jueves, 27 de marzo de 2014

Adolfo Suárez


La muerte de un personaje de la calidad extraordinaria de Suárez supone la lógica reacción oficial y popular que está produciendo. La demasía sentimental y gestual, que comprendo y respeto, conlleva el parejo exceso hagiográfico donde no siempre se mantiene fidelidad historicista. Más adelante escribiré sobre Suárez,con Oviedo al fondo, pero no me resisto a adelantarme un poco.
 
Entre tanta memoria se ha deslizado la opinión de uno de los hijos de otra personalidad, Leopoldo Calvo Sotelo, de cuyo yerro he sido testigo contrario y puedo asegurar. Es cuando se considera a Don Leopoldo tan estricto seguidor de Suárez. Bien recuerdo la llegada del que fuera Ministro de Asuntos Exteriores alemán y líder de la fracción liberal, Gensher, al Hotel de La Reconquista. A la puerta nos dirigimos a cumplimentarle Leopoldo y yo como Alcalde. El expresidente se adelantó unos pasos y le susurró a Gensher que no debían nombrar a Suárez Presidente de la Internacional Liberal, que era noticia esa misma mañana, pues se entregaba con facilidad a los socialistas. La conversación cambió al hacerse más notoria mi presencia, pues creo que Leopoldo pensaba que, antes, o no oía o no entendía. Leopoldo hablaba inusualmente en inglés, Gensher se encontraba en un compromiso y contestó con una evasiva, tras la que Leopoldo insistió en que no fuera nombrado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Antonio. interesante anécdota. Saludos

F

Anónimo dijo...

!Cuánta,patrañA!Y Cuanto JUDAS!!G