lunes, 14 de enero de 2013

Intervención en el Pleno del Parlamento Europeo sobre el FMI


Presidente


El Fondo Monetario Internacional ha exigido al gobierno portugués medidas que afectan las pensiones, el despido de funcionarios y el aumento de los precios de la sanidad pública.

Poco sirvió el acto de contrición de Olivier Blanchard, en que reconocía que no se supo entender que la austeridad terminaría con el crecimiento, como ya habíamos advertido.

Son yerros que han de ser controlados parlamentariamente.

El sufrimiento del pueblo luso, hermano al español, y sometido a la sinrazón del austericidio, resulta un ejemplo claro del camino que para Europa implica esta enloquecida política. 

Se les prometió que, mojando con sangre del sacrificio el dintel de su puerta no serían alcanzados por la plaga que, injustamente, pretendía descargarse sobre los griegos. 

Esfuerzo inútil. 

Los sacerdotes de Moloch siguen exigiendo implacable tributo, incluso cuando en casos haya leve esperanza de mejora.

El FMI es como el escorpión. No puede evitar el aguijón a la rana aunque con ello la rana y él mismo se hundan juntos en el pantano...

Solo una vuelta a la moderación, a una idea de control de gasto público razonable, de fiscalización de los agentes económicos, siempre compatible con el crecimiento detendría esta espiral maníaca. 

No permitamos que Europa y la Sra. Merkel devoren a sus hijos.

Ojo a lo dicho por Blanchard

Gracias, Presidente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Felicidades