (unos 50.000 millones de euros), ahora es ya una realidad a la que se ha comprometido por escrito. Si también renegó de la posibilidad de que el Tribunal de Justicia de la UE siga teniendo jurisdicción en el Reino Unido tras el brexit, ahora es otra promesa enterrada, puesto que el tribunal velará por los derechos de los europeos en el Reino Unido. ¿Sucederá lo mismo con la promesa de May de salir del Mercado Único?
Tras el acuerdo firmado, su permanencia es una posibilidad. «Ante la ausencia de una solución específica, el Reino Unido mantendrá un alineamiento total con las leyes del mercado único y la unión aduanera». Curiosamente, este compromiso, que acerca al Reino Unido al estatus que tiene ahora como miembro de la UE, se debe a no alterar los acuerdos de paz de Irlanda del Norte, donde hasta ahora no hay controles en la frontera con la República de Irlanda y así deberá seguir tras el brexit.
Mientras el guion y el calendario ideado por Bruselas se va cumpliendo, los gestos y el lenguaje de los europeos evitan cualquier tentación de sacar pecho. Michel Barnier, negociador europeo, no pierde la elegancia en las formas, ni cuando se desespera con la falta de claridad británica ni cuando logra una victoria como la actual. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha dicho que este acuerdo es un «éxito personal de Theresa May». Seducción europea para una primera ministra que sigue siendo débil en casa y necesita resistir hasta el final. 

viernes, 8 de diciembre de 2017

El Angelín

VERSOS A LAS FLORES


¡El poeta es mariposa//Que adula todas las flores!
Carolina Coronado,Rosa Blanca



Pepe Monteserín, crack literario, escribe de un tal Angelin que en Pravia leía versos a las flores. Jesús Arango le recuerda polivalente: jardinero, barrendero y flautista.

Del San Francisco de mi infancia no retuve a nadie interpelando margaritas pero sí varios ciudadanos hablando a los árboles. Como el poeta y nombrador Fernando Beltrán saludaba diversos charcos. Incluso me topo todavía por el barrio de Uría una mujer entonces joven, pálida, que abría libro para recitar poemas en las inmediaciones del Angelín.  A fingida distraída distancia, fui receptor de los sobreactuados versos. Juan Luis R.Vigil, de adolescencia próxima, me advirtió del impagable espectáculo. Saramago- ¡El Saraqué de una olvidable ministra de Cultura!- evocaba a su abuelo despidiéndose, abrazos y llantinas, de los árboles de su huerto.

Cuando ha tiempo los juristas republicanos Saturnino Escobedo y Renato Ozores me contaron que José Loredo Aparicio, abogado de la ovetense calle Jesús, en los años veinte, leía libros paseando entre las vías del tranvía, lo relacioné con la declamadora herbolaria. 

Loredo murió atropellado en México D.F.. Pensé que los tranviarios mexicanos no estaban avisados de su temeridad como los de su Oviedo pero el investigador Jesús Mella me ha dicho que pudo no morir de celo lector, tal maravillaban don Saturnino y don Renato, sino asesinado por trotskista que había fugazmente sido.

El ribadense Dionisio Gamallo Fierros solía sentarse en el San Francisco cerca de alguna rama desprendida para imaginar que su madre la veía de niña en el tronco de un viejo olmo. Tenía Dionisio en su magín clasificadas varias huellas y oquedales arbóreas que vinculaba a su progenitora; ésta llegó a maldecir el día que su hijo, siempre Dionisín, había aprendido a leer, por la invasión de libros en la casa. Carlos Sierra ha inmortalizado un ejemplar oblicuo, errático buscador de incierta luz umbría, que he visto, o soñado, muchas veces antes de que el genio del realismo mágico lo pintara.

Mi Angelín es inanimado, moldura broncínea de fábrica, pero el silente cuerno/trompeta de pátina resaltada en Adolfo Casaprima, imagen gráfica de Francisco Ruiz Tilve, se hace oír por encima del espectro de la tenaz lectora y de los versos que, allí cerca, Luis F. Canteli, Presidente del Ateneo, antes y después alcalde en funciones, mandó audazmente esculpir de Alfonso Camín.

