domingo, 29 de octubre de 2017

Borrell en la mani de Sociedad Civil Caralana en Barcelona

Fabuloso Borrell.

En efecto el Quijote, en su segunda parte,dice eso de que segundas partes no son buenas pero también que Clemencín y Nestor Luján sostuvieron que esa segunda parte precisamente es aún mejor que la primera. Lo mismo sucede con el discurso de hoy de Josep

jueves, 26 de octubre de 2017

Sobre la que se llamó Ronda Sur


ACERCA DE LA QUE SE LLAMÓ RONDA SUR



Me entero por los medios de que una líder vecinal, Lorena Mora, que creo no conocer personalmente, plantea la utilización peatonal, al menos parcial, de la vía ovetense que se llamó Ronda Sur. Me sorprende como lo hizo en su día Ignacio Páramo, luego concejal, "imaginando un bulevar". El académico Felix de Azúa ha insistido, no obstante, en base al genio Sánchez Ferlosio, en la inconveniencia hogaño de usar la palabra "peatón".

En los comienzos de mi mandato municipal impuse que la inauguración de aquella pomposa Ronda Sur, que habían defendido los Alcaldes Buylla y Riera, fuera con una marcha ciclista en la que repartimos diplomas personalizados de asistentes, incluido al ingeniero autor, Luis Galguera, que vino democráticamente en chandal y bici. Fue muy emocionante. José Manuel Suárez, compañero de Galguera, hizo una magnífica foto. 

En mi ánimo, por otra parte, estaba muy vivo el sentido recuerdo de Amalio Telenti, el  carismático bacteriólogo, que murió en la ronda interior a su paso por el término de la calle Asturias. De aquellas calendas Galguera y otros ilustres ingenieros (Urbano Arregui, Paco Mata, Nacho Arango, Juan de la Rúa, Rea, Aníbal Guerrero, Federico del Real, García Arias, Pepe Fidalgo...) me dieron ideas impagables para el urbanismo ovetense por más que, en boca de uno de ellos "los ingenieros no debemos tener nombre propio". Esas, y otras, aportaciones sin protagonismo no convencieron a Mesones, autor oficial del planeamiento, que, aconsejado por Pedro Blanco, hube de relevar. A no olvidar que los literatos Salvador de Madariaga, Juan Benet y el nobel Echegaray fueron ingenieros. Y los novelistas Jorge Ordaz, petrólogo, y Pepe Monteserín, aparejador...

Bien recuerdo también el almuerzo en Casa Fermín tras la recepción de las obras. Estaban, entre otros, la empresa Ceyd, que nos convocaba, y un representante del MOPU que había sido alcalde de una ciudad gallega. Me pidieron que autorizase por unas horas el paso de vehículos de motor para su inauguración oficiosa a lo que me negué en redondo, pues se trataba de un acto simbólico en favor de la bicicleta; muy convencido estaba de un pequeño gesto simbólico en el único momento que no deberían atosigar veloces coches. La vía había tardado demasiado con el problema de un nuevo barrio, separado de la ciudad, diseñado con posterioridad a la misma ronda. Después hicimos otra circunvalación mientras en el Parque de Invierno, cuya sensacional idea recuperé de Francisco González Villamil, concejal de los tiempos de Manuel Conde e Ignacio Alonso de Nora, los vecinos se quejaban con un punto razonable de que ese tramo del anillo no fuera aún más alejado. Fernando Beltrán, padre del poeta, soñó ese hoy importante Parque, orientado al mediodía, según deduje de la primera edición de, del, Tolivar Faes. Esa segunda ronda sur propició luego el benéfico uso por el peatón, palabra que rescribo con disculpas al gran autor de El Jarama, del centro urbano, tras un primer y exitoso ensayo en las fiestas mateínas desde 1983.

No sé si cabe hogaño el planteamiento de Lorena, que veo dotada de buena voluntad para hacer audazmente ciudad moderna.

viernes, 20 de octubre de 2017

El Auditorio con Beca y sin Moneo


"Este pequeño mundo(...) unas veces me asfixia y otras me sostiene".Basilio Fernández,"Poesía completa", rescatado por Emiliano Fernández Prado.



