“Iglesias debe rectificar”. El País. Editorial 20/1/21
He dejado pasar varios días desde la controvertida polémica iniciada por la provocadora equiparación de un destacado miembro del Gobierno entre un tal Puigdemont y el exilio republicano. No entré al primer trapo ni cuando se hizo referencia impropia a “presos políticos” pues soy el primero en estar incómodo con casos concretos que algo conozco, pero esa, ¿última?, equiparación escandalosa del exilio excita la obligación moral que me sigue uniendo al espíritu inolvidable de personas entrañables a las que representé con poderes otorgados a mi favor ante determinadas instancias del Poder y que hoy no pueden hablar porque están bajo tierra. Esos amigos y patrocinados que me recibieron en sus casas trasterradas de México (D.F., San Miguel…), Francia (Hendaye, Bordeaux, París, Toulouse, Lille, Millau…), Suiza (Geneve, Bern…) y Londres fueron de todo el espectro, desde el republicanismo histórico, el socialismo democrático, el socialismo radical, el anarquismo, el anarcosindicalismo, el comunismo, en sus facetas eurocomunista, sovietista, guevarista o maoísta. No puedo olvidar a ninguno, como heroicamente siguen recordando los familiares de los enterrados en la Fosa Común. El hispanista Ronald Fraser que se fue sin corregir su prólogo a un libro mío sobre la guerra civil, interpelaba en RECUÉRDALO, RECUÉRDALO A OTROS (BLOOD IN SPAIN), el necesario incremento de ese aludido espectro con la extrema derecha, la derecha y “la tercera España”. El lacerante exilio, denigrado de forma flagrante y cobarde por un Vicepresidente, me emplaza dentro de mí a no callar por mero pragmatismo, tacticismo, político, o por mi cercanía militante a la mayoría del actual gobierno, pues las alarmas me duelen demasiado el alma. Dejo aparte casos, a un lado, de mi propia familia y, al otro, el cinismo de quienes nunca se solidarizaron con los sufridores de persecuciones aún más implacables, pues por mi edad solo conecté con el exilio ya entrado el tardofranquismo, pero no puedo menos que escribir que ya está bien que un aliado político cualificado haya cometido semejante ofensa sin arrepentirse ni rectificar de plano. Puede haber habido razones estratégicas de aproximación para evitar ulteriores fracturas secesionistas pero recomendaría la película EL INSTANTE MÁS OSCURO, cuando Churchill grita sin ambages que no se negocia con un tigre mientras te muerde la cabeza. Por cierto, ese tal Puigdemont no es comparable con otros cuatro presidentes de la Generalidad de los que tengo mejor noticia, olvidando a Pujol y Mas, afamados por el siniestro tres per cent. Nada que ver con un Lluis Companys, de política muy discutible, incluso nefasta para los Caminos de la LIBERTAD, valga sin relación con la trilogía sartriana de ese mismo título, que, en su momento, le costó le asesinaran, al no haber querido dejar en un siquiátrico francés a su hijo minusválido; Tarradellas, un ejemplo de dignidad y consecuencia políticas; Montilla, del que también guardo grato recuerdo personal; o Pascual Maragall, mi buen amigo desde los sesenta, que hoy no está en condiciones de lamentar el exabrupto conferido como lo hago yo desde esta modesta columna provinciana.
A/A de la Corporación Municipal
Ayuntamiento de Oviedo
Publiqué este mismo título en LA VOZ DE ASTURIAS. Por entonces, 1963, la cabecera de las familias Alas Pumarino y Tartiere ensayaba conmigo introducir letra roja que Robín, director, o Manolo PAREDES, redactor-jefe, dieron para prueba tipográfica.
Ahora leo a EVA BORREGUERO: “De los prejuicios raciales y religiosos, el rechazo a los matrimonios mixtos es el más arraigado”. El título es también expresivo, EL NUEVO MUNDO DE KAMALA HARRIS.
Por mi parte, hace 58 años me refería a dos jóvenes de Alabama en tiempo todavía de J.F.K.
Ha mucho vi en el TEATRO PRINCIPADO, luego en su reposición en el también desaparecido CINE MARÍA ISABEL, la gran película LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, que ha sido tachada, incluso retirada, por supremacista y antifeminista, aunque no lo sea menos que hogaño declarar que hay que ir de compras acompañado de la mujer. Aquella superproducción, de larguísimo metraje en tecnicolor, resulta que fallaba en el título, el viento no se había llevado nada, pues los heroicos confederados esclavistas siguen ahí y hasta consiguieron por Reyes introducir en el Capitolio sus belicosas enseñas, sus zapatones sobre las mesas, sus amenazantes cornamentas y sus disfraces de David Crockett, ensalzando El Álamo y que Ángela MERKEL es hija de un tal Hitler que pese a su archirepetida demonización es icono de sus actitudes violentas y antidemocráticas.
Acaba de morir, Olivia de Havilland la cara blanca más amable y pura de LO QUE EL VIENTO…Muchas virtudes se han reconocido al VIENTO en la gran literatura y la música, donde todos los instrumentos, aun los llamados de cuerda, le buscan para sus armonías. Pearl S. Buck, Ruiz Zafón, Pavarotti…tuvieron una constante vuelta al maravilloso viento. Sin embargo en esa USA que los trumpistas vociferaban en su golpista fechoría, EL VIENTO NO SE LLEVÓ CUANTO DEBÍA y los mismos yanquis creían.
La política está siendo pocilga de corrupciones. Quedan impunes casos de cohecho en que la Fiscalía no actuó. Tampoco olvido el crimen común del “peluquero de Avilés”.
He sentido apoyo íntimo cuando en Burgos, Rabat, Cottbus…, pedí libertades como aterido observador pero no tanto, y en efecto el plano es distinto, en gestos incomprendidos. El primero, sumarme a la libertad para dos nacionalistas catalanes, cuyo democrático corazón me consta. La segunda, visitar en prisión a Riopedre.