Bien también por el Angelín praviano de Monteserín y Arango, el mío sufrió reparaciones pero exhibe la misma fantasía mitológica, con o sin flores a las que dirigir versos o sones de corneta callada y evanescente flauta travesera.

martes, 5 de diciembre de 2017

Ante la retirada de la euro orden a Puigdemont y el resto de la panda

Todo el vaivén de la euro orden de Puigdemont pone de manifiesto su insuficiencia y limitaciones, al margen del lacerante caso concreto.Es muy serio y motivo de reflexión europeista. Ya no pertenezco a la Comisión Juri del Parlamento Europeo en la que estuve diez años y aquel mi escaño no fue sustituido desde España pero lo que dice la resolución del  instructor retirándola, probablemente con buen criterio, no debe quedar así. Ni que cunda el ejemplo de burlar la Justicia de un país europeo desde otro de la U.E..Pienso...

Asistí a la presentación del texto íntegro de "Nosotros los Rivero"

La Universidad de Oviedo acoge la presentación de la edición íntegra de 'Nosotros, los Rivero', que fue cortada por la Censura 

P. A. MARÍN ESTRADA OVIEDO. 
«Un momento muy feliz, y lo habría sido para Dolores». Así calificó Cosme Marina, presidente de la Fundación Dolores Medio, la presentación pública de la reedición de 'Nosotros, los Rivero' con el texto íntegro -sin los recortes de la Censura- que tuvo lugar ayer en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo. En palabras del responsable de la fundación que preserva el legado de la escritora asturiana, «saldamos así una asignatura pendiente que teníamos con ella y cerramos la herida que tuvo con este libro». Y es que la historia de la nueva publicación de la novela con la que Medio obtuvo el Premio Nadal en 1952 es la de un empeño, el de sus albaceas, que encontró cauce para realizarse en un camino recorrido conjuntamente con su editora, Ángeles Caso y con el autor de la edición crítica, el filólogo y patrono de la Fundación, Manuel Díaz-Faes.
Todos ellos estuvieron presentes en el estrado del Aula Magna, presidido por el vicerrector de Extensión Universitaria Francisco José Borge López, además de otras artífices de la recuperación del texto que ahora ve la luz, como la librera Concha Quirós. «De ella fue la sugerencia de reeditar obras de interés para Oviedo y Asturias, entre las que esta estaba llamada a ser la primera», dijo Ángeles Caso; y también Evelia Vega, Jefa de Referencias del Archivo General de la Administración, que facilitó el hallazgo del expediente de la obra en los archivos de la Censura. En su intervención, Caso tuvo palabras de agradecimiento para cada uno de quienes hicieron posible esta reedición (también para la ilustradora Rebeca Menéndez, ausente en el acto), un auténtico «trabajo en equipo» para devolver la obra y la figura de Dolores Medio «al lugar que se merece en la literatura asturiana y española», señaló la escritora y periodista, debutante -tal como apuntó- en su papel de editora con su sello La Letra Azul.

La poda del texto 

La novela que consagró a Dolores Medio con el Nadal padeció los estragos de la Censura franquista y solo pudo publicarse tras realizar la propia autora una importante poda del texto presentado para su autorización oficial. El dolor causado por este hecho acompañaría a la novelista hasta sus últimos días, como recordó Cosme Marina. «Siempre que intentábamos retomar este tema, ella buscaba alguna escusa para orillarlo», contó. El presidente de la Fundación que lleva el nombre de la escritora resaltó la importancia de la novela ahora recuperada y la inscribió en su obra al hilo de otros títulos como 'Atrapados en la ratonera' y 'Celda Común', ambientados en la guerra civil y la revolución del 34.
El autor de la revisión del texto, Manuel Díaz-Faes, apuntó que «el original no existe y lo siguiente que hay es esta versión, que fue reescrita casi de memoria a partir de los apuntes que ella tenía». De su calidad literaria puso como ejemplo que a la edición del Nadal que Medio ganó se habían presentado obras como 'Los Bravos' de Jesús Fernández Santos, y de su éxito editorial, los 50.000 ejemplares vendidos. Con su recuperación, se devuelve ante los lectores actuales «la brillantez y modernidad de la obra original», dijo Díaz-Faes. La cuidada edición de La Letra azul servirá para volver a ponerla en ese merecido lugar de la literatura viva.