Hay asturianos, en esta lacerante hora del siniestro nacionalismo, que ignoran, y lo comprendo por mi personal insignificancia,"¡el olvido que seremos!", que goberné como Alcalde en minoría, y que incluso hube de plegarme en más de una ocasión a la errática posición de PP/CDS, que luego accederían coaligados a la Alcaldía. Mi sometimiento al equilibrio municipal llegó al exceso en el caso del derribo de El Vasco, que pretendieron los cuatro grupos políticos consistoriales hasta convertirse en mi mayor yerro, del que soy sin duda responsable por no afrontarlo como hubiera debido.

Otra de aquellas ocasiones de retroceso fue, v.g., cuando hubo malsano empeño en mantener la dañina entrada al Centro Asturiano por San Miguel de Lillo. De aquella libró al monumento la teatral súbita enfermedad del concejal Ismael Rey que se "desmayó" antes de emitir la aberración del voto de su portavoz, lo que me permitió deshacer el empate utilizando el tradicional llamado "voto de calidad", que nadie cuestionó luego. 

Con la contratación de Rafael Moneo para el Auditorio no hubo esa posibilidad.

Llevábamos años dando vueltas a ese importante equipamiento sociocultural. Pedro de Silva y Jorge Fernández Bustillo, Consejero de Cultura, hijo de mi inolvidable Tito Trapa, me propusieron una salida maravillosa: Rafael Moneo, autor del Museo de Mérida y del Kursaal de San Sebastián.

Ya estaba yo encantado cuando una mañana de domingo, el promotor operístico neoyorkino Aquiles Tuero, me dijo haber saludado a Moneo, entonces Decano de Harvard, paseando por la ciudad. Rayando la emoción le pedí al Sargento Silva, extraordinario profesional de la Policía municipal, localizara al arquitecto. Al poco un agente encontró a tres personas, Rafael y un matrimonio amigo suyo, que hacían fotos en la antigua calle Fernández Ladreda, donde el Matadero, que era emplazamiento inicialmente previsto para el Auditorio; el otro alternativo era la parcela vacía de Sedes, que hoy ocupa Consejerías y Juzgados.

Moneo se me reveló enseguida personalidad sencilla y genial,"el humanista" que veía en él Vicente Verdú. Sin más, me dijo que eran error los emplazamientos previstos y que, por su parte, optaría por el Instituto en la antigua finca Roel, en línea con el frente lejano del Campoamor y próximo de las copas de los árboles franciscos. Le respondí que no teníamos disponibilidad de la parcela y era importante la ocupación enseñante que cumplía desde antes de la guerra, a lo que casi de inmediato propuso el contiguo y ya cerrado depósito de El Fresno, desde donde preveía contemplar la aguja de la Catedral y aún la cercanía del Campo. Volvió otra mañana con una miniatura,"¡que no anteproyecto!" insistía, y, recuerdo, almorzamos, invitados por el Consejero, en el tristemente desaparecido Marchica.

En cuanto trascendieron esos contactos se armó la marimorena. La oposición mayoritaria municipal aseguró que no pasaba por estropear las supuestamente  "históricas"arcadas del Fresno y que vetaría el encargo, lo que hizo, no sin antes, renunciar Moneo, con gesto elegante citando la versión de Gil Blas de Santullano, que habíamos encargado al inolvidable Tolivar Faes.(")

La secuencia que siguió ya se conoce, un tal Beca, para mi desconocido, cuya maqueta, unida a ridículo acompañamiento musical, tuve ocasión de comentar luego con el gran Moneo, que la despreció, lo llevó a efecto con no pocas irregularidades técnicas advertidas.  El Ayuntamiento admitió sorprendentemente el emplazamiento de Moneo y el encargo que, de acuerdo con Rafael, habíamos hecho para la sonoridad al despacho de García de Paredes, sobrino de Falla, lo que faltó luego con la preocupante acústica del Calatrava. El mismísimo José María Aznar, poco después Presidente del Gobierno de España, influiría de forma oblicua, sin recomendación expresa, en alguno de los equipamientos del Auditorio.

De haber seguido con Moneo Oviedo hubiera tenido una obra, arquitectura de excelsa calidad, entre la que estaría un plan de seguridad sin precariedades a la altura de la marca de su autor. ¡Un Moneo en lugar de los posteriores fraudes y decepciones de Beca y Calatrava!

En el concierto inaugural de Ricardo Mutti un ilustre ovetense me saludó lamentando el veto a Moneo, que vaticinaba desastre.

