viernes, 22 de enero de 2021

El exilio y un tal Puigdemont

 


                                                 Foto: Refugiados españoles durante la retirada de 1939


Iglesias debe rectificar”. El País. Editorial 20/1/21

He dejado pasar varios días desde la controvertida polémica iniciada por la provocadora equiparación de un destacado miembro del Gobierno entre un tal Puigdemont y el exilio republicano. No entré al primer trapo ni cuando se hizo referencia impropia a “presos políticos” pues soy el primero en estar incómodo con casos concretos que algo conozco, pero esa, ¿última?, equiparación escandalosa del exilio excita la obligación moral que me sigue uniendo al espíritu inolvidable de personas entrañables a las que representé con poderes otorgados a mi favor ante determinadas instancias del Poder y que hoy no pueden hablar porque están bajo tierra. Esos amigos y patrocinados que me recibieron en sus casas trasterradas de México (D.F., San Miguel…), Francia (Hendaye, Bordeaux, París, Toulouse, Lille, Millau…), Suiza (Geneve, Bern…) y Londres fueron de todo el espectro, desde el republicanismo histórico, el socialismo democrático, el socialismo radical, el anarquismo, el anarcosindicalismo, el comunismo, en sus facetas eurocomunista, sovietista, guevarista o maoísta. No puedo olvidar a ninguno, como heroicamente siguen recordando los familiares de los enterrados en la Fosa Común. El hispanista Ronald Fraser que se fue sin corregir su prólogo a un libro mío sobre la guerra civil, interpelaba en RECUÉRDALO, RECUÉRDALO A OTROS (BLOOD IN SPAIN), el necesario incremento de ese aludido espectro con la extrema derecha, la derecha y “la tercera España”. El lacerante exilio, denigrado de forma flagrante y cobarde por un Vicepresidente, me emplaza dentro de mí a no callar por mero pragmatismo, tacticismo, político, o por mi cercanía militante a la mayoría del actual gobierno, pues las alarmas me duelen demasiado el alma. Dejo aparte casos, a un lado, de mi propia familia y, al otro, el cinismo de quienes nunca se solidarizaron con los sufridores de persecuciones aún más implacables, pues por mi edad solo conecté con el exilio ya entrado el tardofranquismo, pero no puedo menos que escribir que ya está bien que un aliado político cualificado haya cometido semejante ofensa sin arrepentirse ni rectificar de plano. Puede haber habido razones estratégicas de aproximación para evitar ulteriores fracturas secesionistas pero recomendaría la película EL INSTANTE MÁS OSCURO, cuando Churchill grita sin ambages que no se negocia con un tigre mientras te muerde la cabeza. Por cierto, ese tal Puigdemont no es comparable con otros cuatro presidentes de la Generalidad de los que tengo mejor noticia, olvidando a Pujol y Mas, afamados por el siniestro tres per cent. Nada que ver con un Lluis Companys, de política muy discutible, incluso nefasta para los Caminos de la LIBERTAD, valga sin relación con la trilogía sartriana de ese mismo título, que, en su momento, le costó le asesinaran, al no haber querido dejar en un siquiátrico francés a su hijo minusválido; Tarradellas, un ejemplo de dignidad y consecuencia políticas; Montilla, del que también guardo grato recuerdo personal; o Pascual Maragall, mi buen amigo desde los sesenta, que hoy no está en condiciones de lamentar el exabrupto conferido como lo hago yo desde esta modesta columna provinciana.


18 comentarios:

Anónimo dijo...

Suscribo totalmente tus palabras. Estos que acaban de descubrir el Mediterráneo desde un chalet de lujo y vienen dando lecciones de idoneidad política no solo asquean sino que además cansan (y tú lo dices bien) con su contumaciaT

Anónimo dijo...

Buenos días Antonio: ha supuesto para mi un placer leerte y comprobar cómo, desde tus vivencias personales, haces un relato didáctico y tremendamente actualizado. GraciasMARTIN

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho.
Y me guardo la sugerencia de no negociar con un tigre mientras te muerde la cabeza. Siempre aprendo contigo.
Un fuerte abrazo y cuídate,
J

antonio dijo...