Necrologia de Manuel Marín x Joaquín Almunia

La noticia de mi amigo Manolo ha supuesto un mazazo enorme, aunque conocía la evolución de su enfermedad en los últimos meses. Nos encontramos por primera vez en Bruselas, todavía en tiempos del franquismo. Ambos estábamos en Bélgica, él como alumno del Colegio de Europa de Brujas, donde luego dio clase, y yo trabajando como economista, siguiendo temas europeos. Entramos juntos en contacto con el PSOE, de la mano de Curro López Real, y pronto conocimos a Felipe González, recién elegido líder del partido en Suresnes, quien nos convenció para volver a Madrid a colaborar con su proyecto. Así lo hicimos, sin pensarlo dos veces.
Manolo jugó un papel importante en la reorganización del Partido Socialista, poniendo en ello toda su ilusión, una gran tenacidad y abundante sentido común. En las primeras elecciones, encabezó la candidatura por su tierra de Ciudad Real, donde le acompañé en mítines emocionantes, en los que muchos de los asistentes escuchaban nuestros mensajes con lágrimas en los ojos, recordando sus sufrimientos de tantos años y esperanzados con la recuperación de las libertades democráticas.
Como diputado, Manolo se incorporó a la dirección del Grupo Socialista, pero no se dejó absorber por las tareas burocráticas y dejó en el Diario de Sesiones intervenciones que daban fe de su capacidad intelectual y de su instinto político. Su trayectoria se encaminó pronto a los asuntos europeos, tanto en las relaciones con los partidos socialistas hermanos como en la definición de las posturas del PSOE durante las primeras fases, tan difíciles, de la negociación de nuestra adhesión a la Comunidad Europea. Tras la victoria electoral del 82, Felipe le encargó de dirigir esa negociación, que supo culminar con éxito en junio de 1985. Muchos de los logros conseguidos por nuestro país en esos años, llevan su impronta, aunque él no era amigo de colgarse medallas.
Como miembro de la Comisión Europea, donde ocupó una Vicepresidencia, e incluso la Presidencia por espacio de unos meses, dejó un magnífico recuerdo, del que soy testigo, por su compromiso europeísta, su enorme capacidad de trabajo y su gran honestidad política y personal. Rodríguez Zapatero lo recuperó para la política de partido encargándole de las relaciones internacionales, y al volver el PSOE al gobierno en abril de 2004 fue elegido Presidente del Congreso.
Las tensiones de la política española le hicieron sufrir, y le quitaron las ganas de seguir en ella de forma activa. Desde 2008, además de sus tareas docentes y de la presidencia de la Fundación Iberdrola, Manolo prefirió viajar con más asiduidad a la orilla del mar. En la terraza de su casa de Puerto Rey (Almería), su ánimo se relajaba. Junto a Carmenchu, sus hijas y sus amigos, allí disfrutaba del Mediterráneo, de su pequeño barco, y también de sus paellas y del bricolaje, artes en las que era maestro. Quienes le tenían por persona seria, allí hubiesen cambiado pronto de opinión, disfrutando de sus historias, y riendo con él a mandíbula batiente. Te echaremos de menos.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Un skate baja Santa Cruz

L'esperance est la plus grande de nos folies(')
Alfred de Vigny/Josep Pla


En El Tragaluz de Buero Vallejo los ecos de calle cuelan el semisótano. Mi edificio también cuenta rendijas ensotanadas pero los ruidos arriba son metáforas de naturaleza distinta.

En mi tiempo neoyorkino, me prestaba el zumbido de jóvenes ejecutivos en patinete convencional que, con aires de atildados catecúmenos mormones te adelantaban, enloquecidos, por Central Park South Street, ante los antiguos Plaza y Saint Moritz, ordenador al hombro, gabán o terno, y corbata, para llegar, puntuales e impecables, al curro y, de vuelta, al metro y al transbordador.

Han pasado años. Calle Marqués de Santa Cruz de Marcenado abajo, un rapaz no en el artilugio de los patinetes de mi infancia sino en skate/monopatín y su leve sonido de rozadura. Bien conozco la inclinación, favorecedora de la velocidad, de la vía casi desde que, sietemesín, nací a esa vera. No había skates, ni  por supuesto skaters, en mi mayo de 1946, tampoco medio siglo después, apreciablemente, en Nueva York y sí los había para esos últimos entonces en Oviedo, pues a demanda tribal pusimos instalación para virtuosos del equilibrio que duraría, tatuada de grafitos, un par de décadas. Fue propuesta del concejal Álvaro López Cueto-Felgueroso para la antigua pista de Hockey del Paseo de los Curas, El Espolón de La Regenta. Los skates no estaban de moda aún ni los utilizaban los jóvenes administrativos espabilados del Manhattan finisecular. Sí, ha poco, en El Puente de Londres, Ignacio Echeverría se enfrentó con su monopatín valientemente a la Yihad.