-¿Y que quiere que le diga?, fue mi discreta respuesta gestual que no era equidistante.

(") Editada por Pentalfa es la traducción correcta de Gil Blas de Santillane de Lesage.

viernes, 13 de octubre de 2017

Acerca del premio a la U.E. promovido por el eurodiputado Jonás Fernandez


He tenido el alto honor de representar a los ciudadanos españoles durante una década en el Parlamento Europeo.

Es mucho lo que he aprendido en Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo para valorar todos los aspectos por los que se premia a la Unión Europea y que estaban ya en la iniciativa del joven eurodiputado asturiano Jonás Fernández. 

Ha habido, y no cesan, sin embargo, voces críticas desde dentro y desde fuera de las fronteras europeas. Y es precisamente, y en efecto, muy lacerante ese del trato en frontera a los que quieren acceder huyendo de la hambruna y/o de la persecución política, por más que haya directivas de asilo, a cuyo informe, como ponente, dediqué dos años, y no puedo olvidarme, y protocolos exigentes de trato humanizado.

En cualquier caso, puedo afirmar sin ruborizarme que,habiendo conocido,más de sesenta países no he encontrado en el ancho mundo respeto y progreso democrático como los que adornan la U.E.

El premio Princesa de Asturias, tan justo y oportuno, tiene, no obstante, y por encima de cualquier circunstancia, que servir de acicate para progresar aún más, mucho más, en la convivencia, la Paz y los Derechos Humanos.

A la vez que felicito a Jonás Fernández por la acogida que ha tenido en el Jurado, permítanme que lo haga también con dos personalidades que no son de mi familia política, a las que conozco, y me alegra sean bienvenidas en el Teatro Campoamor de mi ciudad, el italiano Antonio Tajani, que ya tiene una merecida calle en Gijón, y el luxemburgués Jean-Claude Juncker, a los que, por encima de ideologías, admiro sinceramente por sus compromisos europeístas.

Acerca del premio a un equipo de rugby de las antípodas

El rugby de Rugby

Desde siempre el rugby lo asociaba en Oviedo a Rugby, Pepe Armas Díaz, cuando apenas se sabían todos los ritos de pasar el balón hacia atrás, retenerlo a la carrera, doblemente picudo y exótico, patadón para  ensayo penalty sin guardameta, el placaje, la melé...el tercer tiempo y varias otras prácticas.  Hay que citar a Emilio Cilleros, trubieco, jugador internacional del CAU de Madrid, que enseñó a Pepe, y, por ende, a la Escuela que hubo en el Colegio de los Dominicos.

Yo algo sabía de los internados franceses que recorrí de chaval pero con Armas pasé a interesarme por los deportes minoritarios en su variopinta expresión hasta llegar inopinadamente a Consejero de Cultura y Deporte en el primer gobierno autónomo. Cuando me propuso el Presidente Rafael Fernández, que primero me quiso en Urbanismo, omitió decirme lo de Deporte, para lo que, perdido en la burocracia y en esquemáticos saberes del tenis y el Marca, hube de recurrir a Emilio Martínez Mata y Pepe Armas, que me ayudaron grandemente. 

Pepe, además, en compañía de varios veteranos (A.Alonso, Campa, Buri, César y Pepón de Villaperi, Muñiz, Paulino...) los armeros César González y Fernando Valle y Avelino Cadavieco, de Latores, y Lolín de Olloniego, se puso a trabajar, contracorriente, mi candidatura a las primarias de la Alcaldía de Oviedo, en cuya lista le llevé en el puesto clave para la mayoría absoluta; quimérico objetivo, error común de nuestra primitiva cultura política o sistema, en el que seguimos empeñados. Acariciamos ese espejismo sin obtenerlo en aquel lejano 1983.

De la misma, Armas me mentalizaba de las virtudes del rugby, en el que también me alentaba Isidro Martínez Oblanca, del Club Pipol's, hoy diputado en el Congreso de España.

El rugby era marginal en Oviedo, y menos en Gijón, pese al generoso esfuerzo de la población de Tudela de Agüeria, la cervecería Prost, la importante incorporación directiva sucesiva de Tomás Lago, Nicolás Arganza, Enrique Casares, Xabito Guerediaga y Jaime Martínez, que lo habían practicado en la Complutense, y aún el refuerzo de su instalación naranquina.

