sábado, 19 de diciembre de 2020

El Herrero: sin nostalgias ni herrajes

 


                                                        Imagen: El Comercio 


¡Me presta fracaso expansionista BBVA! No solo Marx o Piketty, economistas liberales advierten monopolios y depredaciones del Trabajo. Por eso Socialdemocracia controlando desmanes. En mi magín, nostalgia por el Herrero en que nací.

No ejercía aún Leyes cuando, antes que el Derecho patrio convulsionara con OPAS y la confrontación Sánchez Asiaín v. Conde, mi profesor contra mi colega deustotarra, el URQUIJO diseñaba movida atípica. Temblaron cimientos del edificio de Del Busto, cuyos 75 años publicitó el inolvidable Manuel Alfredo Pérez. Parte de la familia propietaria se entregó fiduciaria y cainitamente, en la oscuridad y sin remate. En el camino quedó el Hispanoamericano y una ancestral colaboración. Luego CAIXA, negociación de Herrero Álvarez, José Ángel Álvarez y Ángel Ruiz Villanueva sin el formato URQUIJO ni firma Presidente societario. Al fin, reventa en 15% del nuevo comprador, personal estable y, en Asturias, marca.


Los catalanes entraron asombrados por mármoles y techos espléndidos. Al principio, acceso por esquina PRINCIPADO. Castañera ambulante se apostaba a la puerta:” Acordé con don Poli (Policarpo Herrero) que él no vende castañas ni yo doy créditos”. Ese don Poli, acusado por Pérez Ayala del suicidio paterno ante impago cambial, habría respondido al reproche del sastre Juan Montes de no lucir paños ingleses como su hijo: “Él tiene padre rico, yo no”. Francisco Franco Salgado-Araujo instaló Estado Mayor de su pariente, maravillado por instalaciones tras lo que Albert Camus titulaba LA RÉVOLTE DES ASTURIES. Justo antes, en la claraboya, dos guardias pasaron la semana más trágica de la ciudad. Los sótanos, refugios antiaéreos en guerra In-Civil, acertada grafía del escritor Ricardo Salmón. Mitos locales del carisma de Dolores Medio y Plácido Buylla sortearon ahí bombas. También empleados sufrieron secuestro terrorista a esas bajuras. Ya no valía descripción novelada ayalina de la calle Magdalena; en la transición sociolaboral aparcaban en fachada Fruela, inimaginables antes, y hogaño, 48 ciclomotores.

La cúpula, característica del Oviedo ensanchado. El genial publicista Manuel Brun quiso resaltarla con láser desde Naranco. A Carlos Sierra inspiró soberbio óleo y a José Vivancos, idealizada litografía. Por ese tejado mi madre huyó del 34, ¡nada de fuego sordo o pálido de Cortázar y Nabokov!, y yo, único habitante en noche de balbuceantes setenta, padecí caída alero por barrenos del Parking ESCANDALERA.

BBVA queda sin clavar herrajes al Herrero. Dimensiones para imprescindibles resistencias aparte, suena bien para Asturias… Pienso, ya sin nostalgias. Veremos.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Como conoce Vd. la "casa", Sr. Hidalgo.
La bancaria, la monumental y la arquitectónica.

José Ramón Hevia

Anónimo dijo...

Efectivamente Antonio,la cosa queda en veremos...RAMÓN

Anónimo dijo...

Que penita .... cuanto habíamos correteado por sus tejados ...
Ya veremos ...como tú dices
Bs.Mj

Anónimo dijo...

Sigo emocionada y agradecida por tu memoria necesaria, incluidas las barthesianas "punzadas": pinceladas líricas de la tarde anochecida y la castañera ambulante que ponen poesía en ese mundo extraño del negocio.

Anónimo dijo...

estupendo.brezo

Anónimo dijo...

Pequeña y amistosa corección.
El título de la obra de teatro colectiva de mi admirado Albert Camus era:
“ Révolte dans les Asturies”. Un fuerte abrazo. Frank

antonio dijo...

Los dos guardias de la Claraboya se comieron un saco de patatas crudas