Severo Ochoa, en esta misma calle, borde francisco, por donde evoqué antaño a Jesús Neira y Gonzalo Suárez, otros dos talentos asturianos, me reprochaba que no hubiera sido capaz, en mi alcaldía, contra su optimista y amistoso pronóstico, de acabar con la gamberra insoportabilidad de carburadores mal usados.

Siento, en efecto, cómo baja, veloz, el skate, pero no le será tan fácil volver cuando llegue a Los Álamos, aunque quizá la destreza del usuario reconvertirá maniobra hacia arriba.

José Francés llamaba al Paseo "el costado izquierdo, donde el corazón late del San Francisco". Muy antes del mosaico de Antonio Suárez, tan digno de mimo para Laura Diez Prieto, exconcejal, y Marisa Ponga, entre otros de carbayonía profunda, lo quiso inmortalizar el Jove de "Un tal Suárez". Ese paisaje literario urbano de "La bien novelada" fue ensalzado por Martínez Cachero y Melchor Fernández Almagro, Melchorito para García Lorca. Estoy, en cualquier caso, seguro de que el ascenso cuesto sería silente, incluso inapreciable desde mi ventana, ¿y si no por qué carraspean apenas las ruedecitas bajando por el rugoso revestimiento de la acera mientras al subir el raspado casi enmudece?

Los ecos callejeros son la constante de El Tragaluz, pero la esperanza metafórica aquí y ahora es otra, alineada con aquel anónimo que, sin patentar, inventó la rueda, quizá el mayor paso de la Humanidad desde la pinza digital, de la que tampoco nadie generó haberes registrales. 

El desconocido chaval de la estela acústica del skate se desplaza apoyado en ruedecitas de poliuterano. Son, en su modernidad, diminutas y sofisticadas pero bien manejadas por tobillos y músculos  genuflectentes, sin manos ni motores, permiten una cierta mágica andadura que jamás alcanzaré por mi parte en la Santa Cruz de mis natalicio y vida.

(') La esperanza es la mayor de nuestras locuras.

Importante artículo de Arango en lne con su tesis justa y constante

Economista

La aldea en la era digital

La necesidad de que el Principado impulse la llegada de la banda ancha a todo el mundo rural