Cuando propuse la incorporación del Deporte a los Premios Principe de Asturias la iniciativa se orientaba, sobre todo ante el reto de Barcelona-92, a las especialidades olímpicas. De ahí que estrenásemos con Sebastian Coe, y teníamos en recámara alternativa al cubano Juantorena. Sin embargo, ya de aquella emblemática edición inaugural, el Rey Juan Carlos se me quejó que no hubiéramos tenido en cuenta a Ángel Nieto, ahora tristemente desaparecido. En la segunda edición se coló Sito Pons, si bien a mí me sigue resultando negativo semejante guiño a la influencia determinante del motor, para los que hubo luego también otros premiados muy populares. Hoy el premio se ha consolidado en toda su diversidad, pacifismo y universalidad.

La Fundación Nobel, contemporánea de Coubertin, no captó la importancia de equiparar el deporte a la literatura, la investigación científica, el arte, la comunicación o las ciencias sociales, lo que ha logrado con nota la Fundación principesca asturiana.

Ha sido muy discutida ahora la oportunidad de un equipo de rugby de nuestras antípodas. En cualquier caso me presta el seguro impulso al rugby fuera de sus límites. Sin duda en esta historia local está Rugby, es decir José Armas, al que estoy reconocido.

Publicado en lne tras el supuesto referéndum catalán


Aunque conocí muy fugazmente al dictador iraquí Sadam Hussein, supongo que a ningún otro entre los lectores de La Nueva España le habrá ocurrido semejante cosa. Sadam era un loco asesino al que cabe reprochar, con independencia de los yerros de Aznar y sus socios de Las Azores, el desencadenamiento de muchos de los males que seguimos sufriendo en el ancho mundo. En un momento dado tuvo la peregrina idea de colocar los llamados "escudos humanos" para los que se apuntó incluso una auto llamada "brigadista internacional" asturiana. A última hora Tariq Alí, su ministro cristiano u otro de su entorno, le advirtió que se trataba de una barbaridad procediendo, en consecuencia, a ordenar la evacuación de Bagdad a los voluntarios extranjeros, incluida la recalcitrante luchadora astur. En Cataluña no hubo, sin embargo, bombas, pero tampoco prudencia.¡Cómo se ha aceptado como si tal cosa la imagen del padre con su hijo al cuello que quería atravesar un cordón policial!

¿Y qué me dicen del Presidente de la Generalitat buscando un Colegio en el que aceptaran su voto? Cómo soy político viejo bien recuerdo un referéndum franquista. Cerrados los Colegios, a la puerta de la cafetería Kotel, en el número uno de la calle Uría, colocaron inopinadamente una pizarra de tiza blanca con resultados provisionales. Como cualquier ciudadano pude constatar que los síes superaban el total del censo ovetense. Fue inmediatamente retirado pero con una explicación esotérica, "¡es que en Oviedo hubo muchos votantes transeúntes!".Esos tics siguieron inoculados muy profundamente en la encarnadura patria hasta el punto que con ocasión del referéndum constitucional había un Gobernador en Asturias, don Fernando Jiménez, que, pese a no estar censado, se empeñó en votar en la llamada todavía Casa Sindical, como tal "transeúnte". Allí se le encaró, pidiéndole que no hiciera el ridículo, Federico Villalobos, a la sazón Delegado provincial de Trabajo. No contento, Jiménez publicó una nota al siguiente día asegurando que había votado por correo. La pasión empecinada por dos veces del President buscando Colegio..., ¿¡qué habrían dicho Tarradellas y su admirable discurso en el Teatro Campoamor!?.

Han pasado muchos años pero la actitud de Jiménez sigue cabalgando, esta vez a lomos nacionalistas aberrantes.

jueves, 12 de octubre de 2017

En la muerte de Julián Guerra

Por imponderables de la "salute umana" que diría el Dante, florentino por antonomasia, no he asistido a la fusión de los restos de Julián Guerra con su ría, su muelle, su mar...

