miércoles, 30 de diciembre de 2009

COCHE ELÉCTRICO Y AÚN DESPUÉS



León Garzón fue el primero que, en la campaña municipal de 1991, habló, aquí, en Oviedo, del coche eléctrico. Hubo risitas adversas pero recuerdo que un cabo de la policía municipal manifestó espontáneamente cómo había que preparar el futuro. El Alcalde de París, Bertrand Delanoé, ya usa un coche así como vehículo oficial desde hace años y en el Parlamento llevamos tiempo discutiéndolo. En la pasada edición de la Feria Internacional de Muestras de Gijón se plantearon este verano en toda su amplitud los problemas de carga de baterías para lo que algunos Ayuntamientos están facilitando soluciones. El futuro está aquí sino queremos ahogar el planeta con el CO2. El Ministerio de Industria, cuyo titular, Miguel Sebastián, es un gran entusiasta, va a brillar en el semestre español con alternativas en esa línea.

Sin embargo, a la vez que abrazamos al coche eléctrico, el ciudadano atento e inquieto debe ser consciente de todas las alternativas y, en la medida de lo posible, de los ritmos de implantación. Los coches eléctricos van a revolucionar el mundo, la industria, la cultura, el trabajo pero solo serán un paso más que prepare otros más radicales. En Copenhagen, en medio de la fracasada Cumbre del cambio climático, otros expertos, sin embargo, dieron avances importantes de acercamiento y progreso que no deberían eclipsarse ni marginarse por la respuesta inadecuada que frente a los retos principales tuvieron China y Estados Unidos. Esos expertos, técnicos y artistas de primer orden, entre los que está mi pariente, Patricia Urquiola Hidalgo, han concluido que antes de que se implante totalmente el coche eléctrico habrá llegado la crisis del automóvil como tal. El único futuro es el transporte público generalizado. Las ciudades no se van a permitir otra cosa, los grandes desplazamientos tampoco. Ya empiezan a diseñarse ciudades reciclando totalmente el CO2

1 comentario:

Germán Álvarez Díaz dijo...

Estimado Antonio,

lo primero felicitarte las navidades, ya casi vencidas, y desearte nuestras mejores intenciones de cara a este nuevo año.

Respecto al vehículo eléctrico, nos alineamos completamente a la tesis del artículo, y queremos desde Temper, dar un aliento respecto al futuro de la Movilidad Sostenible, en vista de los esfuerzos que empezando por el equipo de Miguel Sebastián y continuando por todos los actores involucrados se están realizando.

La problemática de la movilidad eléctrica se basa en dos cuestiones, la primera las limitaciones que implica el nuevo vector energético, la Energía electroqímica, y la segunda, la aceptación sociológica de las limitaciones existentes.

Respecto a la primera de ellas, es claro que, tanto los fabricantes de baterías, los fabricantes de vehículos, y los fabricantes e instaladores de puntos de recarga, están invirtiendo grandes esfuerzos, tanto humanos, como investigadores, y por supuesto, económicos en dar solución a los problemas de tiempos de recarga, autonomía y facilitar la conexión de vehículos a la red eléctrica. Es larguísima la lista de proyectos que se estan presentando a las diferentes convocatorias de I+D+i, desde las propias amparadas por el programa Marco, hasta las locales, lo que además impulsará una posible reindustrialización que además sirva de balón de oxígeno ante el parón industrial que estamos sufriendo.

La segunda de ellas, la sociológica, es deber de todos los organos de información dar una completa documentación y educación sobre lo que es un vehículo eléctrico, lo que se puede y no se puede esperar de este, y donde estos son ese arma definitiva que nos puede facilitar la vida y convivencia en este mundo tan castigado por la contaminación y la esquilmación de recursos.

Cabe nada mas que los usuarios absorvan esta información de manera adecuada para no ser engañados, y al mismo tiempo disfruten de la experiencia y el uso de los mismos.

Un saludo