01.12.2017 | 03:46
La aldea en la era digital
En agosto de 1988, la Comisión Europea enviaba al Consejo y al Parlamento una Comunicación titulada "El futuro del mundo rural" en la que se emplazaba a la sociedad europea a hacer frente al desafío rural, pues este espacio en Europa estaba sometido desde hacía décadas a mutaciones profundas y el equilibrio entre sus diferentes funciones (producción de alimentos y de paisajes) se había hecho frágil. Frente a esta evolución, la Comisión recomendaba la promoción de un desarrollo rural -término utilizado entonces por primera vez en el marco de la Política Agraria Común- que mantuviese un enfoque basado en tres preocupaciones fundamentales: a) la cohesión económica y social en el marco de una acentuada diversidad regional; b) el reajuste inevitable de la agricultura europea a las realidades de los mercados; y c) la protección del medio ambiente y la conservación del patrimonio natural de la Unión Europea. 
Han transcurrido ya tres décadas desde la publicación de aquel documento comunitario y parece pertinente preguntarse cuál ha sido la evolución que ha experimentado el mundo rural asturiano en este periodo. De forma muy esquemática -y, por tanto, con el riesgo del marginar algunos hechos- puede señalarse que los principales cambios en ese periodo han estado protagonizados por nuestra incorporación en 1985 al ámbito de la Unión Europea y el intenso proceso de reestructuración que ha experimentado la producción de leche en Asturias a partir de esa fecha y que ha tenido como resultado un sector lechero regional con una reducción espectacular del número de explotaciones, pasando de las más de 32.000 existentes en 1987 a superar ligeramente las 1.500 explotaciones en la actualidad. Este cambio tan drástico en el número de explotaciones ha venido acompañado por un incremento muy notable del tamaño de las mismas: la entrega media de leche por explotación, que en 1987 era de tan sólo 18.000 litros anuales, se multiplicó por casi quince con respecto a lo que sucedía treinta años atrás, superando hoy en día ampliamente los 200.000 litros anuales. Por otra parte, esta modernización del sector ha supuesto, asimismo, cambios importantes en la localización de la producción, siendo en estos momentos los concejos del Occidente, especialmente Tineo y la franja costera a partir de Valdés, los que concentran los mayores niveles de producción de leche. En paralelo, se ha producido un fuerte incremento de la cabaña ganadera de carne, especialmente en los concejos de montaña, pero con presencia en todo el territorio regional. Por otra parte, el censo de ovino y caprino, a pesar de las condiciones orográficas favorables, ha seguido descendiendo, pues las 78.000 cabezas actuales están muy lejos del medio millón que había a mediados del siglo XIX en Asturias. 
A pesar de estos cambios, la agricultura asturiana sigue siendo básicamente ganadera, pues la presencia de los cultivos agrarios no destinados a la alimentación animal tienen un escaso peso en la producción agraria regional, más allá de las nuevas plantaciones de manzana para sidra y sobre todo de la presencia del cultivo del kiwi en ciertas zonas muy concretas de Asturias. Por otra parte, el sector forestal sigue siendo marginal en el valor añadido agrario asturiano, con una baja rentabilidad en la producción de madera y con un problema pendiente de asignación de los derechos de propiedad en las grandes superficies que ocupan los genéricamente denominados "montes comunales" y que sigue limitando sus posibilidades de desarrollo. 
En resumen, y a pesar de los problemas pendientes, como es la escasa base territorial de la mayor parte de las explotaciones, desde el punto de vista productivo el sector agrario asturiano -y especialmente su componente lechero- ha experimentado un incremento muy fuerte en sus niveles de productividad, lo que se ha traducido en un notable aumento de la renta por ocupado y, sin embargo, en nuestras aldeas cada vez hay menos vecinos y los que quedan son en su gran mayoría de edad avanzada. 
En este sentido, baste recordar que los veintidós concejos que constituyen la Zona Central y que ocupan el 20 de la superficie regional, concentraban en 1900 el 40 por ciento de la población asturiana, actualmente su peso relativo se ha duplicado: ya significan más del 80 por ciento de los habitantes. Es decir, que hoy en día el 80 por ciento del territorio sólo alberga a menos del 20 por ciento de los asturianos. A lo largo del siglo XX no sólo se produjo una fuerte emigración desde las zonas rurales hacia el centro de la región, sino que a la vez se generó un proceso de abandono de los pueblos -que se enmascara cuando se manejan cifras a nivel de municipio- hacia las villas, capitales del concejo, y que se puede visualizar mediante el dato siguiente: en el año 1900 la gente que poblaba las aldeas y pueblos de Asturias representaba el 81 por ciento de la población, mientras que esta ratio tan sólo alcanzaba el 32 por ciento a principios de siglo XXI. 
El modelo de poblamiento disperso que caracteriza a las zonas rurales asturianas, en donde la aldea constituyó durante siglos la principal unidad de producción, dificulta y encarece sobremanera la provisión tradicional de servicios públicos a una población de edad avanzada. A este respecto, si tenemos presente que Asturias es una de las regiones más envejecida de España, existen concejos, como Caso, Belmonte, Somiedo y Yernes y Tameza, en los que el índice de envejecimiento supera en más de cuatro veces la ratio regional, y por ejemplo Illano, el más envejecido de la región, presenta un índice seis veces superior al de la media. 
