Estuve
en la Expo del Thyssen sobre Cézanne
Buscaba
"Los jugadores de naipes", impresionismo que me impresionó hace tanto
(vivía mi padre) y me encontré con las curvas de todos los senderos .Esas
curvas que de alguna manera sugieren la excepción al cartesianismo machadiano
del afamado "al volver la vista atrás...".Tras la curva
impresionista, sin embargo, imaginas la evaporación completa del camino.
Cuando
el gran Cézanne pintaba todo eso, Ramón Pérez de Ayala, nuestro grande, escribía
"La paz del sendero". Entre dos curvas de Cézanne, ante las que me
paro, acompañado de mis parientes, los cantantes sublimes Moisés Molín y
Dolores Granados, me surge como por encanto la sorprendente figura de Wallace
Shawn, actor de reparto de Woody Allen y dramaturgo de otras obras que
desconozco. La figura pequeña de Wallace, calvo y de sonrisa chispeante, es
inconfundible y le abordo desde mi silla de ruedas, con la clásica suposición
de normalidad que Stanley hizo ante Livingston. No está en viaje de trabajo y
es encomiable que visite Cézanne, pues en la América norteña, de cuya incultura
se habla demasiado en nuestro displicente ambiente europeo, hay tantísimos
intelectuales y personalidades sensibles al humanismo sin los que ese país no
habría adquirido grandeza alguna.
Tras
Cézanne, repaso la muestra del riosellano Darío de Regoyos, que Euskadi se
suele empeñar en hacer suyo. Es pena que Regoyos se exhiba a la vez que
Cézanne, de cuyos verdes no te puedes deshacer en la excitación de la retina. No
hay tanta curva pero sí cuestas con dolientes procesiones y mi interior viraje
-entre el español y el francés es el salto de la g a la j, que Juan Ramón
Jiménez forzaba siempre- se resiste a echar la vista atrás, pese a lo que
Adolfo Suárez, à la page de estos días, me sugiere con aquella España de la que
salimos, espero que para siempre.
Jonás, y
confío que María, hija del escritor Mauro Muñiz, que bien recuerdo como autor
de "La paga", reanudarán estos mis senderos bruselenses, plenos de
curvas y algún que otro prodigio.
Frente
al Parlamento, está, curva cuesta por medio, el magnífico Museo de Ixelles, con
prodigios incluidos de Cézanne y Regoyos, que habitó diez años, como yo siglo y
pico después, esta mi ciudad circunstancial.
4 comentarios:
Que yos den! Muy guapo lo de Cézanne, pero en Bruselas tenias que estar tu!Susana
Buenas tardes Antonio, que tal? como se presentan las próximas elecciones, creo que la gente te va echar de menos en Europa, pero seguro que seguirás haciendo cosas por Asturias
Un fortísimo abrazo Antonio y mucha suerte. Espero verte antes de que te vayas.
Roberto
fantásticas las exposiciones de Regoyos y Cézanne
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