DE TRUBIA A TRUBIA
Estuve en el Teatro de Trubia en un acto de la Alcaldía de
Wenceslao López con motivo de los tres años de mandato. Al día siguiente
comenté con Paco García Mata, inolvidable ingeniero, cómo por fin se llevaba a
efecto el viejo proyecto de enlace que desviaba el paso de cientos de tráficos
de Química del Nalón, la antigua Fábrica de cañones y los simples vecinos.
Tengo por Paco y todo un plantel de técnicos de su tiempo una admiración
manifiesta aunque muchas de las ideas de entonces hayan tardado tanto en
plasmarse. Es, en cualquier caso, bueno lo que bien termina. No eran en este
caso ni dificultades técnicas ni presupuestarias. Solo procedimentales, jurídicas
y de voluntad política. Enhorabuena, a quien corresponda.
Sentado cómodamente, junto a unos trabajadores trubiecos, me
acordaba también de la primera vez que subí a aquel mismo vetusto escenario. Eran
los primeros setenta. Me llevó, junto a Alfredo Prieto Valiente, Laureano,
emblemático director bancario, para asesorar a varias decenas de ciudadanos que
padecían unas lesivas “contribuciones especiales”, figura impositiva ya
desaparecida de las Ordenanzas Municipales.
El estado del proescenio, los servicios, la electricidad y
las butacas era deprimente lo que no olvidé cuando fui, pasando los años,
Alcalde del Concejo.
Ahora la mayoría municipal, en la que no muchos creímos resistiría
hace tres años, encara la recta final con algunos proyectos que aprecio
ilusionantes. El mayor, en mi humilde criterio, el acuerdo con el Ministerio de
Defensa sobre la parcela que ocupó la Fábrica de Armas de la Vega. Desde fuera,
imagino que nuestros munícipes y seguidores atentos sentirán íntimamente
parejos estado de ánimos a los de mi tiempo con la recuperación de la cima de
El Naranco y la conversión de El Milán, en Facultad de Humanidades y parque, a
cuyo personal orgullo me he referido todavía de forma reciente.
De todas formas, y aunque el protocolo de la Vega, según
escucho al Alcalde, está ya muy avanzado con la Ministra Cospedal, me preocupa
que no se aprovecha el impulso de la nueva titular, Margarita Robles y el
equipo Sánchez, para superar de la misma una injusticia lacerante, que
personalmente, ya de mi época de europarlamentario, no puedo olvidar: ¡los
sufrimientos de los 55 despedidos!
Me consta que por lo menos veinte siguen penando por pura
desidia de la caprichosa crueldad de unos y del encogimiento de hombros de
quienes son responsables institucionalmente. Mucho me preocupa para Trubia y
los que benditamente mantienen trabajo que la política empresarial siga siendo
tan torpe y errática. Más si cabe cuando los retos del Brexit, en los que se
bate denodadamente mi buen amigo Michel Barnier, y de las relaciones
industriales, armamentísticas y comerciales de la era Trump siembran preocupantes
incertidumbres en el solar europeo.
Mucho me prestará la ultimación del acuerdo con Defensa pero
con la recuperación imprescindible de esa veintena larga de trabajadores que el
Ministerio, el Gobierno autónomo y el Ayuntamiento no pueden asesinar
laboralmente, cuando se vislumbra una balsa de salvación. ANTONIO MASIP
2 comentarios:
gracias
grande Antonio Masip, confiamos que los poderes de la ciudad,el alcalde Wenceslao López,Ana Taboada Coma,Cristina Pontón Garcia y demás concejales te escuchen
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