Por tanto, nos enfrentamos a un grave problema de muy difícil solución y que si no se cambia radicalmente nuestro particular paradigma regional de desarrollo -muy anclado y mediatizado por nuestro pasado industrial tan ligado al carbón y al acero- nos conducirá inevitablemente en no más de dos décadas a un desierto demográfico de la mayor parte de Asturias y a un territorio con altos niveles de erosión, y en donde el verde dejará paso al marrón de los campos abandonados, que hoy ya vemos por muchas partes. La sociedad asturiana debería ser muy consciente de que su tradicional cuidador gratuito del paisaje, el Campesino, es actualmente la principal especie en extinción. 
No se trata ni de la aldea global de la que nos hablaba el visionario Marshall McLuhan en los años sesenta, ni tampoco de reivindicar la "aldea perdida" descrita por Armando Palacio Valdés, sino de ver qué futuro pueden tener nuestras numerosas y dispersas aldeas: en Asturias hay más de 6.000 entidades de población que tienen menos de 100 habitantes. Probablemente gran parte de ellas desaparecerán en los próximos años, y ante ello caben dos alternativas: una, dejar que el paso del tiempo haga su labor de demolición, o bien poner en marcha una Estrategia de Defensa de la Aldea que permita delimitar las perspectivas de futuro de estos núcleos tomando como referencia una gran base de datos que incluya los perfiles físicos y demográficos de las 857 parroquias que hay en Asturias. La informática y la gran cantidad de información estadística regional acumulada permiten diseñar en nuestra región medidas políticas de discriminación positiva a nivel de parroquia, pues no es justo que, por ejemplo, en el concejo de Castropol, la parroquia costera de Barres reciba las mismas indemnizaciones compensatorias que la de Balmonte, que está situada en la montaña, y este es un fenómeno que se repite en las muchas y diversas Asturias de las que nos hablaba José Ortega y Gasset en 1915, y que frecuentemente se tratan de simplificar identificando, si más matices, zonas rurales y sector agrario, olvidando que éste se asienta en un territorio en donde hay rasas costeras, valles interiores y zonas de alta montaña con problemáticas muy diferentes. 
La revolución digital que nos acompaña desde hace más de dos décadas -en los años noventa se hablaba de las autopistas de la información y en Asturias aún se sigue hablando sobre todo de las de cemento, mientras que en muchas aldeas todavía ni siquiera pueden aspirar a "caleyas de la información"- permite plantearse nuevas estrategias, políticas y procesos de desarrollo. Pero ello implica, como señalaba hace ya dos décadas el Nobel en economía, Joseph Stiglitz, que los principios claves de una estrategia regional de desarrollo se deben fundamentar en una nueva visión de Asturias a largo plazo que implique una profunda transformación de nuestra forma pensar y hacia formas "modernas" de los métodos de producción y de tratar la salud y la educación. 
En definitiva, se debe abandonar la característica de las sociedades tradicionales de aceptar el mundo tal como es y pasar a aprovechar las grandes posibilidades que genera la tecnología actual, pues si bien la revolución industrial implicó, entre otras muchas cosas, que el crecimiento precisaba concentrar a la gente en las ciudades y de la existencia de economías de aglomeración, las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones permiten hoy en día que desde cualquier lugar un persona con un reducido capital pueda fabricar mediante la impresión en 3D productos que se vendan en los mercados mundiales mediante una tienda online, para ello solamente precisa de una buena idea, el acceso a banda ancha y la existencia de una buena logística. 
Más allá de las políticas pasivas para combatir el declive demográfico, el futuro de nuestras aldeas pasa ineludiblemente por no repetir el error que se cometió en su día con la energía eléctrica, que retrasó durante años la implantación de una red de frío y la consiguiente modernización de las explotaciones lecheras. Si queremos dotar a las aldeas de un futuro y de abrir la posibilidad de "localizar industrias" para convertirlas en un nuevo distrito tecnológico, como ya recomendaba en 1774 mi admirado Campomanes, hay que garantizar, como condición necesaria, su acceso a la banda ancha en condiciones y precios similares a las zonas urbanas. Pues bien, igual que se creó en los años ochenta la Agencia de Electrificación Rural, el Gobierno regional debería de poner en marcha de forma urgente medidas para garantizar ese acceso a la Asturias rural, pues las tecnologías de cable llegan a las villas y no a las aldeas. Las tecnologías sin cables 4G/5G están disponibles y los convenios con las operadoras supongo que serán posibles, al igual que lo fueron en su día los convenios para dotar de red telefónica a los pueblos más alejados. 
El acceso a banda ancha es el principal catalizador, por supuesto que no es el único, para que lo aldeano deje de ser sinónimo de atraso y de que nuestras zonas rurales puedan abordar procesos de diversificación económica más allá de la actividad agraria y que con ello se generen atractivos para nuevos y jóvenes pobladores. Si esta medida se llevase a cabo, no sería algo imposible que en el futuro una empresa abriese -en Dinamarca pude comprobar que ya lo hacían en los años ochenta- un centro de investigación allá por las tierras del Chao Revoqueira en Los Oscos. La tecnología ya está aquí, ahora falta la política.
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