Julián fue el primer amigo que tuve en Figueras, que nada más llegar me comprometió con el pregón de fiestas que llevaba con el también inolvidable Segundo. Nuestra amistad fue inquebrantable estos años. Junto al Dr.Mediavilla nos excluyeron juntos de "Amigos del Eo", donde nos había incorporado Dionisio Gamallo Fierros, por pretender el tradicional homenaje anual a Fina y Avelino, promotores de la fuerza eota del, o mejor Los, Peñalba. De aquella se nos sumaron personalidades de exquisita calidad: Leopoldo Calvo Sotelo, Pérez de Castro, Rafael del Pino, Luis Angel Rojo, Elena y Carlos Arias Fernández-Campoamor...También me atrajo a la recuperación de la Biblioteca y a la celebración del breve tiempo en que Figueras fue capital de Asturias, incluso de la España antinapoleónica.

Fue también íntimo de Manolo Avello que huella tan profunda dejó en este periódico y en Oviedo de la que era cronista oficial.

Tuvimos, por lo general hermandad política aunque discrepásemos profundamente, v.g., en el conflicto de los estibadores, de cuyo sindicato barcelonés había sido líder incontestable hasta su jubilación para regresar luego a su Figueras. Buen pixoto no olvidó nunca no sólo esa maravillosa entrada del Paraíso Natural sino que sus sentimientos de infancia estaban unidos a la llevanza cotidiana de la comida de los presos de Arnao, en cuyo campo de concentración se conocieron los padres de Javier Fernández, nuestro Presidente.

Se nos ha ido sin que sus quebrantados pulmones pudieran seguir respirando este bendito aire cantábrico.

Mi recuerdo a su mujer, sus hermanos y a Daniel, su único hijo, no menos admirable, el gran especialista en la locura que reina en Cataluña, donde le nacieron.

lunes, 9 de octubre de 2017

CARLOS SIERRA


EL CAMPANARIO DE LOS CARMELOS

En mis intermitentes entradas hospitalarias he tenido ocasión de contemplar una soberbia imagen de Oviedo, alargada en su colina y cuestas adyacentes. Es visión relajante de Noreste a Sur.

No debe, supongo, diferenciarse mucho por ángulo geográfico de la que Carlos Sierra, nuestro genial pintor, habrá trabajado con su proverbial minuciosidad desde el cercano Naranco elevándola al Arte en su fabuloso "Oviedo,1999", 110x160. Fernando, primogénito de mis antiguos amigos Elías y Malusi, feliz propietario del lienzo, me ha permitido verlo y es, en efecto, una auténtica maravilla. Lástima que la reciente antológica del gran pintor no haya tenido por probable indolencia de sus promotores la repercusión que merecía en su ciudad.

El axial Oviedo Norte/Sur no tiene el trazo de las líneas estrictamente igualadas de Estocolmo ni lo pretende en su benéfica y dispar irregularidad pero, además del apego cunero, me ilusiona reconocer en lontananza alturas ocupadas.

La Catedral lleva siglos señoreándolo todo, antes y después del errático boom constructor. Los peregrinos se extasiaban ya desde La Manjoya gozando con la otra cara. Faustino G. Alcalde, en su Presidencia de la Caja de Ahorros, nos ayudó a iluminarla.

En tiempos del Mundobasket-86, Semifinales del Campeonato del mundo, hicimos una pegatina que hoy es curiosidad. Falta, desde entonces, en la trama el poste radioeléctrico o telefónico de la parcela de las Consejerías. El calatrava, que Gracia Noriega denostaba desde la cumbre naranquina, es en toda perspectiva pegote incomprensible.

Y reparo en una novedad que merece personal rectificación: El campanario de los Carmelitas, en Santa Susana, no queda tan mal como llegué a temer. Fue cuando iniciamos la movilización de las campanas para tañer en el momento que el actual Rey juraba la Constitución ante las Cortes en su mayoría de edad. Ya se había hecho con Isabel II. Con ocasión del juramento solemne de don Felipe los descalzos tenían su campanario inacabado y el revestimiento rojizo parecía un escorialín interminable. Tuvimos de aquella una pequeña polémica de la que cumple reconocer ahora que su actual funda blanca como la de un colmillo empastado queda bien vista encima de la francisca mancha verde. No estorba nada a la Catedral como hubiéramos lamentado en las trillizas que se pensaron temerariamente para la parcela de El Vasco.

En fin, nunca mejor dicho que metí la pata aunque fuera en una plática de las llamadas, por doble motivo, "de campanario"...El campanario de la intrascendencia y de los carmelos... Lo que sí merece la pena es Oviedo Norte/Sur y ese fenómeno contemporáneo que es Carlos Sierra