ART DE 22/1 LNE de PEDRO DE SILVA:¿Qué le ha pasado a Pablo Iglesias Turrión con el último charco en el que se ha metido y aún chapotea, la condición de exiliado de Puigdemont? En el fondo se trata de un error gramatical inducido, el de confundir el exilio (sustantivo) con El Exilio (nombre propio), como se viene llamando en España a una segunda España expulsada, perseguida y extrañada inicuamente por el franquismo durante décadas. Cuando Puigdemont, una de las encarnaciones del astuto Ulyses separatista, optó a diferencia de sus colegas de intentona por huir de la justicia se subió al monumento de la memoria histórica que lleva ese nombre, como si él también formara parte del grupo escultórico de El Exilio, buscando parasitar su carisma. No parece que el ardid le haya ido muy mal entre sectores del catalanismo radical, pero extraña que un pez que va de tan perspicaz como Iglesias haya mordido el anzuelo.

antonio dijo...

CARTA ENVIADA A ELPAIS
Sr. Director:
Hay cosas sagradas para mi generación política antifranquista. Lo fueron, siguen siéndolo, tantos paseos, torturas y presos, también el exilio. Pablo Iglesias, en el supuesto pragmatismo de acercarse a los secesionistas, nos ha contaminado a todos los que, por militancia, pasamos por sostenedores de este gobierno. A mí no solo su error ante una pregunta sino su contumacia en sostenedlo sin enmienda, definitivamente me aclaran sus bajezas moral e intelectual. ANTONIO MASIP

Anónimo dijo...



👏👏👏👏👏 jg

Anónimo dijo...

Somos mayores y acumulamos muchos recuerdos. Un abrazo.P

Anónimo dijo...

Pablo es un ególatra redomado
E incongruente
Podía haber dejado lo de Galapagar para cuando no tuviera poder institucionalN

Anónimo dijo...

Desde el otro punto cardinal, y desde mi profundo agradecimiento a la labor de recuperación del prestigio de la palabra Patria y la dignidad del período de paz y crecimento Franquista, me siento igual de lacerado en mis convicciones.

Pablo Iglesias encarna las putrefactas partes históticas de las dos Españas y su silogismo esfínterico lo adoba con la ruina moral y económica de las imposibles independencias.ISMAEL

Anónimo dijo...

Chapeau! Quiero decir, chapó, jjj.
Totalmente de acuerdo.
Tenemos que tragar y aguantar a ese cretino Pablo Iglesias (el malo) por culpa del PP, que no quiso abstenerse.
¡Un abrazo! F

Anónimo dijo...

YA VERÁS CÓMO EL PAÍS NO TE PUBLICA.PACO

Anónimo dijo...

TE FELICITO.MIGUEL

Anónimo dijo...

Bravo , Antonio AM

Anónimo dijo...

Gracias Antonio, ya esta bien de contemplaciones. Fuerte abrazo. P

Anónimo dijo...

Magnifico, sin más.
Un abrazo Jm

antonio dijo...

EN EL PAIS 24/1 ES COMO SIEMPRE FABULOSA LA COLUMNA DE VICENT

Por no callar
Equiparar la fuga del pícaro Puigdemont con el exilio republicano es una impúdica trampa que el lenguaraz Iglesias se ha hecho a sí mismo

Anónimo dijo...

No es un error. Es su deleznable ideología: los independentistas le sirven como ariete para intentar derribar lo que él y sus seguidores llaman "Régimen del 78". Es incomprensible que el PSOE haya pactado con él.GT

Anónimo dijo...

Nadie se imagina a Julio Anguita o a Paco Frutos comparando a los fugados independentistas catalanes con los exiliados republicanos. La normalidad democrática no puede ser la impunidad para los delincuentes. Rectificar es de sabios, pero, cuando alguien está empeñado en suicidarse no puedes hacer nada.J.J.J.Suárez González.Gijón