jueves, 23 de julio de 2020

CERVILLA Y LÓPEZ ÁLVAREZ EN LNE

Definir un plan y visualizar la meta, claves para que Asturias coja "el último tren"

Observadores de la construcción europea emplazan al Principado a tener "imaginación" y a supeditar proyectos a una estrategia de futuro


A Pedro Cervilla, que en 1986 pilotaba la oficina de asuntos europeos del Principado y hoy es el secretario general del Comité de las Regiones, este momento de expectativa y reinvención le recuerda mucho a aquél de hace 34 años, al de la gran esperanza desatada por la adhesión de España a la UE. A la vista de su cuarto de siglo largo en Bruselas, el acuerdo a 27 del martes, que define un fondo de compensación histórico de 750.000 millones de euros contra los efectos de la crisis del covid-19 y ajusta en 1,074 billones el marco financiero del periodo presupuestario 2021-2027 configura un hito "nunca visto" en la construcción europea y aquí cerca plantea una oportunidad crucial para Asturias. Comparable a la que se abría en el 86, seguramente "más importante para la región que la llegada del euro"?
Dicho eso, Cervilla y otros asturianos con experiencia y conocimiento directo de las instituciones europeas trazarán un camino de aprovechamiento que exige, antes de pedir, articular una estrategia de futuro, un plan de largo plazo en el que integrar los proyectos que optarán a financiación europea, pensar desde el principio en el punto de llegada o dejar de "inventar proyectos para que nos den ayudas".
Para coger el tren que saldrá en breve de Bruselas "hace falta imaginación", resume Cervilla. Se acabó la etapa del recurso fácil que "todo lo centraba únicamente en las infraestructuras". "La pregunta es cuál es el plan que tiene Asturias" y qué medios quiere utilizar para conseguirlos. Porque ahora habrá muchos a su alcance, y algunos se asignarán por cuota territorial sin más -ya se ha dado la salida de la carrera entre las autonomías por el reparto de los fondos que se asignarán a España, Cataluña y Valencia han hecho los primeros cálculos de lo que creen que les corresponde-, pero lo interesante son los "otros muchos" que exigen la presentación de proyectos en competencia.
Eso envía la pelota del futuro directamente al tejado de las capacidades del Gobierno autonómico, y aquí "me consta", remata el jurista ovetense, "que el Instituto de Desarrollo Económico del Principado, el IDEPA, está trabajando muy bien con sus líneas de innovación", o que desde Asturias "llevan muchos meses peleando por la articulación de los fondos de transición justa, en ocasiones sin el aval del Gobierno central". La "otra lección" para el aprovechamiento del momento histórico es "el trabajo con otras regiones europeas" de intereses similares, la presencia en los foros europeos, esos que parece que no dan resultado al principio, resalta, pero que al final "a veces pagan" con cuantiosos rendimientos intangibles.
"Asturias va a salir bien parada, sin ninguna duda", resalta Cervilla, sobre todo "porque hasta anteayer no tenía nada. Hay que partir de ahí" y de la convicción de que esta decisión sin precedentes de la UE, este acudir a los mercados y pedir deuda a devolver en más de treinta años, supone "el primer paso hacia el federalismo europeo", un momento "histórico" también "desde el punto de vista de la metodología". El secretario general del Comité de las Regiones invita pues a aparcar el debate de los últimos meses entre países "frugales y mendigantes", o el de unas cifras pendientes del último repaso en el Parlamento Europeo que "aún no podemos valorar ahora". Para él, la sustancia es que "hay un acuerdo entre 27 estados, y eso es fantástico, increíble".
"Hablamos de unas cifras impensables hace sólo unos meses", le acompaña el gijonés Pablo López Álvarez, directivo del grupo de consultoría de negocio FTI y vicepresidente de la Cámara de Comercio de España en Bélgica y Luxemburgo. Además, "se han cruzado las líneas rojas de la mutualización de la deuda y las transferencias directas, que no era algo evidente, dada la resistencia de determinados países".
A la espera de que el debate en el Parlamento Europeo pueda amortiguar el recorte del fondo de transición justa respecto a lo previsto por la Comisión, y sabiendo que "Asturias debería ser uno de los territorios más beneficiados de su dotación por su dependencia de la cadena de valor de los combustibles fósiles", López matiza ese supuesto perjuicio, que "queda compensado muy de largo", apunta, "con los ingentes recursos del nuevo plan de recuperación. Si en Asturias hacemos las cosas bien, deberíamos ser capaces de atraer a nuestra región una parte importante de ese nuevo fondo". Aunque está todo muy reciente y queda mucha "letra pequeña" por leer en el acuerdo, "anticipo que habrá solapamientos entre ambos fondos y que habrá inversiones y acciones que podrían ser elegibles por ambos", resalta.
En todo caso, su juicio inmediato es igualmente "muy positivo para España y para Asturias, tanto desde un punto de vista cuantitativo como cualitativo". Pero de entrada, con el ajuste del dinero disponible únicamente está esbozada la teoría. La puesta en práctica de todos los beneficios que se insinúan, o su transformación en activos económicos para la región, plantea el reto "fundamental" de "desarrollar una visión y estrategia clara del futuro económico, empresarial e industrial de nuestra región y ver cómo la financiación europea puede servir como palanca para llevar a cabo con éxito esa transición a un nuevo modelo". La evidencia de "más de dos décadas recibiendo grandes cantidades de fondos europeos" sin sacarles "todo el rendimiento que deberíamos" demuestra bien a las claras que "la financiación europea por sí sola no va a solventar nuestros problemas" y pone a la región frente a los errores que no conviene volver a cometer.
Por eso su tesis respecto al futuro inmediato se completa con la certeza de que "es responsabilidad de nuestro gobierno regional poner toda la carne en el asador para que Asturias reciba los fondos que le corresponden y que se destinen a proyectos que generen verdadero valor añadido, que es nuestra principal asignatura pendiente". Y aquí, apunta López, pueden empezar las dificultades. "Para ello, es fundamental que aparte de moverse en Madrid también lo hagan en Bruselas" y "desde la distancia me da la sensación que nuestro Gobierno regional no le dedica a Bruselas toda la atención que requiere, lo que podrá penalizarnos en el medio plazo cuando empiecen a fluir los nuevos fondos". Y la tarea es tan importante que en ella va el futuro de la región. Este plan de recuperación, termina Pablo López, "puede ser el último tren para nuestra región".

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